Capítulo 16.

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¿No te cansas de preguntar eso Adele?

¿Qué?— Pregunté atónita.

Me levanté tan rápido que mi cabeza pálpito y me maree un poco cayendo de nuevo en el sofá.

Sus labios se hicieron una fina linea y rodeó la mesa de cristal para sentarse a mi lado pero de frente a mí.

—Mis padres me lo han confesado.

—Pe..pero... ¿Cómo? ¿Cuando?

Estaba en shock.

¿Adoptado?

¿Esto es en serio?

—Hace días he ido a su casa, tuvimos una discusión y ellos me lo soltaron sin querer,— Bajo la mirada,— Han querido tapar su error mintiendo de nuevo pero no se los permití.

—¿Te han dicho quienes son tus verdadedos padres?

—No quisieron confesarme eso, después de ese día me quedé en casa sin salir a ningún lado,— Me medio sonrió,— Vine porque necesitaba decírtelo, me estoy volviendo loco, no sé quien soy, cuando confesaron me llamaron por otro nombre pero no recuerdo cuál fue, eso quiere decir que ni siquiera me llamo Jaden, tengo otro nombre, otra identidad, quisiera saber quienes son mis verdaderos padres, que ha sido de sus vidas, si tengo hermanos o que fue lo que pasó para que yo terminara siendo adoptado por otras personas,—Sus ojos estaban cristalizados y le sonreí como pude, me acerqué y lo abracé fuerte mientras acariciaba su pelo.

Mucho rato después me encontraba en la cocina comiendo un pedazo de pan tostado.

Jaden se había marchado diciendo que había algo que tenia que hacer y prometiendo que volvería después, no quería dejarlo ir tan pronto, lo vi muy afectado y aunque lo conozco y sé que no cometerá una tontería no puedo dejar de pensar en qué es eso que él pretende hacer, no todos los días te enteras de cosas tan impactantes como el de ser adoptado y menos por un error de que a tus padres se les fue los estribos, ni siquiera tenían pensado decírselo voluntariamente.

Me sentía mal por él, no tengo idea de cómo reaccionaría yo en su lugar.

Así cómo tampoco tenía idea de cuanto iba a complicarse mi vida.

Me sorprendió encontrarme sonriendo al pensar en el imbécil que estaba hace horas tocando el piano en mi casa, tengo un presentimiento de que grandes cosas pasarán que me sobrepasa.

Estás paranoica,— me digo a mí misma, sin embargo en el fondo me siento ansiosa y preocupada.

Escucho varios crujidos en el patio trasero y me dirijo a la puerta de la cocina que da al mismo, la abro despacio y asomo un poco la cabeza para ver quien ha provocado esos sonidos.

Me sorprendo al descubrir una figura de espaldas a mí bajo el árbol más alto que tenemos en casa, se pasaba las manos frenéticamente limpiando sus jeans negros en la parte de sus rodillas flexionadas.

¿Quien diablos era?

Salí con el rodillo mas grande que tenemos en las manos apretándolo fuerte, cuando me puse detrás de él sin hacer ruido a varios pies de distancia él se enderezó y sacudió sus manos.

—¡¿Tu quien diablos eres y que haces en el patio de mi casa?!— Grité.

Él ni se inmutó al escucharme detras suyo—Lo siento, ha sido un malentendido,—Respondió sin voltearse a verme.

Su sudadera se elevó lo suficiente.

Me fijé que en su lado derecho de la cintura debajo de su sudadera  sobresalía una correa multiusos, de esas de tela, enfocándome bien, me di cuenta que entre uno de los apartados sobresalía el mando de algún arma, no sabía si era un cuchillo pero eso parecía.

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⏰ Última actualización: May 18, 2020 ⏰

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