—Buenos días —saludo a Hoved.
—Enano. ¿Qué tal estuvo tu festivo?
Hoved se encuentra bajando las herramientas de trabajo de su automóvil.
—Bien; bastante entretenido. Hoved —llamo al ver que no trajo el motor de la pierna derecha como estaba planificado—. ¿Qué pasó con el motor?
—¿El motor? No se puede arreglar. Me ir este fin de semana a pedir unas piezas en la ciudad y va a demorar un tiempo.
»Enano escuché que estabas paseando ayer con Mirakel. ¿Es verdad? —Le digo la verdad de como fuimos a tomar hace unas noches y ayer fuimos a comprar comida—. Te recomiendo alejarte de ella, porque el imperio va a estar haciendo preguntas.
¿El imperio? ¿Qué quiere decir con eso? Hoved cambia el rumbo de la conversación por los planes de este fin de semana en el que se celebra Jul. Me confesó que a su esposa le compró un collar de joyas y un nuevo vestido.
Al ingresar al hogar dedicamos la mañana a lijar el óxido del gólem de guerra, reemplazar las partes dobladas por unas hechas por Hoved y los circuitos destruidos por un nuevo reemplazo hecho por el anciano chimuelo.
Al mediodía yo me quedé untando grasa y aceite entre las articulaciones. Hasta que el anciano Ældre volvió a traer una silla a mi lado.
—Muchacho. Estuve pensando en lo de los gólems que se mueven solos y pensé un par de soluciones. ¿Te gustaría ayudarme?
—¿Por qué quiere mi ayuda? ¿No sería mejor opción Hoved que es un mecánico experimentado?
El anciano guarda un ligero silencio donde poner sus manos en un frasco de miel.
—Es cierto, pero tanto Hoved como mi hija están sesgados por lo que se sabe que se puede y no hacer en su área. Tu por el contrario eres joven y torpe. —El anciano carraspeó su garganta y yo detuve mi labor para juzgarlo con la mirada—. No quise decir eso. Lo que digo es que tu no sabes como se ven las cosas actualmente y puedes ayudarme a cambiar el punto de vista de los últimos trescientos años. ¿Quieres ayudarme?
—Sobre los gólems que se muevan solos. Lo pensé hace unas noches, pero el mayor problema que le vi es encontrar el camino por el cual moverse en un terreno desconocido.
—También hay más problemas, como que no choquen con esquinas. ¿Quieres galletas con miel?
Me limpio las manos de la grasa y aceite.
—También lo consideré, pero igual que los gólems le reemplazaron los piernas por ruedas de orugas, podemos remover las piernas y convertir los gólems en serpientes o ciempiés. Lo que les haría más fácil moverse por lugares angostos.
—Ya no vuelan, me gusta eso. —Prueba la galleta con miel, el sabor es dulce. La última vez que comí algo así fue hace casi diez años—. Muchacho. ¿Sobre la visión?
—Pues… Pensé en una visión quimera entre sensores de calor y de movimiento. Algo parecido al sensor de cúmulos de agua. Con ello podríamos comunicar el gólem principal usando la misma técnica que una radio haciendo un mapa del terreno y de los enemigos. Sin importar si es de día o de noche.
—Sí, un sonar y un sensor térmico. Los gólems pequeños sólo necesitan eso y moverse. Aunque hay herramientas más seguras que la radio para comunicarse.
—Incluso podrían hacerse con materiales desechables como madera, para así enfocarnos en la funcionalidad.
—Gracias muchacho. Una última pregunta. —Espero que no sea sobre Mirakel como la última vez—. Seguro no sabes sobre matemáticas, pero cómo describirías tu el aprendizaje.
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La viajera y el aprendiz
FantasyHeld, un enano con grandes deseos de encontrar su lugar en el mundo, y Mirakel, una semielfo que añora por la oportunidad de vivir una vida sencilla. Ambas vidas crearán una conexión con el otro, que ni la muerte podrá romper. Y los oscuros secretos...