Fui al hotel por una ducha, era necesaria para bajar las mil revoluciones que tenía en el cuerpo, estaba enojada conmigo misma y con Sergio por la escenita que se había montado momentos atrás, él no tenía derecho a decirme ni la mitad de las cosas que me dijo, sobre todo porque en la mayoría tenía razón, y por más que quisiera no podía sacarlo de mi cabeza, entonces por eso estaba enojada conmigo misma porque teniendo a un hombre tan simple y bueno como Santiago, me seguía arrastrando el huracán Marquina.
Una vez más calmada decidí salir a recorrer un poco de esta isla maravillosa, era una locura los lugares que podías encontrar en lugares así y uno nunca podría imaginarlo, estaba deseando con todas mis fuerzas no cruzaste a Sergio por nada del mundo... ¿o sí?. Deseché esas ideas de mi cabeza y salí a caminar fotografiando todo a mi paso, mandándole todo lo captura a Santiago por WhatsApp con una puntada de culpa en medio del pecho a cada paso.
Me metí a un bar medio escondido y poco concurrido, donde había unas luces bajas y algunos hombres entre risas gritando y bebiendo demasiado, me acerqué a la barra y pedí un trago fuerte para sobrellevar la noche y sin darme cuenta perdí la noción después del quinto chupito y mi cabeza ya daba vueltas, no me había percatado de todas las horas que pasé hablando con el chico tan simpático de la barra y entre tragos y risas se nos fue el tiempo, algo cansada y borracha decidí hacer lo peor de la noche, que no sé porque a mí estúpido cerebro le pareció divertido. Fui al directorio del celular y marqué el contacto que tenía agendado como "PROFESOR" porque uno no deja de ser masoquista, cabe aclarar que cuando llegué al hotel encontré en mi bolso un papel con un número, no sé en qué momento lo introdujo en este, pero no olvidemos de quién estamos hablando, supuse que era alguna forma de contacto con él y también supuse que era para emergencias, pero ya saben mi cerebro medio borracho y mi corazón algo enamorado no soportaron el alcohol.
-profesor- le dije con una voz tembloroso y riéndome
-Raquel??
-No si voy a ser Mickey Mouse jajaja entendes Mickey Mouse- me empecé a reír sola de mi propio y malísimo chiste, creo que estaba más ebria de lo que pensaba.
-Raquel- hizo un silencio, si no lo conociera mejor diría que se estaba acomodando las gafas- esta alcoholizada? ¿Dónde estás? Voy ya a buscarte ya.
-Tranquilooooo estoy perfectamente bien con mi amigo Mauro, no Mario no, bueno algo con M que me está sirviendo otro tequila y está muy bueno la verdad.
-Marcos? Ya se en que bar estás, no te muevas de ahí en menos de diez minutos estoy en la puerta te ruego que no te muevas, y Raquel esto es muy infantil por amor de dios te juro que vamos a tener una charla madura y vas a dejar de comportarte como una cría. - ni estando ebria podía dejar de sentir tanta atracción por este hombre, la realidad es que me ponía demasiado.
Me quede hablando con Marcos y tomando otro chupito hasta que siento una mano en mi brazo, giré y lo veo, impecable como siempre con un look relajado y bastante serio.
-Sergioooo sumate con nosotros a tomar un tequila- lo dije con tonada mexicana y él ni movió un músculo de la cara de lo serio que estaba.
-Vos y yo nos vamos y nada de alcohol se terminó esta escena patética. - me agarro del brazo y me empezó a mover hacia la salida.
-Noooo tenemos que ir a ver a Marcos que le tengo que pagar los chupitos.
-Ya me encargué de eso, no te quiero en un lugar así ni un segundo más, puede ser peligroso y más estando sola. - No me dejo decir más nada que ya estábamos saliendo del lugar.
Me para a mitad de la calle y lo miré a los ojos, me acerqué peligrosamente a él y traté de besarlo, se corrió para atrás y me dijo "no voy hacer algo de lo que te arrepientas mañana, ya te lo dije, no voy hacer nada para lastimarte y tampoco voy a ser la segunda opción de nadie" a pesar de estar ebria pude notar que el Sergio que estaba enfrente mío era mucho más seguro y desafiante que el que alguna vez conocí en Madrid.
-Me muero por partirte la boca y terminar esto en tu departamento- las palabras salieron sin anestesia, de todas maneras, eran verdad, me volvía loca por hacer el amor con ese hombre y si hubiera podido lo haría en medio de la calle.
-Estas ebria Raquel y estás diciendo cosas de las cuales mañana te vas arrepentir, te llevo a tu hotel, decime la dirección
-La dirección del hotel? no me acuerdo era por una calle algo angosta y con puertas de colores a los lados- Sergio me miro impaciente y entendió que no iba a salir nada serio de mi en este momento.
-Vamos a ir a mi casa, no pienso dejarte sola. - Sin más subimos a una especie de auto algo extraño, supongo que era parte de la cultura del lugar, después de nos minutos llegamos a una casa espectacular con una vista increíble a la playa y de noche era más hermosa aún.
Me preparó un baño y una taza de café, pero yo igual seguía diciendo algunas incoherencias que nunca recordé, Sergio estuvo conmigo cuando llegó el momento de vomitar todo el alcohol, me acompaño a entrar a la ducha porque no podía hacerlo sola, realmente estaba muy mal, trataré de recordar de no tomar más de esta manera. Cuando me metió bajo la ducha vestida y el agua helada empezó a caer sobre mí, por impulso lo tomé del brazo y lo hice entrar a la bañera conmigo, los dos mojados debajo de la ducha sin decir una palabra, nos miramos por unos segundos y fue él quien rompió el silencio.
-Estamos jugando con fuego Raquel y nos vamos a quemar.
-Que explote todo entonces.
Nos besamos como nunca antes, el me empujo contra la pared de la ducha y yo me aferré a su espada, estaba ebria pero no tanto como para perderme semejante hombre, nos besamos devorándonos, primero el labio superior y luego el inferior, el llevo sus manos a mi pelo y empezó a besar mi cuello, yo clavé mis uñas en su espalda y el seguía besándome sin parar, lento tanto que me estaba enloqueciendo, lo separé de mi cuello y trata de desabrochar su camisa, ahí fue cuando paró en seco y se alejó de mí, yo mojada, excitada y borracha era un combo perfecto, trate de seguir besándolo pero dio un paso atrás, salió de la ducha y me dijo –voy por una toalla-. Me quedé en el baño son saber cómo reaccionar, por un momento se me había ido toda la borrachera de golpe y estaba más lucida que nunca.
-va hacer mejor que duermas Raquel, necesitas descansar y reponer energías, estos numeritos no son buenos para tu salud.
Quería seguir teniendo al Sergio que estaba hace dos minutos conmigo besándome en la ducha, pero no, volvió el Sergio serio y preocupado y aburrido.
Me dejó en su habitación diciendo que el dormiría en el sillón así puedo estar más cómoda, ya metida en la cama, mucho más relajada y limpia, estaba por apagar la luz cuando el vuelve abrir la puerta para despedirse y decirme algo que hizo que me cabeza no me dejara dormir en toda la noche
-Buenas noches Raquel, y por si te interesa, yo también me moría por hacerte el amor a mitad de la calle, me muero por hacerte el amor ahora mismo, y no dejarte dormir en toda la noche, pero no va a pasar nada entre nosotros, no le parece inspectora? - cerró la puerta y volvió hacerme un jaque en menos de diez segundos.
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Renacer de las cenizas (SERQUEL)
Fiksi PenggemarRaquel cree que su vida está nuevamente calma, pero algo hace que todo explote...