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❛LA ABUELA❜
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Nos vemos chicos─ me despedí de ellos para después cerrar la puerta.
─ me caen bien tus amigos, el de rulitos es re chistoso. ─ dijo.
─ ¿Finn? ─ pregunté.
─ No, el otro. ─ dijo.
─ ¿Jack? ─ ella asintió. ─ ah sí, es un cago de risa el loco.
─ tenés que invitarlos más seguido. ─ dijo. Yo asentí.
─ Voy a mi pieza. ─ avisé.
─ bueno dale, yo mientras preparo una salsita para comer ─ dijo.
Fui a mi pieza y me tire a la cama, suspiré. Ya casi son las fiestas, y no tengo con quien pasarlas, siempre las pase con mis abuelos, los cuatro solos. A veces desearía conocer a mi papá y su familia. ¿Que es de la vida de el? ¿Tiene otra familia? ¿Está muerto? No se que pensar, nunca lo conocí.
Mi mamá me dice que me parezco a el en actitud, que soy divertida igual que el y no tengo vergüenza alguna para hacer o decir las cosas.
─ _____... ─ Mamá entro a la pieza. ─ tengo que decirte algo, no se cómo te lo vayas a tomar. ─se sentó en la cama y me miró. ─ La abuela esta enferma.
─ ¿Que? ─ pregunté. ¿Enferma? ¿Que mierda?
─ sabes que ella tiene problemas en el corazón. ─ dijo. ─ la internaron ayer en la noche, el abuelo está preocupado, no sabemos nada. ─ hablo suavemente.
─ ¿Como que no saben nada? ¿No le dijieron nada? ─ mi voz tembló, no quiero llorar. ─ mamá no...
─ vamos a tener que viajar. ─ aviso.
─ ¿Es muy grave? ─ pregunté, ella solamente asintió con la cabeza. Sentí mis ojos picar ─ tengo miedo, ma. No quiero que le pase nada. ─ murmuré, una lágrima cayó.
Mi mamá secó sus ojos con la palma de su mano, ella también lloraría. ─ yo también, gorda. ─ me abrazó.
─ no, no quiero. No quiero que se vaya. ─ lloré. ─ me quiero ir a la mierda ma, quiero que ella esté bien, quiero volver.
─ tengo que ver cómo vamos, no tengo mucha plata. ─ dijo.
─ ¿El abuelo? Sabes que no me gusta aprovechar, pero capaz el abuelo puede pagar un pasaje o algo, pero quiero ir cuanto antes. Quiero ver a la nana. ─ limpie mis lágrimas.
─ si ya se hija, ahora le voy a preguntar. Vos quédate tranquila, te prometo que vamos a disfrutar a la abuela por mucho tiempo, no de va a ir ahora. ─ dijo mientras acariciaba mi espalda.
─ ¿Lo prometes? ─ pregunté.
─ lo prometo. ─ contesto. ─ ya vuelvo.
Tenía miedo, creo que miedo es poco para describir lo que siento en este momento. Me estoy arrepintiendo de venir acá, quiero estar en la casa de mis abuelos mirando la novela del trece con mi abuela mientras tomo la chocolatada. Quiero estar con mi abuelo arreglando cosas de la casa o jugando a las cartas. Extraño allá.
Trate de calmarme un poco, lave mi cara, estaba roja, tenía los ojos inchados y rojos. ─ ¿Niki, dónde estás? ─ me preguntó mi mamá.
─ en el baño. ─ contesté. Ella paso al baño y me miró.
─ conseguí los pasajes... ─ murmuró. ─ pasado mañana nos vamos.
─ ¿No puede ser ahora? ─ pregunté con una sonrisa.
Ella rió. ─ no, no puede ser. ─ contesto. Me acomodo el pelo y me dió un beso en la frente.
─ ¿Vamos a volver acá? ─ pregunté.
─ si, pero te juro que le voy a decir a los abuelos que vengan. ─ dijo.
─ piola. ─ sonreí. La idea de que mis abuelos estén acá me alegraba. ─ ¿Vamos a pasar las fiestas allá? ─ pregunté.
─ Navidad. ─ contesto. ─ año nuevo pasamos aca. ─ dijo y yo asentí. ─ vamos a comer algo ¿Dale?
─ dale. ─ conteste.
[•••]
─ ¡_____, despertate! ─ ordenó mi mamá. ─ dale que vamos a llegar tarde. ─ dijo.
─ ya va. ─ murmuré.
─ te espero abajo. ─ dijo y de fue. Me fijé la hora en mi celular, eran las tres de la mañana, el vuelo sale a las cinco.
Me levanté y me cambie, quería estar cómoda. Me puse un buso re grande verde. Era re calentito.
─ ¿Sabes algo de la abuela? ─ le pregunté a mi mamá mientras tomaba el té.
─ sigue igual. ─ contesto sin mirarme. ─ no te preocupes. ─ dijo.
─ está bien. ─ dije. ─ ¿Mariela sabe algo? ─ pregunté. Ella asintió. ─¿Va a ir a visitarla? ─ pregunté.
─ no sé nada . ─ contesto mi mamá.
─ bueno, ¿Vamos? ─ pregunté viendo la hora. Tres y media pasada.
─ dale, vamos, espera que llamo a un remis. ─ dijo.
─ llama a un Uber.─ le dije.
─ bueno ─ dijo. Entro a la aplicación y pidió uno con mi ayuda. Llego a las cuatro justo.
Subimos las maletas y revisamos una vez más que esté todo cerrado. ─ ¿Llevamos todo? ─ preguntó mi mamá.
─ si, llevamos todo. ─ contesté ansiosa. Quería ver a mi abuela.
El Uber tardó media hora en llegar al aeropuerto, faltaban mas o menos unos veinte minutos para subir al avión. ─ ¿Querés comprar algunos chicles? ─ preguntó mi mamá.
─ si, bueno. ─ respondí. Me dió la plata para comprar y fui hacia un puesto. ─ Hola, quiero estos chicles. ─ le dije amablemente al señor.
─ claro, son dos dólares. ─ ah la mierda se te voló el precio. Le di la plata ─ que tenga un buen viaje señorita.
─ Gracias. ─ agradecí.
Cuando abrieron las puertas para subir, corrimos hacia allá, le dimos los pasajes a la chica alta y nos dejó pasar. Búscanos nuestros asientos. ─ quiero el de la ventana. ─ pedí. Mi mamá solo dijo que si. Estaba algo rara, supongo por lo de la abuela, pero yo estoy segura que ella se va a recuperar y va a estar con nosotros.
En todo el viaje me dormí, tenía sueño, nomás me desperté para comer e ir al baño. ─ ya vamos a aterrizar, que nervios─ aviso mi mamá. Me puse el cinturón y suspiré, está es la peor parte para mí.
Sentí que el avión empezaba a bajar hasta que tocó el piso. Estábamos en Argentina de nuevo.
