La llegada de la noche trajo un silencio poco pacífico así como incertidumbre para nosotros.
-¿Que haremos Alexis?, no puedo permitir que ella tenga a nuestra hija aunque sea un par de minutos, no se ni siquiera donde esta Miranda...- vi sus ojos cristalizarse poco a poco.
-Cariño no es tu culpa, verás que pronto tendremos noticias y ella estará bien- la abracé besando su cabello -En cuanto a Alexis tendrá una citación , ella ya es una niña que puede decir así que estoy más que seguro que ella te elegirá una y mil veces- me aparte un poco de ella.
-¿Sabes por que amo a Alexis?- miro mis ojos -Porque entendí que si entendía como la amabas a ella podía entender como me amabas a mi y eso sinceramente fue más de lo que una vez imagine- junte mis labios con los de ella unos breves segundo antes de que nos apartarlos por el sonido de su un teléfono, el de ella en específico.
-Carlos- contesto inmediatamente, su piel perdió color y parecía más nerviosa que nunca -Yo solo... ella esta bien- su voz temblaba con cada palabra.
-Tranquila- tome su mano a lo que sea que estuviera escuchando del otro lado. Sin embargo el romper en llanto fue suficiente para no saber bien en qué situación se encontraba.
-Es bueno... es bueno saberlo... no te preocupes... todo esta bien... ahora esta bien...- fue todo lo que dijo antes abandonar el teléfono y cerrar los ojos para dejar salir un largo suspiro. -Ella estuvo bien todo este tiempo- se dejó caer en la cama.
-Ahora puedes estar tranquila- me acerque a ella rodeandola con mis brazos y besando su frente. -Estaremos bien- acaricie su espalda una y otra vez.
-Creo que poco a poco comenzaré a creerlo- su voz sonaba cansada.
-Ven, descansa verás que mañana todo saldrá mejor- y acomodando las cobijas y con un último beso deje que descansara mientras yo tenía mi mente con más incertidumbres.
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La mañana había llegado dejando a la vista unas enormes ojeras en el rostro de Hailey quien cargaba a nuestro hijo en brazos.
-¡Papá!- bajo corriendo Alexis con su mochila en mano.
-¿Que sucede princesa?- deje de lado la fruta que estaba picando.
-No encuentro mi pulsera...- señaló su mano vacía. -No iré a ningún lado sin ella- exclamo un tanto molesta.
-Pero princesa, se hará más tarde para irnos- las citas en los juzgados eran estrictas.
-Pero no puedo irme sin ella- declaró.
-¿Por qué?- intervino Hailey.
-Porque tu me la diste de cumpleaños, recuerdas que son iguales y quiero mirar mi pulsera y saber que tu eres la única mamá que conozco- su declaración me lleno de orgullo.
-Cariño...- hailey dejo a harry en mis brazos para tomar por los hombros a Alexis y segundos después darle un abrazo. -Puedes tomar la mía, porque tu también eres la única niña hermosa que quiero como una hija...- la manera en la que ambas habían llegado a congeniar siempre me daba una sonrisa. Como amaba a ese par de mujeres.
Y colocando su pulsera de manera que quedará perfecta en su aún pequeño brazo Hailey dejo un largo y sonoro beso en la frente de Alexis tratando de ocultar sus lagrimas.
-Es hora- dije rompiendo el silencio dejando nuevamente a nuestro hijo en sus brazos.
-Los estaré esperando... a ambos- dijo Hailey una última vez desde la puerta.
Uno nunca sabe que sorpresas trae la vida.
Besos. Sam. ❤
Tuve que leer nuevamente toda las historias para poder retomar el hilo y algunos nombres, pero aquí esta ya, casi a terminar o quien sabe.
¿QUE SUCEDERÁ?