Nuestra primera vez no va como queremos

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Colarnos no fue nada difícil y menos llegar a la habitación de Bakugo y entre besos cerrar la puerta con cerrojo. La verdad era una suerte que Kirishima no estuviera en la suya pues el portazo que dimos se oyó en varias habitaciones colindantes a esta. También agradecí que mi amiga decidiera probar su nuevo ampli y en consecuencia insonorizaran todas, pues cuando la ropa desapareció y sus manos rozaron mi piel expuesta no pude aguantarme el gemido que por mis lamios salió y que hizo sonreír al gruñón del otro rubio con gula. Este me permitió tomar el control degustando ese salado trozo de carne que entraba y salía de mis inexpertos labios, pues aunque lo habíamos llevado acabo aun un par de veces en otras ocasiones sigo pensando que tengo que esforzarme más para que él pueda derretirse de placer y poder complacerle como se merece. El gruñe entre labios marcando el ritmo a seguir con sus manos en mis cabellos. En algún momento acabe en cuatro con mi culo alzado en su dirección mientras el metía uno de sus largos dedos cubierto por el lubricante de frutos del bosque dentro de mi, el cual me impedía pensar con claridad cuando el segundo y tercero se unió a la fiesta haciéndome rogar por mas y suplicar por que sacara sus dedos deseoso de ese trozo de carne cubierto de lates me partiera en dos e hiciera gritar de placer el resto de la noche. Sentir sus labios en mi cuello y piel solo lograba que me excitara mucho más con cada minuto que trascurría. El desplomarse de nuestros cuerpos uno sobre el otro bajo las sabanas acurrucados cayendo en los brazos de Morfeo más que satisfechos con el corazón del explosivo como nana. Ambos sin lograr imaginar lo que se avecinaba a la mañana siguiente.

El asqueroso despertador me despertó sintiendo un cuerpo aferrado al mío removerse contra mi pecho y su cabello haciéndome cosquillas. Abrí los ojos bostezando sintiendo como la presión contra mi cuerpo desaparecía y cuando conseguí disipar todo rastro de sueño de mi cuerpo espere ver el cuerpo del explosivo plástico cogiendo su ropa. En cambio frente a mí me encontraba yo insultándome con el ceño fruncido sin mirar en mi dirección, quizás por eso no noto ese pequeño y sin importancia detalle. No nos encontrábamos en nuestros cuerpos.

-Bakugo- el seguía sin mirarme y pude apreciar el llamativo chupetón en mi cuello.- Bakugo mírame joder - grite creo demasiado fuerte pues dio un brinco mirándome mal humorado hasta que el entendimiento llego a su rostro o en este caso el mío.

-¿Que mierdas has hecho?- me grito igual de fuerte tirándome su ropa con el ceño fruncido. Ver mi rostro con esas expresiones era entre gracioso y perturbador- Puto Pikachu de mierda quita esa repulsiva expresión de mi rostro

-Si sigues así me saldrán arrugas por tu culpa- gruño pero igual noto que las consecuencias las estaba pagando el y no yo por nuestra primera vez. Teníamos que averiguar cómo regresar a nuestros cuerpos pronto. El mosqueo en la cara de nuestros compañeros cuando entramos al comedor era digno de gravar. Pero es que no pude evitar seguir picándole como siempre hacia, solo que para los demás un Bakugo sonrientemente feliz abrazando a Kaminari tras comer siete limones y oler basura. Sé que es algo muy perturbador e impactante, aunque esto sí que parece que lo notaron.

*DE NUEVO EN EL PRESENTE*

Lio de rubiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora