I: I want you

5.2K 642 480
                                    

Los entrenamientos con la policía terminaron hace dos semanas. UA les dio una semana de descanso a los cursos de héroe del segundo año y, aunque Shouto no quería volver a casa, lo hizo. 

De todas formas estaba solo. Izuku no hablaba con él, y no lo haría hasta que el dolor de su ruptura desapareciera. Iida se mantenía junto al peliverde, Uraraka siempre estaba con Tsuyu y nunca fueron tan cercanos. Yaoyorozu lo acompañó todo lo que pudo. La mayoría de los alumnos se quedó en los dormitorios, pero a la chica seguía afectándole ver a Jirou y Kaminari tan melosos como al comienzo de su relación, y, aunque ponía siempre una sonrisa, Momo necesitaba también alejarse un poco.

¿Y qué decir de él? Al día siguiente de terminar su relación con Midoriya quiso hablar con Bakugou. No iba a confesarse en ese mismo momento, era demasiado pronto y le debía respeto al peliverde, pero quería preguntarle a Katsuki si es que existía la posibilidad de volver a salir el fin de semana. La tarjeta de su padre seguía en su poder, y quería visitar muchos locales junto al rubio. Solo ellos dos. 

Esa plática jamás existió. No vio al rubio durante la mañana, pero no se preocupó. Era sábado, no tenían clases y muchos aprovechaban para dormir hasta el medio día. Él también lo hacia, pero las ansias de verlo eran tantas que no pudo descansar correctamente la noche anterior. 

A eso de la una de la tarde subió hasta el tercer piso de los dormitorios, decidido a buscarlo. Y lo encontró. Saliendo de la habitación de Shinzou, con pijama, el cabello revuelto y bostezando.  Unos brazos envuelto alrededor de su cintura le impidió moverse, ni siquiera vio al bicolor, pero Todoroki si observó el beso que el pelimorado le dio y que Katsuki correspondió.

—¿Qué demonios? No seas tan jodidamente pegajoso tan pronto —reclamó el rubio, golpeando a Shinzou en el estómago con el codo—. Suelta, quiero mear. 

—¿En serio estoy besando esa boca asquerosa?

—¡Já! La quieres desde hace malditos seis...

Callo. Bakugou lo notó a mitad del pasillo, quieto como un estúpida estatua humana, sin poder retroceder ni avanzar. Por suerte estaba a una distancia considerable de ellos. Si ya el pecho le dolía de verlo desde "lejos", Todoroki no quería pensar en como sería con más cercanía. 

—¿Y tú qué? —inquirió el rubio—. La habitación de Deku está arriba, idiota.

—Si, lo sé, pero yo, uhm... —Miró la puerta a la izquierda de la de Bakugou—. Kirishima... Si, Kirishima. No lo vi abajo así que yo...

Golpeó la puerta inmediatamente, intentando no mirar a los otros dos. Sabía que los ojos rubíes estaban fijos en su cuerpo y le hicieron sentir ansioso. Ansiosos y con el corazón apretado, la mandíbula tensa y esperando que el pelirrojo realmente estuviera en su cuarto. Era cierto que no lo vio en el salón, pero sabía que usualmente salía a correr o a entrenar, y realmente necesitaba una escapatoria en ese momento. 

Estaba callado, muy callado, pero sentía que una parte de él estaba gritando de dolor y desesperación. 

—¿Kirishima? —La voz del rubio se escuchó confundida, no le creía—. ¿Qué demonios tú y él...?

La puerta se abrió en ese momento. El pelirrojo, somnoliento, casi no lo observaba, sus ojos estaba entreabiertos y parecía no reconocer completamente a Todoroki frente a él. 

—¿Todoroki? —balbuceó, el cansancio seguía en su voz—. ¿Te equivocaste de piso? Tu habitación esta en el siguiente...

—No, no es eso —Sintió un nudo en la garganta, ignoró la mirada de Bakugou aún sobre él—. Quiero hablar contigo, ¿te importa si entro?

Why are you so angry? [©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora