Secuestro • MewGulf

Capitulo 1

Cuando Mew Suppasit uno de los criminales más buscados en Bangkok es convocado para el secuestro de cinco chicos millonarios, no duda en ningún segundo en aceptar la oferta...

Lo que nunca pensó fue enamorarse de uno de ellos.

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Gulf apretó el móvil entre sus manos. Estaba asustado, no iba a negarlo, pero no lo daba a notar. Sus cuatro mejores amigos habían desaparecido en lo que iba la noche y si el instinto no le fallaba... El podría ser el siguiente.

— ¿Quien eres? — pregunto al teléfono, pero nadie le respondio — ¡Basta, me has estado llamando toda la maldita noche! — grito desesperado. Tenía dieciséis llamadas de ese numero y ni siquiera sabía de quien se trataba — Tu... tu fuiste quien los secuestró... ¿cierto?... — dijo Gulf, pensando en sus amigos.

— Se donde estas ahora — le respondió el chico detrás de la otra línea, tan malditamente relajado — Te estoy viendo — Gulf solo logro ponerse más nervioso al oír esas palabras. Miro a ambos lados de la habitación, se encontraba nervioso y sus manos dudaban, pero se dio cuenta que estaba completamente solo, así que trato de respirar de nuevo — Así que... escucha... necesito que salgas de la habitación en donde estas.

— Vete al diablo — susurro Gulf.

— Tienes dos minutos para salir de tu habitación, ¿entendido? — Esta vez el chico calmado de la otra línea había desaparecido, ahora se escuchaba realmente molesto y eso puso en alerta a Gulf por un momento — O si no me tocara a mi sacarte de ahi... Aunque pensándolo bien, nos podemos quedar un rato a probar la cama... ¿Que dices?

— Que te pudras.

— Sal de la habitación — Mew le dijo serio. — O esta vez te lo juro que mato a uno de tus amigos.

Al escuchar aquello Gulf sin pensarlo salió casi corriendo de la habitación. Sin saber a sonde ir exactamente.

— Eso es... — susurro Mew por el teléfono — Ahora necesito que vayas a la cocina.

Y entonces, en ese momento una ligera idea se instaló en la mente de Gulf. Colgó el teléfono y corrió con todas sus fuerzas hasta la puerta principal de la enorme mansión, pero cuando intento abrir la puerta ya era demasiado tarde.

— Hey, hey....  — negó Mew — Te dije que fueras a la cocina, ¿no es así? — Gulf podía sentir el calor del pecho de ese hombre en su espalda y esas manos que estaban agarrando su cintura. Mew le tapo los labios a la vez obstaculizaba su respiración. Y antes de que el viera todo obscuro, Mew susurro algo en su oído — Vaya, resultaste más interesante que los demás... —