Capítulo 3

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-Buenas Noches.- comentó un chico sarcásticamente al ver a Sisath y a Aaron bajando las escaleras.

-Que gracioso, Atlas.- replicó ella, lanzándole una mirada asesina, aunque ocultando una sonrisa.

Atlas era el hermano mayor de Sisath y Liona Snow. El chico era la versión joven de su padre. Cabello oscuro y liso, perfectamente peinado hacia atrás, un poco largo, pero el peinado lo disimulaba. Llevaba un mechón blanco entre tanto cabello oscuro, cosa que se había convertido en su rasgo más característico. Piel pálida, como todos. Sus ojos eran de un profundo color azul, realmente oscuros, tanto que al observarlos sin luz podrían parecer negros. Alto, de una buena contextura. Llevaba una camisa negra de seda, mangas que llegaban hasta sus codos, abotonada hasta el último botón. Alrededor de su cuello tenía atada una corbata blanca que iba en degradé hasta azul rey, el color del cuello de la camisa y del borde de las mangas de ésta. Sus brazos quedaban al descubierto desde el codo hasta la muñeca, dejando ver que ambos antebrazos estaban llenos de tatuajes simétricos y geométricos, de patrones abstractos. A Liona siempre le habían parecido constelaciones. Su pantalón y sus zapatos eran negros igualmente, de la misma calidad del material.

-¿Estás emocionada por ir a lo de Velvet?-

Cuestionó el mayor de los nietos de Snow.

-Bastante. Sus fiestas, galas, y demás siempre son la sensación en el Capitolio.- contestó su hermana con una suave sonrisa.

-A mi me emociona es ir a ver a Velvet.- añadió Liona al entrar desde el jardín al salón, con su madre caminando detrás de ella.

-Cómo si no la vieramos casi a diario.- soltó Ivanna, acompañado con una suave risa, mientras besaba la mejilla de su hijo. -Buenos días, cariño.-

-Mamá- correspondió Atlas al saludo.

-Pequeña- saludó Aaron, pasando un brazo por los hombros de su hija menor y atrayéndola hacia él.

-Buenos días, papá- contestó Liona.

Se quedaron allí, charlando, acompañando a Sisath a desayunar, como cualquier otra familia, hasta que apareció el verdadero jefe de la familia, de la casa y del país.

-¡Abuelo!- saludó Sisath con entusiasmo.

El presidente Snow se acercó a su familia, saludando de manera calurosa a cada uno de ellos. Podía parecer un político frío y calculador para el país -no quería decir que no lo fuera- pero con su familia era más afectuoso.

-Dentro de unas horas deberíamos comenzar a arreglarnos si queremos llegar puntuales a la Gala de la señorita Leroux.- compartió el señor mayor y todos estuvieron de acuerdo.

Apenas Sisath terminó de desayunar, cada uno prosiguió a vestirse y arreglarse, pues como siempre, la Familia Snow debía deslumbrar a todos los que estuviesen presentes cuando ellos llegaran a un lugar.
"SIEMPRE CAUSAR UNA BUENA IMPRESIÓN" parecía ser el lema de la familia.

La Suerte NUNCA está de nuestra parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora