*Capítulo 5*
— Vaya manera de encontrarnos— dice con una sonrisa ladeada que, ¡Dios! Me derrite las entrañas— Creo que se volverá costumbre.
Ojalá. Pienso y no entiendo porque.
— Lo siento— digo y me reacomodo en mis pies, para después pasar un mechón de mi cabello tras mi oreja — Últimamente he estado caminando distraída.
— Deberías, por lo menos, mirar hacia adelante— expresa de manera divertida y por algún motivo que desconozco, sonrío.
— Lo tendré en cuenta— susurro.
— Estaba buscándote— informa y mi ceño se frunce.
— ¿A mí?— asiente y mi confusión aumenta.
— Si, pase por la agencia temprano, pero no estabas.
— Oh, el sujeto. Si, mi compañera me comentó algo— digo y tocó mi sien como si hubiera descubierto América.
— La castaña, ella dijo que llegarías después.
— ¿Sucedió algo con su teléfono?— cuestiono.
— No. Todo está bien con el teléfono, pero te busco para agradecerte— dice mirándome.
— ¿Agradecerme?.
— Si, gracias a ti, mi empresa no quebró— dice de repente.
Espera, ¿Qué?.
— ¿Eh..?— cuestiono estupefacta. Él sonríe.
— ¿Recuerdas el virus que encontraste en mi teléfono?— pregunta, yo asiento— Bueno, resulta que, ese virus era alguna clase de aplicación para poder vaciar cuentas bancarias.
— ¿Cómo...?— mis ojos se abren a tope.
— Pues eso, gracias a ti no pudieron hacer nada— sonríe ampliamente y mi corazón comienza a bombear frenéticamente.
— Oh... bueno... — froté mi cabello con la palma de mi mano y una risa ronca salió de sus labios, haciendo que mi cuerpo entero se estremeciera— No sabía que era eso, solo ví que era un virus.
— Esa fue mi expresión cuando lo supe— informa observándome— Quería darte las gracias personalmente.
— Bueno, no hay de que — sonrío— De nada, supongo.
— ¿Quieres cenar conmigo?— mi sonrisa se borra de golpe.
¿Él dijo eso?. Si, Sol. Él dijo eso.
Mi mente quedó en blanco y mi rostro debe estar peor que un papel.
— ¿Nosotros?— cuestiono a lo estúpido.
No, idiota, los vecinos. Me abofetee internamente por tonta.
— Si, pero si estás ocupada puede ser otro día— aclara.
— Eh... si, yo... este no...— bien, Sol. Respira— Hoy estoy ocupada, tengo que hacer algunas cosas, pero... mañana estoy libre.
— Bueno, entonces ¿Mañana?— asiento— ¿Quieres que pase por ti?.
— Yo, eh... claro— asiento— Podemos vernos en la esquina donde nos encontramos la primera vez, ¿La recuerdas?.
— Si, la recuerdo— tiende su mano en mi dirección y la tomo a modo de despedida— Nos vemos, Sol.
— Adiós— susurro, mientras veo como sale del centro comercial.
¿De verdad me invitó a salir?. Si, Sol. Pero no te ilusiones, solo es para agradecerte.
Suspiro, no te ilusiones, Sol. No te ilusiones.
Salgo del centro comercial, y con desgano me dirijo al supermercado. Hoy me toca comprar todo lo necesario para mí departamento. Siempre hago las compras una vez al mes, así puedo ahorrar y comprar todo lo necesario de una vez.
Una mujer organizada vale por dos.
La felicidad se notaba en la sonrisa que llevaba marcada en mi rostro, y no me culpo. Encontrar una oferta de dos por uno en los yogures helados en el supermercado, es increíble.
— All you have to do is stay, a minute, just take, your time... — tarareo al ritmo de la voz de Alessia Cara y cruzo la calle percatándome de que, el semáforo esté en rojo.
Siento como tiran bruscamente del alambre del audífono y prácticamente lo arrancan de mi oreja, sobresaltada y molesta me giro para encontrarme con el rostro de Max, y aparte con la sonrisa burlona bailando en su rostro.
— ¿Es que no te cansas de ser tan idiota?— pregunto con la voz demasiado elevada, y él solo sonríe.
— Te metiste con la persona equivocada— me señala con su dedo índice y ruedo los ojos.
— Mira como tiemblo— meneo la cabeza de un lado al otro y me giro para seguir con mi camino— Imbécil.
¿Por qué tiene que joderme la vida?, estúpido. No dejes que te dañe la tarde, Sol.
Suspiro pesadamente y saco mis llaves luego de llegar a mi edificio, subo las escaleras a trote. Si, mi edificio tiene ascensor, pero les tengo pánico. La sola idea de quedarme encerrada allí, durante horas, me causa nervios.
Tampoco son tantos pisos, son solo tres. El edificio cuenta con cinco pisos, la mayoría de las personas que viven aquí son de tercera edad, o parejas con un niño. Por lo general, es tranquilo. No se realizan muchas fiestas y eso. Solo que en el cuarto piso se realizan las reuniones de un grupo de apoyo.
Me gusta vivir aquí, no creo que me mudé por ahora.
Sigues teniendo el otro departamento. Cállate, Sol. Cállate.
Entré al departamento y después de cerrar la puerta voy a la cocina y dejo las bolsas sobre la barra.
Saco todo y ubico cada cosa en su lugar. Mi teléfono suena y el nombre de Andy se marca en la pantalla, e inevitablemente sonrió.
«Sol, de mi vida. Amor de mis entrañas».
Río y niego divertida.
«¡Muñeco divino!. ¿Cómo estás, mi amor?».
«Excelente, nena. ¿Cuándo nos vemos?».
Sonrío.
«Cuando quieras, bebé».
«Bueno, hoy no puedo. Lo siento, estoy a finales de semestre. Pero mañana pasaré por la agencia y así almorzaríamos juntos».
«Esta bien. Nos vemos, te amo con mi alma».
«Yo te amo con toda la fuerza de mi ser».
Coloco el teléfono en mi bolsillo trasero y voy en la búsqueda de mis pastillas. Cuando llego al baño veo que, el botecito de mis pastillas está vacío.
¿En serio, Sol?. Acabas de venir del súper. Lo sé, pero olvide que no tenía pastillas.
Me reprendo y busco mi abrigo para salir nuevamente, pero está vez en dirección a la farmacia. La señora Karen, mi vecina me sonríe.
— Niña, Sol. ¿Cómo te encuentras?— su arrugada mano toma la mía y en cierta forma me reconforta.
— Muy bien, doña Karen. Y usted, ¿Todavía hace ejercicio?— pregunto divertida.
— Claro, este cuerpo no se mantiene solo— río— ¿A dónde vas, mi niña?.
— A la farmacia. Pero vuelvo rápidamente— asiente.
— Ten cuidado.
Asiento y bajo rápido, para después ir en busca de la farmacia.
Mi rutina diaria.
.
.
.¡Invitaron a salir a nuestra Sol!.
¿Emocionados?.
3/3
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Invierno de fuego [Fríos I]
RomanceArdía por dentro. Por el hielo que rodeaba su corazón. Su piel fría. Por el fuego que habitaba en su interior. El invierno recaía sobre ambos. El fuego los consumía lentamente. Un corazón de hielo. Un alma en llamas. *Primera parte de la Bilogía Frí...