Durante la guerra
Bakugo se levanta orgulloso y respirando profundo pero discreto para calmar su llanto. Sus fuerzas se han renovado, su amada le ha dejado por regalo las propias. Con fuerte voz trata de convencer a quienes le atacan —¡Deténganse ahora, nada ganaremos con esto! ¡Tenemos que hacer el bien! ¡Ésto no es ser héroes del reino, es ser asesinos! ¡Sean héroes, no asesinos! ¡Sean héroes, no asesinos! ¡Sean héroes, no asesinos! —, y al modo de All Might, se defiende con una descomunal fuerza física y mágica sin lastimar a nadie, se convierte en el tipo de héroe que aquella voluntad que queda, necesita.Los soldados de AFO no se han integrado a la batalla, pues a pesar de haberse enterado por el ruido, la imagen inocultable del gran dragón rojo, los numerosos incendios y gritos de rabia, impotencia y desesperación, a pesar de todo, deciden no intervenir en una guerra de la que no saben qué bando los defiende, así que, sin ellos en el campo de batalla, ésta no es más que una guerra interna en territorio extranjero.
Vaya, Midoriya Izuku, el camino al infierno está plagado de buenas intenciones.
La madre del príncipe bastardo ha llegado y se ha integrado a la contienda hace poco, unos minutos después del primer ardiente aliento del hombre dragón, y aunque no ha acabado de entender el origen de la disputa, lo primero que ha hecho es buscar a su hijo para cubrirlo y protegerlo.
Así lo hace, lo ha cubierto un par de veces del aliento de la bestia y otros ataques atrayéndolo hacia sus manos con su habilidad especial, él no ha respondido más que con secos "gracias" sin siquiera mirarla a los ojos, pues su rencor por lo que ha desmentido tan sólo el día anterior no se ha aplacado.
La habilidad mágica especial de Inko Midoriya ha sido atraer cosas hacia sus manos, según el tiempo que ha entrenado cada vez puede hacerlo con objetos más grandes y la fuerza, velocidad y precisión con que lo hace es mayor. La feroz batalla continúa y en lugar de ir a favor de los jóvenes que buscan la paz con el reino en el que se encuentran, parece que las palabras del rey han fortalecido a quienes le obedecen. Una vez más un soldado tiene la valentía de ir sobre una de las tres cabecillas del movimiento, va contra el príncipe aceituna, lo cubre su madre.
Los ojos esmeralda de Inko Midoriya afilan la vista divisando a varios metros una flecha de hierro que sale de los dedos de un soldado cuyo cuerpo es completamente de este elemento, el arma apunta exactamente al pecho de su amado niño, —¿Qué puedo hacer? Si me interpongo me dará a mí pero si muero no puedo seguir protegiéndolo —piensa, la idea es asesinar a aquel soldado, a Inko no le importa matar si es por defender la vida de Izuku, el modo de hacerlo con su habilidad es extrayendo el corazón para atraerlo a sus palmas, pero será duro romper aquella piel de hierro, cargar con un corazón de hierro y a tal distancia, ¿lo logrará antes de que la flecha se dispare?Ambos ataques suceden al mismo tiempo.
Tetsutetsu cae de espaldas de su caballo con un hueco en el ferroso pecho sin una gota de sangre.
Izuku, montado sobre su caballo, siente el peso de un cuerpo caer sobre su espalda, al parecer de alguien que también monta el suyo, está rodeado de tanta gente que no se ha percatado que en ese momento su madre estaba de nuevo detrás de él, se voltea y la escena hela sus ojos y su garganta. Es ella, es la mujer peliverde de media coleta, la más bella de todo el ejército, con una lanza de hierro atravesada en el pecho que la ha matado al instante, tiene la mirada petrificada y los brazos caídos a sus costados y un corazón de hierro cayendo de sus manos, la sangre brota del hueco en su armadura. El joven baja de su caballo sin soltar a su madre y la baja a ella del suyo con cuidado, tembloroso pero seguro y dispuesto a ayudarla, la recuesta en el suelo entre ambos corceles, se hinca frente a ella, se quita el casco y le habla —Mamá, mamá, reacciona, tengo que llevarte a que te traten, esta herida es grave —, los ojos de Inko están abiertos pero congelados, de su boca empieza a salir un hilo de sangre, —Mamá, Dios mío te has desmayado —pero no hay señal de vida, —¿Cómo te quito esto? —la escasa calma de Izuku empieza a esfumarse al pensar que puede que no ya no lo escuche, que ya no haya vida alguna dentro de ella, —¡Mamá! Despierta y ayúdame a ayudarte —le tiembla la voz, mueve sus manos por todos lados buscando cualquier solución o alivio posible, sus cejas se fruncen goteando la imagen del inminente llanto, y, con todo el miedo del mundo acerca su oreja al pecho de su madre.
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Bastardo redentor | BNHA fanfiction, AU Medieval | Cuento corto
FanfictionDramas familiares, amoríos inconclusos y una guerra entre camaradas. Hace siglos, un mago malvado y poderoso conocido como All For One consiguió la inmortalidad para él y su hermano menor, a quien fue criando en odio y oscuridad. AFO domina gran par...