Nueve.

616 100 26
                                    

Comenzó a abrir sus ojos lentamente cuando sintió que era hora de despertarse. Porque si, ya había amanecido.
Talló sus ojos planeando pararse pero no pudo, destapó su cuerpo mirando que le impedía levantarse. El brazo de John estaba abrazando su cintura como si de un oso de peluche se tratase.

— Johnny, es hora de levantarse, quita tu brazo y despierta — movió su cuerpo.

— Mmh... — se quejó frunciendo el ceño permaneciendo en la misma posición. Estaba calientito y bien tapado, no quería moverse.

Gruñó, moviéndolo de nuevo.

— ¡John, despiertaaa! — insistió pellizcando sus mejillas. El chico de despertó haciendo un berrinche mirando mal al responsable, Mark solo se limitó a rodar los ojos y salir de su habitación para bajar a preparar el desayuno.



                     ~▪️◼️▪️~



Pocos minutos después John tomó una bata de baño y también bajo al comedor.
Había tenido un sueño tan raro que no podía dejar de pensar en el.
Irene ya se encontraba sentada en la mesa leyendo un libro, el se dirigió a donde estaba ella sentándose en la silla de al lado.

Mark estaba en la cocina haciéndola de chef, no era el mejor de todos pero sabía unas cuantas recetas básicas.
Apretó los labios al ver al castaño sentado en el comedor, tomó unos platos, mermelada y panes tostados. Se acercó a ellos cargando todos los ingredientes y dejándolos en la mesa.

— Nuestra nana descansa hoy, así que nosotros debemos hacer las cosas. Por ejemplo esto, es nuestro plato estrella — dijo comenzando a untar la mermelada en el pan tranquilamente y poniéndolo en el plato.

Regresó a la cocina para preparar licuado de fresas y dejó un vaso enfrente de cada uno de ellos.

— ¡Tara!

John intentó disimular su cara de asco al ver lo que el menor había traído. Se veía delicioso y todo eso pero...

— Yo no puedo comer eso, lo siento. — hizo una X con los brazos. Esperaba no haber sonado tan malagradecido.

El más pequeño lo miro fingiendo sorpresa, le regaló una sonrisa falsa.

— ¿P-Por que no, cuñado? — apretó los dientes preparando el plato de su hermana. De nuevo se puso a pensar en cosas absurdas como: "¿Soy tan malo cocinando que ni siquiera el quiere comer lo que hice?" ó  "¿De verdad se ve tan asqueroso?"

—Soy alérgico a las fresas, genio. — colocó un dedo en la frente del chico y lo empujó levemente — Pero, tomaré dos de estos — agarró un pan que todavía no tenían mermelada encima y robó el que tenía en la mano, dándole una mordida.

— Te iba a matar si decías que los panes no te gustaban — le regaló una sonrisa amplia, tomó el plato y el vaso del invitado para regresar a la cocina y preparar algo más.

John aprovechó que se había marchado para tocar el hombro de Irene varías veces haciendo que ella le prestara atención, era hora de hablar de lo que había soñado.

— Tuve un sueño muy raro ayer.

— ¿Qué soñaste? — preguntó tapando su boca, ya que estaba masticando.

— Que por alguna extraña razón, me casaba con Mark. Teníamos una boda sencilla y privada, solo habíamos invitado a nuestros familiares más cercanos. Estabas tú, como dama de honor usando un vestido morado y de regalo de bodas nos habías regalado un perro, era grande y blanco, lo habíamos llamado "Dante". Al final de la ceremonia teníamos nuestra luna de miel, y ya sabes lo qué pasa en la luna de miel... — sabía que no era un tema para hablar en el desayuno así que omitió esa parte— Pero, a lo que quiero llegar es a un punto.

— ¿Qué punto? — preguntó algo anonada tomando del licuado. El había dicho todo lo anterior en menos de un minuto. Desvió la mirada hacia la cocina donde estaba el ya mencionado muy concentrado en preparar café para todos, ya que si hacia otra cosa, tal vez John no podría tomarlo.

— Llegué a la conclusión de que la única forma de arreglar este asunto del matrimonio arreglado es casarme con alguien más.

— ¡¿Qué?! ¿En verdad? — preguntó sorprendida dejando de comer. Lo miró muy fijamente tratando de verificar que estaba diciendo la verdad. Negó con la cabeza tomando su barbilla.

— Escúchame bien Johnny, eres joven. Tienes una vida por delante, sueños y cosas que hacer qué tal vez no impliquen un matrimonio aún. Por ejemplo yo, todavía no contemplaba casarme.

— A diferencia de ustedes, la única persona que va a salir afectada de todos modos voy a ser yo. Esta en mi que tú también o no — sonrió sincero — Esta bien, solo tengo que buscar a alguien de mi edad, que sea decente e igual o más rico que ustedes para que mi padre cancele el trato con el suyo — se quedó pensando en los posibles candidatos mientras comía el desayuno.

— Eres un idiota por pensar así — se limitó a poner los ojos en blanco.
Se percató de que aún seguían solo ellos dos en la mesa, miró hacia la cocina extrañada levantándose para ir con su hermano.

— Mark, ven a comer con nosotros — el nombrado salió al escuchar que lo llamaban. Ya había terminado el café y traía las tazas consigo, se acercó a la mesa dejándole una taza caliente a John y entregándole otra a su hermana. Se acercó a esta última para susurrarle algo en el odio.

— Lo siento, no vine a comer con ustedes por... — señaló al chico absorto en sus pensamientos. Ambos fueron a sentarse al comedor.

— ¿Qué opinan de ese chico, del que su familia es dueña de de muchos hoteles en asia? Es guapo — sacudió su cabeza — Pero es un nerd y no iría bien conmigo ¿O qué tal del que su padre es dueño de una aerolínea? No es muy atractivo pero es inteligente... — En cuanto vio de nuevo a Mark su cara se le iluminó.
— ¡Oh! ¡Mark! ¿Cómo se llamaba el chico de piel clara y delgado que jugaba contigo cuando eras niño? El que es heredero del grupo Jung.

— Oh, lo siento. El es el chico más guapo en mi especialidad y a mi me gusta.

— No me importa, tú no te casas el próximo año. Búscate a otro — aunque el menor no se dió cuenta, le había dado a John información muy valiosa, ahora solo tenía que ir a su universidad, preguntar por el chico más guapo estudiando medicina y listo.

— Tu te vas a casar con Irene, déjalo en paz — gruñó.

— Aún así lo buscaré. No obligaré a Irene a casarse conmigo, y debo buscar a un pretendiente para reemplazarla — se acabo el café en tres grandes tragos — A menos que tú quieras ser mi nuevo esposo Mark-ie.

Como nadie dijo nada dos minutos después de que el hablara se auto-declaró victorioso de la pequeña pelea con Mark.

— ¡Ja! Eso creí — se levantó de golpe, con determinación mirando a los Lee que lo miraban perplejos. La bata de baño se le había desabrochado y ahora no tenía nada que lo cubriese más que su ropa interior — Ahora si me disculpan iré a buscar a mi futuro esposo millonario.

Caminó pavoneándose hacia las escaleras.

— ¡Vas desnudo, cámbiate! Mark, préstale ropa — gritó y pidió la chica, su hermano la miró con enojo levándose de la silla y siguiendo al más alto que se había metido a su habitación.

— ¡Me pagarás por mantener a tu esposo, eh!

Just Words || JohnMark;🍁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora