Capítulo 3: Deceo fugaz.

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El equipo 7 se encontraba en la puerta principal de Konoha, sobra decir a quien esperaban para poder irse, había pasado una semana desde aquella promesa que parecía tan inocente, como un juego de niños, el rubio se sentía emocionado, era su primera misión en meses, no hacían misiones por el cuervo que estaba siendo vigilado, pero esa vez no sólo tendrían una, sino que también saldrían de la hoja, en aquel momento la pelirrosa hacía caso omiso al kitsune que intentaba hablar con ella, milagrosamente pensaba en sus propias cosas, y no estaba serca del pelinegro, este estaba recargado en la pared, miraba fijamente a la ojijade, no entendía como podía ignorar al rubio de esa manera, si el ojiazul le pusiese la mitad de la atención que le ponía a ella, seria infinitamente feliz, seguía con la mirada cada movimiento que ambos hacían, a pesar de estar irritado por ver los constantes rechazos de la chica al menor, agradecía que esta no le hiciese caso, y sacudió su cabeza en negación cuando se le pasó vagamente la idea de que ellos podrían estar juntos, pero luego simplemente se tranquilizó, eso era imposible. Después de un largo rato de espera el peliplata impuntual llegó, (Se perdió en el sendero de la vida :3), así partieron fuera de su aldea natal... Durante esa misión el hombre mayor tenía que cumplir con el deber de los anbu asta ese momento, estos no irían lo cual relajó bastante al ojinegro, pero el encargado de vigilarlo ahora era su maestro, en cuanto a la misión en si, no era algo realmente interesante, solo ir a ayudar a una granja en uno de los pueblos fronterizos, aún dentro del país de fuego, no había mucha prisa así que se fueron caminando tranquilamente, no importaba si iban a ese paso o a uno más rápido, igualmente llegarían ese mismo día por la tarde o la noche.

Todo el camino fue relativamente normal, el equipo se quedaba callado por momentos, después charlaban y se divertían, también los dos chicos solían discutir, algo que igualmente era normal y cómico, estando a mitad del camino el equipo decidió parar para tomar un descanso, aunque no era realmente necesario ya que ninguno se encontraba cansado y podían continuar tranquilamente, pero servía para relajar un poco las cosas entre los tres chicos que parecían estar irritados de una u otra forma, pararon en un pequeño claro en medio del bosque, al dejar sus cosas el rubio se alejó del equipo, se escuchaba el correr de un arroyo serca así que fue ahí.

No le costó demaciado encontrarlo, se acercó al agua cristalina sentándose en la orilla viendo el fondo del pequeño río que fácilmente se veía, se quitó la sudadera naranja y la puso a su lado, era verano así que era normal que hiciese tanto calor, lentamente y con mucho cuidado se quitó el protector de la frente, dio un ligero alarido de dolor cuando rozó un moretón que tenía encima de su ojo izquierdo, que antes había estado completamente cubierto por la banda, tomó un poco de agua en sus manos y mojó su rostro, se sintió tan refrescante que se relajó de inmediato, en ese momento se sentía realmente bien, la paz interna que tenía era algo que ya necesitaba, hacía mucho tiempo que no se sentía así, el viento soplando a través de los árboles, haciendo a las ojas danzar, el sonido del agua corriendo y el cielo azul tan despejado, solo podía admirar la gran vista que había, mientras sonreía gustoso de esa situación, algo que fue interrumpido por el sonido de arbustos moviéndose a su espalda, rápidamente el ojiazul volvió su vista al sonido pudiendo ver a un azabache que salía tranquilamente del bosque, con su típica cara sin expresión, al rubio le disgustó un poco y solo esperó que no viniera a molestar, se miraron fijamente mientas el Uchiha se acercaba a él.

—¿Ya nos vamos...?— Preguntó el rubio con un tono ligeramente triste, el azabache negó con la cabeza.

—Aún no...— Dijo simplemente mientras se sentaba a lado del kitsune, este volvió su vista al cielo y de nuevo sonrió, el pelinegro lo miro fijando su vista en su frente, el rubio se sobresaltó un poco al sentir que la mano del cuervo se deslizaba por su cabeza quitando suavemente mechones rubios de encima del golpe.

Su Sonrisa. (SasuNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora