Después de haberse marchado por más de 8 años a estudiar en el extranjero, John por fin había regresado al lugar donde pasó toda su niñez. Dos guardaespaldas con traje oscuro se encontraban colocados a cada costado de la puerta de la gran casona, ambos hicieron una reverencia al ver al primogénito y abrieron la puerta de par en par dejándolo pasar mientras este cargaba con su equipaje que consistía en una gran maleta de viaje y otra de mano que cargaba sin dificultad.
Al estar dentro, inhaló y exhaló profundamente para poder conservar en su memoria ese característico olor a madera vieja de la antigua residencia.
Kim, uno de los guardaespaldas con más tiempo sirviendo a la familia Seo, y que ahora era el asistente personal del padre de John se acercó al menor tomando su equipaje.
— El Sr. Seo lo espera en el estudio joven Seo — habló con su característico tono grave. John sonrío, ya que siendo sincero, lo había extrañado un poco.
— Lo se Kim — después de todo, esa era la razón por la que había regresado. Su padre lo necesitaba.
Subió las escaleras en forma de caracol buscando la habitación donde residía su padre.
Dio dos golpecitos en la puerta antes de de pasar, giró la perrilla y cruzó la entrada con lentitud. Al encontrarse todo su cuerpo dentro la puerta fue cerrada a su espalda, por otro hombre en traje.
— John, tanto tiempo sin vernos...
— Ahórrate esas palabras, tú no quieres decirlas y yo no quiero escucharlas — suspiró — Ve al grano y cuéntame más a detalle sobre el "asunto de gran importancia" por el que me hiciste venir aquí, si no es suficientemente bueno, me largo.
— Si te callaras me ahorrarías el estúpido monólogo — alzó la voz sacando uno de los puros del cajón y poniéndoselo entre los labios — Como sabes, el grupo Seo tiene varias acciones con otros grupos alrededor de Asia.
John sabía a donde iba dirigida la conversación así que se apresuró a preguntar:
— ¿Y ahora que te hizo la familia de Mark Lee?
— No que, quien. El señor Lee se ha encargado de que nuestra reputación en el mercado no sea del todo favorable, por no decir pésima.
— Ajá ¿Y yo que tengo que ver en todo esto? Esos son tus problemas.
— ¿Míos? Si llevas el apellido Seo entonces tienes que ver con los problemas de la familia Seo. Si no lo haces, no hace falta decirte lo que haré.
— Así que ahora recurres a las amenazas, debes estar desesperado.
— Acciones desesperadas requieren medidas desesperadas — habló como si eso justificara todos sus pecados — Traté de ser amable contigo, pero tu carácter de mierda siempre me pone las cosas difíciles. — John intentó ocultar la pequeña sonrisa que le formó en su boca al escuchar a su padre.
— ¡Ja! Así que ahora yo tengo la culpa — habló con burla — Todo este tiempo que estuve en Francia no te quejaste de mi carácter.
— Las cosas cambian, desde el divorcio con tu madre el grupo Seo ha estado perdiendo el poder que tenía, por lo que necesitamos manos extra para sacar adelante esta compañía. Y no estaría nada mal que el par que nos ayudara fueran de un Seo.
— Así que, si te ayudo a superar estar crisis ¿después me dejarías en paz?.
— Absolutamente.
— Entonces acepto — habló John sin pensarlo, y es que, no todos los días obtenía una oferta así de su padre.
— Buena elección hijo — estiró el brazo para poder obtener una mejor vista hacia su reloj — ¿Que es mejor que empezar de inmediato? Necesito que vayas a la casa de los Lee, programe una cita para que los dos se encontraran a las 11. Faltan 30 minutos, te recomiendo que ya vayas hacia allá, Kim conducirá. — John asintió con la cabeza.
