En el hospital

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Dannael saca a su hija del automóvil sujetándola del brazo.

—Caminalé hija...

Con trabajos y podía.
Entraron a la recepción
Una enfermera con mal humor es quién los atiende

—¿Puedo ayudarlos?—pregunto con manera despectiva

—Necesitamos un doctor— dice Darlinne mirando directamente los ojos de la enfermera y ella se ha incomódado. —No hay nadie que la pueda atender el doctor no esta—una manera cruel para responder la situación.

—¿Como carajo no hay nadie?—pregunta con cierta irritación.—Mi hija está muy mal, ¡Sólo mírela por favor!.

—¡Lo sé señora pero no hay nadie puede venir mañana para que saque ficha y la puedan atender.

Darlinne echa a llorar, por cierta pena por su hija. 

—¡No es posible que esto sea así!—después del llanto, llega el enojo y los gritos por todo el lugar.

La enfermera la obliga a que se calme o sino llamará a seguridad y la echen del lugar.

—¡Darlinne cálmate por favor!—exige Dannael, cargando en brazos a su hija que aún se ve peor que antes.—Señorita por favor no sea asi, mi hija realmente se ve mal.

La mujer observa a Danna Sophia, muy en el fondo le ha entrado el remordimiento, a veces por muy mierda que sea una persona podría tener un poco de conciencia y corazón.

—Deje checo si hay algún doctor o un residente que pueda atenderlos.

—¡Gracias!—han dicho en unisono.

La enfermera dejó su cubículo y fue a buscar una posible solución.

La sala de espera y todas las habitaciones  y los consultorios de múltiples especialidades.




El Chico de la Grand CherokeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora