Y si, frente a mi tenía a la madre de mi hija, aquella mujer que nos había abandonado hace ya más de nueve años.
-¿Estas en problemas Alexis?- parecía que desconocía mi situación actual.
-Mi esposa lo esta- eso debió tomarla por sorpresa ya que abrió su boca pero de ella no salía nada.
-Así que te has casado- parecíamos un par de amigos que no se veían en mucho tiempo y recién se ponían al corriente.
-Si, y tengo otro hijo...- me asombrada que aún no preguntará por mi hija.
-¿Como esta ella?- su voz parecía que se quebraria en cualquier segundo.
-Ella esta bien- no quería hablar mucho de mi hija ya que ella se había desligado de cualquier responsabilidad como madre. -Pediré si puedo ver a Hailey...- me aleje de ella, ahora mi vida debía continuar y alejar el pasado y sacar a la madre de mis hijos de este lugar.
-¿Que ocurre?- pregunto el capitán.
-Necesito ver a Hailey, su abogada esta aqui- realmente no me había puesto a pensar en el hecho de que Julia Winston ahora era abogada, creo que su vida no tenía importancia para mi.
-Puede pasar su abogado, tu deberás esperar un poco...- esta frustrado quería ver que esta ocurriendo, pero sólo lo escucharía de la boca de mi esposa.
-Señorita Winston- la llamé, ella rápidamente se acercó.
-¿Si?- me miro, su mirada parecía distinta a la que tenía cuando era joven, como si la maldad que hubo en ella cuando nos abandonó ahora fuera sólo generosidad.
-Sólo tu puedes pasar a ver a Hailey, por favor mantenme al tanto de la situación... dile que estoy aquí para ella y que nuestros hijos esta a salvo...- al mencionar a nuestros hijos su semblante cambio, como si le afectará la palabra.
-Veré que sucede- asenti y espere hasta que se fue.
Ojala pudiera haber entrado antes y decirle a Hailey de quien se trataba quien ahora la representaría.
No era nada más ni nada menos la madre biológica de Alexis, pero sólo eso ya que yo con esfuerzo la había educado y ahora estaba seguro que Hailey estaba poniendo su granito de arena.
Fui por un café cargado para no quedarme dormido en lo que esperaba, estaba cansado debía admitirlo, pero así era mi vida, no me quejaba de ella sólo de lo intenso que se volvía mi trabajo.
Debía llamar al hospital para pedir quizás un día, no sabía que tan complicada estaría la situación.
Cuando me lo autorizaron llamé a mi madre para explicar lo poco que sabía.
Iba a volverme loco si pasaba un minuto más sin saber nada de Hailey.
Hasta que vi salir a Julia de la sala de interrogación.
-¿Que sucedio?- pregunté.
-Nada bueno, tu esposa está metida en algo serio- sus palabras no eran las que esperaba -Pero no te preocupes, yo la representare, será sencillo- volví a respirar tranquilo.
-Gracias- dije sinceramente.
-Pero quiero algo a cambio...- empezaba a presentir que quedría algo que me doleria hasta el alma...
Besos. Sam. ❤
¿TEORIAS?