La semana transcurrió sin grandes cambios. Lo más trascendental fue ojear de reojo el maletín rebosante de billetes que Hoved recibió de Ældre. No te mentiré; sudor frío corrió por mi frente cuando Hoved notó mi mirada en el dinero.
Mi rutina no cambió mucho aparte de que ahora me tocaba hacer desayuno para mi madre y hermana. Excepto por el festivo donde mi hermana volvió a desaparecer y regresar al anochecer del día siguiente curtida en hollín y con varias quemaduras.
~La viajera y el aprendiz~
—Enano. —Me llama Hoved. Él está sentado en una silla recostada contra la pared, mientras que yo lucho por hacer funcionar el motor de la pierna superior derecha—. Es la tercera vez que te lo digo, ese motor ya no sirve.
—Niño. No seas terco —replica Mirakel. Ella está comiendo una Kartoffel asada en la ventana, a punta de soplos y vacilantes mordiscos.
—Muchacho. —Agrega el elfo anciano. Ældre se encuentra sobre la mesa con el almuerzo servido y una jarra de cerveza casera en su mano—. Se está enfriando.
La pierna del gólem son gruesos tubos de metal, que se conectan en una bomba hidráulica de titanio. En la parte inferior está fuertemente soldado un motor que calienta el agua de la bomba hidráulica, mientras que en la parte superior se encuentra una placa llena de alambres y cables que controlan la temperatura del motor, todo conectado con el núcleo central del gólem.
Aprieto el último tornillo, conecto el último cable, enciendo el motor de diesel y sostengo un cable pelado, respiro profundo y una efímera chispa de electricidad escapa de mis manos.
La máquina comienza a rugir. Todos en la parte de atrás exclaman sorprendidos por el súbito despertar del motor. Pequeñas explosiones se oyen, el aire se impregna de un hedor a combustible y humo negro sale desde el motor.
—Muchacho. Manda un rayo en el cable ocre, ese debe alzar la pierna.
Le hago caso al viejo elfo y con paciencia vuelvo a meditar hasta el punto de poder usar nuevamente la pequeña corriente. Sostengo el cable ocre y uso otra vez la magia. Al liberar la chispa el motor aumenta sus sonidos y la pierna comienza a elevarse.Se me escapa una risa de satisfacción al ver el sistema nuevamente trabajar. Aunque nos toca salir corriendo de la habitación en el momento en que el gólem pierde el equilibrio. En su caída rompe sillas y tras el impacto el suelo se llena de grietas.
—¡Ah! ¡Ahora tengo que arreglar el piso! —grita Ældre mientras jala con ambas manos su larga barba. Él continúa con gimoteos decepcionados al recordar el momento en que la semana pasada una explosión destruyó su techo—. Ayer había terminado las reparaciones.
No puedo decir algo para arreglar la situación, esto es un desastre. La mirada inquisidora de Hoved es suficiente para cohibirme; pero aún así tengo a la elfa Mirakel, que me intenta empalar con la mirada. Lo único positivo es que el viejo elfo me da esa chimuela sonrisa de “no te preocupes, iba a pasar tarde o temprano”.
—Señor Hoved —llama Ældre—. ¿Cuánto será descontado del pago final?
Olvidarlo. No hay nada positivo en esta escena; mejor pasemos a la siguiente.
~La viajera y el aprendiz~
—
Held —dice mi hermana, al observar el inconmensurable cosmo nocturno desde la ventana del comedor.
—No te conozco —respondo sin pensar. Toda mi concentración está enfocada en los planos del gólem de guerra—. ¿Qué quieres? —pregunto de mala gana.
—¿Aún me odias?
Todo los músculos de mi cuerpo se petrifican. Mi respiración se detiene. Mi vista es retenida por Hexe.
—No necesitas saber eso. —Regreso mi mirada nuevamente a los planos, pero mi hermana se empeña en continuar.
—Estaba recordando ese día, cuando aún no me odiabas. Si no te fueran mandado a ti a buscar las cosas del almuerzo sino a mi, entonces tu fueras ido a nadar en el lago… y hubieras sido tú quien hallaba el cadáver del ángel. Serías tu quien escuches las voces, serías tu quien fuera odiado, serias tu quien viviera el infierno y serías tú quién.
—¡No lo digas! ¡Yo nunca fuera hecho eso! ¡Yo jamás lo hubiese permitido! En serio te detesto, nunca piensas en los demás. ¡Crees que solo tú eres la que sufre!
—Perdón… —Su mirada al suelo mientras abraza sus rodillas es molesta.
—Odio esa jodida actitud tuya. ¡Te odio!
—¿¡Qué está pasando aquí!? —La voz de mi madre rompe el momento.
—Nada —contesta Hexe, mientras regresa su mirada al cielo.
—Eres… —Me detengo por la mirada asesina de mi madre—. Es la verdad, ella es un monstruo. No tiene derecho a preocuparse por nada.
Mi boca se llena de dolor. He recibido una cachetada de mi madre.
—Hexe es tu hermana.
—¡Me largo! —Ignoro todo. Recojo mi saco y al llegar a la mitad del conjunto residencial, la voz de mi madre me detiene.
—Held. ¿Por qué eres así? Sabes que Hexe no tuvo la culpa. —Fuerzo mi agarre. El viento frío quema mis mejillas y la luz del planeta gemelo brilla tenuemente en menguante.
—Ella habla como si fuera la única que sufre. Nunca piensa en lo que los otros sienten. Incluso el año pasado se atrevió a traerlo de regreso, solo para volver a…
—Mi niño. —Mi madre se pone detrás de mí y me abraza—. Tu sabes que ella está sufriendo. Ella no desea ser así. Ella desea poder dormir sola, sin pesadillas, sin esa voz. Ella quiere ser normal. Ella nunca pidió ser la apóstol de un ángel caído.
—Lo sé. —Mi voz sea comenzado a quebrar. Mi respiración sea hecho errática—. Es mi hermana, pero me es imposible perdonarle.
Mi madre no dice nada. Solo me da un fuerte abrazo hasta que logra calmarme.
—Regresemos a casa.
Solo miro a la ventana. Ella está viéndonos.
—No puedo. Creo que lo mejor es que esta noche vaya al bar; tal vez me encuentre con algún amigo o compañero.
Mi madre acepta mi decisión. Yo solo la veo regresar a la casa junto a Hexe.
—Niño. —Esa simple frase me logra sacar un instintivo quejido—. El escándalo llegó hasta mi cuarto. ¿Qué te pasó?
—Nada que te importe. —Mirakel me mira con cara de reproche, desde su ventana.
—Que amargado. Dijiste que ibas al bar, ¿te acompaño? —La sorpresa me hace dudar, pero al final permito su compañía—. Salgo en unos minutos.
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La viajera y el aprendiz
FantasyHeld, un enano con grandes deseos de encontrar su lugar en el mundo, y Mirakel, una semielfo que añora por la oportunidad de vivir una vida sencilla. Ambas vidas crearán una conexión con el otro, que ni la muerte podrá romper. Y los oscuros secretos...