Doce.

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Había manejado hacía una cafetería que estaba abierta las 24 horas, era el único lugar donde vendían buena comida a esas horas de la madrugada.

Salió del auto y fue a abrirle la puerta.

— Baja — ordenó.

Mark estuvo indeciso un tiempo, se le quedó viendo sin decir nada. Aún así, salió del auto mirando el lugar.

— ¿Me puedo ir para que comas en paz? — el contrario rodó los ojos.

— No, venimos aquí para que cenes. Usualmente yo no lo hago, pero haré una excepción por hoy — bufó, siguiéndolo adentro. El lugar estaba casi vacío, solo estaban ellos además de un anciano leyendo el periódico y la mesera Moo de mediana edad que le servía una taza de café — Pide lo que quieras.

La amable mujer se les acercó para anotar su orden.

— Solo quiero una ensalada y un vaso con agua, por favor — dijo el sin expresión alguna, jugando con los cubiertos de la mesa. John ahogó una risita.

— ¿Ensalada, tú? ¿Desde cuando eres tan saludable? — ahora se dirigió a la camarera — Yo quiero una taza de café por favor — en realidad no tenía hambre, solo quería algo para mantenerse después que era el encargado de llevarlos a casa.

— Desde que tú te pones ebrio con dos tragos — contraatacó recordando el incidente que había pasado la otra vez.

— ¿Y grosero además? ¡Ja! Vaya que has cambiado — la señora, regreso con las cosas, colocándolas enfrente de ambos — En mi defensa quiero decir que esos no eran tragos comunes, estaban adulterados o algo. Además de que los tomé con el estómago vacío y tampoco estaba bien emocionalmente — como siempre, pensó.

Mark no había tocado para nada la comida, solo se había limitado a jugar con ella.

— Gracias... — murmuró en un tono inaudible, que no pudo escuchar el mayor.

— Hey, ya se que no te gusta la ensalada. Siempre has dicho que son simples plantas. Pide lo que en verdad quieras comer Mark-ie~

Negó con la cabeza y dejó el tenedor para tomar juntar sus manos con las de John.

— No, escúchame — pidió — Gracias por ir por mi a ese lugar, y por traerme aquí — habló algo apenado fijando su mirada en el par de manos.

— No es nada — respondió de igual manera viendo cómo sus manos se encontraban entrelazadas, cosa que le provocaba una sensación extraña pero agradable a la vez.

— Y-Yo... ¿Cómo puedo pagártelo?

— ¿A qué te refieres? Yo también tengo dinero, no lo olvides — sonrió de lado sin entender del todo.

— O sea, a lo que hiciste hoy y la comida, admito que actúe mal hoy...

— Muy mal — corrigió gruñendo al recordar. Terminó de beber el contenido de la taza e inmediatamente la mesera llegó a llenarla de nuevo. — No es necesario que me pagues, no hice todo esto esperando recibir algo a cambio. Solo, no lo vuelvas a hacer.

— Ese chico, Tae, era un obstáculo en mi relación con Haechan y, yo incluso le había más caso a él que a mi propio novio. Ahora me doy cuenta de que es un idiota — explicó bajando la mirada.

Soltó una risita después de un gran suspiro. Frotó sus manos en el su rostro, y luego peinó su cabello. Todo esto para despabilarse.

— Soy un tonto... — concluyó.

— Yo no lo creo. Bueno, acepto que lo eres la persona más inteligente del planeta, pero no eres un tonto — consolar a las personas, no era uno de los puntos fuertes de John. Si embargo, hacia lo que podía para no ver a Mark triste.

— Okey, ya no quiero — hizo su plato plato para delante.

— ¿No quieres otra cosa? Puedo comprarte lo que quieras de comer — habló aún preocupado por que el otro no había tocado nada del plato.

— No te preocupes, ya estoy lleno — sonrió ligeramente preparando el momento para intentar hacer una broma — Tal vez, fue de que me acosté con Tae, ja ja, solo bromeo...

— Así que cuando te acuestas con alguien se te quita el apetito... — dedujo algo burlón.

— Puede que sacie mi hambre teniendo sexo — murmuró divertido — Gracias — Pidió la cuenta que tardó nada en llegar.

John levantó una ceja al escucharlo, no estaba seguro si le estaba tirando indirectas para que se acostara con el. Decidió no pensar más en ello, ambos ya de regreso en el auto no hablaron mucho, no tenían idea de cuál tema sería el adecuado para iniciar la conversación, el ambiente era incómodo.

Sabían que el trayecto hasta su casa era largo, estaban hasta el otro extremo de la ciudad.

— Po-Por lo menos te has dado cuenta de que ese tipo no es buena compañía, me alegra que lo sepas — se atrevió a decir John rompiendo el silencio.

Veía al menor muy triste por todo lo que había pasado y tal vez no era el mejor al tratar de hacer sentir mejor a la gente, pero hacia lo que podía por que, era Mark.
Tomó el volante con una mano y la libre la posó sobre la palma del contrario, acariciandola con movimientos suaves.

— Dejé ir la mejor oportunidad de estar con una persona como lo fue Haechan, soy un idiota — repitió dejándole ser, aunque inconscientemente entrelazó ambas manos — Y mi carácter no ayuda... — acotó.

John acordaba que el carácter de Mark era un misterio, aveces era feliz otras triste, nunca le había podido entender al chico. Aún así, no le gustaba que el hablara mal de él mismo.

— En algún lugar leí algo qué tal vez te pueda servir "Así como hay cosas que pasan por algo, hay cosas que por algo no pasan" — recordó. Se detuvo delante de la puerta principal de la casa Lee, esperando a que se bajara.

Este suspiro mirando la casa unos segundos, regreso su mirada al conductor y le dedicó una gran sonrisa. Se deshizo del agarre de sus manos y se quitó el cinturón.

— Gracias por todo.

— Yo soy el que debería agradecerte — habló en voz baja cuando el otro abrió la puerta para bajar, de modo que no lo escuchó.

Le dedico un amplia sonrisa mientras lo observaba caminar hacia la entrada.
En ese momento, Mark paro en seco, giró sobre sus talones y aprovechó que la ventanilla estuviera abajo, recargándose en esta.

— Mmm... ¿P-Puedo pedirte algo?

— Mientras lo pueda hacer, claro — el peli-negro mordió su labio inferior, dudando si decirlo o no, negó levemente y suspiro.

— E-Espera, l-lo acabo de olvidar. Ten un buen camino de regreso, con cuidado — se separó del carro.

— Si, buenas noches. Y también dile buenas noches a tu hermana de mi parte — ya se estaba alejando cuando recordó — ¡Ah! ¡Se me olvidaba! ¡Mañana pasó por ti para llevarte! ¡Si no estás listo te quedas!

Río entrando a casa, cerró la puerta y rápidamente subió a su habitación.
Tragó saliva volviendo a negar repetidas veces, su mente se inundaba de pensamientos que lo confundían más y más.

"Basta, deja a un lado a John".

Just Words || JohnMark;🍁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora