Niloa

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La sangre en las venas de Rey se heló. Estaba embarazada, tendría un hijo de Ben...y ella casi lo había matado. El caer en cuenta de la atrocidad que estuvo a punto de cometer por su propio egoísmo la hizo temblar. Un tornado de emociones la envolvió, estaba asustada ¿cómo diablos se suponía que criaría a un bebé estando sola y en un planeta como Tatooine?, también sintió una tristeza infinita porque aunque estaba segura de que quería formar una familia con Ben, él no estaría ahí para ver a su hijo crecer, para enseñarle cosas, para amarlo y abrazarlo como Han y Leia no pudieron, la invadió la rabia contra la Fuerza, su propio miedo ante el futuro; pero sobre todo, una gran felicidad al saber que una parte de Ben siempre estaría con ella y Rey supo que haría lo que fuera por proteger ese regalo. Pero inmediatamente después de la alegría, llegó una tremenda culpa.

-BB-8 ¿Qué estuve a punto de hacer?-

Se odió a sí misma por la decisión tan egoísta que había tomado, por ni siquiera haber considerado la opción de que Ben hubiera hecho algo más que sólo resucitarla. Pero es que realmente no lo hizo, porque ni siquiera creía que fuera posible.

-Pero, ¿cómo sucedió? Ben y yo...- preguntaba aturdida, sin dirigirse a nadie en realidad. Pero BB-8 pensó que le había preguntado a él y empezó a pitar su respuesta sobre la reproducción humana, algo que hizo sonrojar a Rey.- ¡Ya sé cómo conciben las personas, BB-8! Pero Ben y yo nunca hicimos eso...sólo nos besamos, una sola vez. Y hace mucho que sé que una no se queda embarazada por un beso.- contestó Rey frustrada y caminando de vuelta a la ventana.

Era culpa de la Fuerza, tenía que serlo, no había otra explicación. Trató de concentrarse de nuevo, de sentir a Ben de alguna manera o a la Fuerza misma, estaba desesperada por respuestas. Pero todo lo que sus sentidos percibieron fue la tenue presencia de la vida que se formaba dentro de ella. Se sentía aliviada y feliz, fue una sensación tan inocente la que Rey percibió que instintivamente llevó de vuelta su mano a su vientre y lo acarició con el pulgar, no pudo evitar sonreír.

Un hijo.

Tendría un hijo de Ben...

Y él no lo vería nunca.

No vería cómo su vientre se hinchaba mes con mes mientras crecía dentro de ella. Nunca lo arrullaría con su voz grave y única que era realmente gentil detrás de esa horrible máscara. No le ayudaría a dar sus primeros pasos. Jamás dormiría con su pequeño y Rey entre sus brazos. No le enseñaría a pilotear la nave de su abuelo o a ser un guerrero como su tío. Nuevamente, todo lo tendría Rey...arrebatado, como siempre.

¿Y ahora qué vas a hacer?

El pitido de BB-8 la sacó de sus propios pensamientos de culpa. El droide repitió la pregunta, más preocupado que cuando la hizo por primera vez.

-No lo sé...digo, sé que voy a tener a mi hijo y amarlo muchísimo, por Ben y por mí. Pero más allá de eso, no tengo idea.- contestó sincera.

BB-8 tenía registros de que ante situaciones de gran estrés, un descanso de mínimo 8 horas seguidas siempre ayudaba a aclarar la mente. Rey sólo necesitaba dormir y fue justo lo que la unidad BB blanca y naranja le sugirió a su amiga que hiciera.

-Tienes razón, BB-8. Sólo necesito descansar y, con suerte, cuando despierte sabré qué hacer.- Rey se dirigió a su cama, dispuesta a dormir tanto como pudiera. Entonces notó que su sable había caído a unos cuantos centímetros de su cama. Lo tomó con cuidado y su amigo droide comenzó a pitar alterado, temiendo que la Jedi volviera a intentar algo.- Descuida, amiguito, no voy a hacer nada.- se dirigió al mueble en el que originalmente reposaba el arma y la colocó en su lugar, BB-8 pitó aliviado.- Buenas noches.-

7 pasos hasta tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora