Draco se encontraba de pie frente al escritorio de la señora Pince. La bibliotecaria estaba sentada concentrada leyendo unos documentos con las gafas colocadas en el borde de su nariz aguileña. De vez en cuando ésta alzaba la varita y susurraba un hechizo para organizar los archivos.
Al rubio ya se le estaba agotando la paciencia de esperar. Estaba apoyado en una de las estanterías con los brazos cruzados mientras golpeaba el suelo repetidamente con un pie. El chocar de su zapato contra el suelo provocaba un sonido que a pesar de ser leve resonaba en el silencio de la biblioteca por lo que la anciana, molesta con el dichoso ruido, alzó la vista y con una sola mirada bastó para que Malfoy captara la indirecta. Bufó y de mala gana dejó de mover el pie. A los pocos segundos llegó por fin el Gryffindor.
—Y-ya...e-estoy...aquí— dijo Harry con la voz entrecortada por la carrera que se había dado hasta la biblioteca. Apoyó sus manos en las rodillas tratando de recuperar el aliento.
—Espero que no sea así de puntual para todo —comentó la señora Pince sarcásticamente y mirando el reloj que había en la pared que señalaba las ocho y cinco pasadas.
—Lo siento —dijo Harry ya más calmado—. Estaba haciendo una cosa muy importante.
—Seguro —contestó la mujer recelosa sin creer la excusa del joven.
La mujer empujó su silla con los pies hacia atrás provocando un molesto chirrido y se puso de pie.
—De acuerdo, voy a explicaros lo que tendréis que hacer. Seguidme.
La señora Pince los guio por los pasillos entre las estanterías mientras Harry se preguntaba que había hecho él para merecer tantos castigos. Afortunadamente, a esas horas no había mucha gente en la biblioteca ya que le avergonzaba que le vieran cumpliendo un castigo como si tuviera siete años y se mereciera recibir una lección.
Malfoy y él caminaron en silencio hasta que llegaron a una zona acordonada. La bibliotecaria pronunció en un susurro una contraseña que no lograron oír ninguno de los dos y la cuerda se desvaneció. Harry ya había estado allí en varias ocasiones por lo que conocía bien aquella zona de la biblioteca.
—Bienvenidos a la Sección Prohibida— dijo la señora Pince.
Malfoy miró con cara de aburrimiento las cubiertas de los libros. En su casa tenía varios libros más interesantes que los de la Sección Prohibida. Harry, por su parte intentó disimular que el lugar le sorprendía para aparentar que nunca había estado allí.
—Ya sabéis que aquí hay libros muy peligrosos. Los de este pasillo están todos desordenados porque ya casi nadie entra aquí —dijo señalando un taco grande de libros que había sobre una enorme mesa en el centro de la sala—. Cada libro y estante está enumerado para que sepáis dónde va cada uno. Tenéis que buscar que coincidan las etiquetas de cada uno y colocarlos en su sitio. La directora me ha dicho que debéis estar ordenando los libros hasta el toque de queda.
Esperó unos segundos para que los chicos asimilaran las instrucciones y antes de que empezaran a protestar prosiguió:
—Os perderéis la cena, pero no os preocupéis los elfos os prepararán algo de comida y os la llevarán a vuestras respectivas habitaciones.
—Pero son demasiados —se quejó Harry molesto ganándose la mirada reprobadora de la bibliotecaria.
—La directora me ha comentado que tendréis que venir durante varios días a las ocho para seguir con el castigo. Para cuando lleguen las vacaciones de Navidad en dos semanas ya habréis terminado, así que cuando regreséis a la escuela ella os llamará para avisaros de vuestro próximo castigo. ¿Alguna duda?
ESTÁS LEYENDO
SIN PRISA PERO SIN PAUSA (Drarry)
RomanceHa pasado la guerra y Harry y Draco siguen peleándose. Ambos están repitiendo el 7º curso y la directora Mcgonagall ha decidido que para mejorar su comportamiento deberán cumplir juntos varios castigos. YAOI/BoyxBoy/BL/GAY Disclaimer: Los personajes...