Momo descubre el secreto

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Tras llamar a la puerta solo oye unos golpes dentro y una risa divertida que duda sea de su amigo gruñón, confirmándole esta con alguien más ahí dentro e intuye es el otro rubio ya que eso de burlarse de su amigo era algo que llevaba en el ADN. Tenía que preguntarle cómo consiguió callar sus insultos en algún momento aunque el desearía callarle a besos. El más que nadie sabe que eso no pasara pues se nota a legua lo poco que le interesan los hombres a su amigo. Puede que si le llegaran a gusta seria alguien como el de pelo verde, pequeño y dulce. Aun no se dio por vencido en que en algún momento no le guste más que como amigos al rubio, vale suena muy improbable más con lo que a la hora de la cena le hizo.

La puerta azul se abrió dejando ver el menudo y delgado cuerpo del rubio del rayo fulminándole con odio, el cual se intensifico cuando le vio. Tras el sentado en el suelo se intuían los cabellos cenizos y el cómo este reía al verle levantándose.

-Os dejare solos para que habléis. No soy ningún cotilla - Paso al lado cogiendo la mochila de la silla del escritorio antes de salir- Animo bro - Le anima giñando un ojo coqueto golpeando su hombro provocando que un ligero rubor suba a sus mejillas al ver el rostro del chico expulsivo hacerle ese gesto. Las quejas y malas palabras del otro no se hicieron esperar al parecer dándole asco.

-Habla pelos de mierda rápido- gruñe recostado contra el marco impidiendo que entre pero puede distinguir que la habitación está más ordenada y no tan creativa como en un principio. Aunque él no sabía que ese cambio no se debía en si al cambio de cuerpos. Sino que viene de antes.

-Perdón perdón, perdón, perdón- repite como un mantra con el rostro gacho- No pensaba lo que dije, no era en si por ti es el cuerpo - balbucea imitando al heredero de All Might rascando su nuca nervioso y aumentando más el enojo del rubio

-Y eso que mierdas tiene que ver conmigo - se dispone a cerrar de un portazo pero el otro se lo impide interponiendo el pie - Lárgate de una puta vez de mi puerta

- No, no me iré hasta que me perdones- corta decidido dispuesto a cualquier cosa para que le perdone- Hare lo que pidas

-Muere - gruñe electrocutándole para luego cerrar la puerta, el otro estaba tan concentrado el ganar su perdón que no se dio cuenta a tiempo antes de recibir la descarga usar su particularidad.

Todo se volvió negro y olor a pelo quemado llena el pasillo haciendo regresar al otro rubio, bueno en si nunca se había alejado mucho por si tenía que intervenir. Por este motivo oyó las escusas del otro provocándole tristeza. Mina y Sero le habían dicho que a Kirishima le gustaba alguien y querían que él les ayude de nuevo como tantas veces había hecho. Algo le gritaba que el rubio era esa persona pero también deseaba con todo su ser solo estar equivocado ya que si fuera así no podría ayudar a su amigo.

Con suspiro resignado se le acercó para despertarle con sacudidas nada suaves, pero seguía algo resentido por eso de que por el hicieran daño al otro. No le gustaba aunque nadie lo creyera ser una carga para los demás o por su culpa salieran heridos y no solos por su electricidad. Él podía soportar todos los problemas y consecuencias, pero solo él.

-Hey bro venga despierta - le llama viendo que comienza a abrir los ojos- Creo que con eso estáis en paz - le dice dejándole y el otro nota que este tiene algo de resentimiento en sus palabras

-Lo oíste - susurra recibiendo el asentimiento del otro rubio que se dispone a regresar por lo que se apresura a ponerse en pie y alcanzarle- No es lo que crees- se escusa suspirando más de lo necesario

-Me da igual Kirishima el por qué fue, ya es pasado. Pero la próxima vez que tengas algo contra mí me lo dices de frente idiota.- le golpea el hombro llegando frente a sus puertas correspondientes con todo arreglado y el pelirrojo deseando que el otro fuera tan comprensivo como él. Pero este no sabe que el otro mostraba el dolor de otra manera y forma, más tranquila y menos explosiva pero igual le dolían.

Decir que el desayuno había sido tranquilo, en lo que a ese grupo de amigos se refiere no era una buena señal, pese a lo que se dijeron anoche aún algunas esquirlas quedaron por lo que sus dos amigos se preocupan. Como no hacerlo si no solo los causantes de la pelea están demasiados callados sino también el otro rubio que es la tercera vez que mueve los cereales sin comer una sola cucharada.

-¿Quieres comerte los putos cereales de una maldita vez?- le ordena el otro cuando al fin colma su escasa paciencia haciendo a los presentes dar un brinco del susto cuando este habla con ese tan típico tono suave de siempre. Un poco del café salta de la taza cuando cae la cuchara en ella hundiéndose y manchando la mesa al instante obedece metiendo lo más llena la cuchara posible en la boca creando que sus mejillas se hinchen en una cómica cara de la que los otros no dudan en burlarse y cabrea más al otro rubio que empieza a presionar las mejillas para que deje de hacer muecas horribles con su puta cara. De ese modo la mesa regresa a ser como siempre bulliciosa, escandalosa y llena de risas.

En clase mina se había enterado, al ir con las chicas, de que Momo se topó con ellos el primer día por lo que durante la clase una notita circula por el grupo de detectives para tras las clases reunirse con Momo y esta le cuente que vio.

Cuaderno en mano y sin darse cuenta de que un rubio ahora no tan despistado les observa el grupo sale del centro para encaminarse a un parquecito cercano. Se nota que el frio empezaba a suavizar y pronto haría tanto calor que un ventilador seria su salvación. Los arboles llenos de flores le dan un aspecto casi mágico a esa fuente en medio del parque con forma de mujer.

-Es un sitio muy romántico- dice mina emocionada mirando el lugar tras sentarse en el borde de la fuente junto a Momo y Midoriya.

-Sí que lo es - asiente la morena con una sonrisa, sentada como la perfecta dama que es común leve toque tristón al mirar al de cabello verde y es que él era la pareja actual de su ex y aun dolía el como lo habían dejado.- Os interesaba lo que los rubios hicieron esos días ¿verdad?- Pregunto la chica voluptuosa cambiando el tema para no pensar más en su ex ya que no lo merecía.

-Si- responde el otro moreno del lugar con esa sonrisa tan característica en el- Estamos intentando rehacer sus pasos para saber cómo sucedió ya que ellos se niegan a decírnoslo- explica pensativo ya que aún no tenían ninguna pista solida de como paso solo que algo le decía que pasaban alguna pista clave por alto.

- Lamento que no seré de mucha ayuda ya que yo solo les vi en el centro comercial el otro día cuando fui de compras con mi madre- explica apenada la chica

-¿Sabes más o menos a qué hora fue?- pregunta el pelirrojo curioso por que hacían esos dos en el centro comercial. No estaba celoso, claro que no, él es libre de ir donde y con quien quiera.

-Claro fue justo después de comprar la pieza nueva para mi pulsera pandora - mira en su móvil la factura de su tarjeta- A las siete y cuarto - responde feliz por serles de ayuda- Los vi saliendo de los recreativos y la verdad es que si hubo algo que me extraño en ellos pero no sabría deciros con exactitud . Puede solo fuera ver a Bakugo estamparle ese peluche en la cara a Kaminari y lo considerablemente grande que era el peluche. Aunque creo el estaba muy feliz.- les dice pensativa la chica intentando recordar eso que a su subconsciente no le cuadro en esa escena. Pero esta no lograba recordar el que era y es que les presto poca atención a estos.

-Gracias Momo fuiste de muchísima ayuda - Le dice Mina abrazándola para luego regresar todos a la academia poniéndola al día de lo ocurrido. Algo en todo lo que dicen le indica lo que esos dos intentan ocultar. Se la debe a Denki ya que pese a que no funciono, el hizo lo que pudo para ayudarla. Por esto mismo guarda silencio en lo que descubrió apoyándole desde las sombras y es que acaba de unirse otro miembro más a los seguidores del Bakukami.

Lio de rubiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora