Capítulo 10.

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¿El chico del bosque ya no sabe quien soy?

—Adivino ¿Noche de pijamadas?— el policía se quedó viéndonos con esa mirada típica que ponen todos los policías, esa que piensan que saca todo tipo de verdades, pero en realidad no.

Creí que esto iba a ser más, difícil, que estaría nerviosa pero no, estoy tan tranquila como si tomara el té en un hotel cinco estrellas.

El hombre esperaba nuestra respuesta tranquilo mientras sus compañeros se paseaban por la sala ojeando cada cosa.

Yo respondí.— Sí, teníamos varías semanas sin vernos y yo decidí que nos reuniéramos aquí.

—Mmm ¿Por qué aquí señorita...?

—Adele, Adele Rose.— Me presenté estrechando su mano, el policía fruncio el ceño y me miró como si ya supiera quien soy.— Pues decidí que fuese aquí porque mis padres llegan mañana de su viaje y esperan encontrar la casa limpia, además mi mejor amigo se niega a salir de su casa desde que comenzó a escribir su libro, como lo confirma tantos papeles, lapices y libretas regados por él lugar.

—¿Es usted la hija de Anabelle y Arturo Rose?— Preguntó mirándome con asombro mientras yo asentía.— No entra en el caso pero yo admiro a sus padres, huvo un tiempo en que trabajábamos juntos ¿podría decirles que su viejo amigo Stiff les manda saludos y espera una reunión?

—Claro, no hay problema.

—Bueno un par de preguntas más y nos retiramos.— Aseguró notando que todo estaba tranquilo.— ¿Vieron ustedes a alguien merodeando por aquí anoche? ¿vieron algo sospechoso?

De inmediato llegaron las imágenes a mi mente de la fatídica escena de anoche, no pude volver a hablar, puedo jurar que estoy pálida y tiesa como muñeca de porcelana.

El policía me miró y fruncio las cejas, Jaden intervino, sabiendo que yo no diría nada.

—Lo siento, pero no, nosotros no salimos ni nos acercamos a las ventanas después de que ellas llegaran, solo hicimos té y nos acostamos a hablar, de haber visto algo extraño no, no vimos ni escuchamos nada fuera de lo normal.— Dijo tranquilo pero la atención del policía nunca se dirigió a él, sino que seguía puesta en mí con el ceño mas fruncido.

—Ya veo ¿Y la señorita? ¿Por qué se puso así de repente?— Se inclinó frente a mí poniendo los codos en sus piernas y entrelazando los dedos.—¿Vio usted algo?

De nuevo Jaden me salvó.— Lo que pasa es que vimos esta mañana como se llevaban los cuerpos y ella no ha estado del todo tranquila desde entonces, le impactó ver esos cadáveres.— Dijo abrazandome por los hombros como si me diera ánimos, Agnes estaba detrás sobando mi espalda disimuladamente para que me sintiera más tranquila.

—Entiendo ¿Ella ha estado llorando?— Preguntó el policía aún observándome, y yo estaba pasmada.

¿Que carajos me estaba pasando?

Reacciona estúpida.

Me di al menos unas diez bofetadas mentales.

—Sí, anoche lloró, sucede que después de hablar por un buen rato nosotros decidimos hacer un challenge, el de la botella de agua, quien ganaba ponía la película que deseara, entonces Agnes fue quien ganó, ella se cree tan ruda y tan fuerte, que decidió poner a dos metros de ti porque según ella no lloraría, entonces al final esta señorita.— Apretó mis hombros.— Comenzó a llorar, es por eso que tiene los ojos un poco hinchados.

—¿Entonces ninguno escuchó ni vio nada que quiera informarnos? Cualquier cosa seria de utilidad — Preguntó levantándose.

—No, lo siento, no nos dimos cuenta de nada hasta esta mañana que vimos todo el movimiento en el frente.— Unió sus labios en una fina linea y también se levantó.

¿Quien eres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora