[✧]¹⁴: Park

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En realidad, Taehyung le extrañaba. El castaño tenía una autoestima real y muy seriamente baja, producto de su ex novio, quien además de haberlo complementado, también se había encargado de remarcarle con el paso del tiempo todos y cada uno de sus defectos. Aún las que eran virtudes, él se había ocupado de disfrazarlas con trapos sucios y opacos como lo que creían que eran; defectos.

Defectos, defectos y más defectos. Taehyung se observaba en el espejo y sentía que era nadie, siquiera un cuerpo celestial que formaba parte del universo y del mundo. Sentía que era un alma perdida y sin vida, indigna de absolutamente todo, sometida a la vida rutinaria y a la monotonía de cuatro paredes que constantemente lo rodeaban.

Se sentía insuficiente, y creía que por eso mismo Jaebum se había cansado de él y lo había abandonado. Su rostro, su único párpado, su cuerpo, su altura, su cabello, sus labios, su personalidad y hasta su corazón, podría ponerse a contar cada cosa que odiaba de sí mismo y jamás terminaría.

«Lo que menos me gusta de mi cuerpo son mis piernas.» había escuchado una vez a su mejor amigo decirle.

Pero por el contrario, en vez de enfocarse en sí mismo en lo que menos le gustaba, se enfocaba en lo que más odiaba, lo que significaba que odiaba todo de sí.

No fue casualidad que el mayor se hubiera refugiado en los brazos de Jimin aquella tarde de lluvia tras haber perdido las esperanzas de que su ex relación pudiera volver a florecer. Se adueñó del cuerpo del peli negro porque hacía mucho tiempo que nadie le abrazaba con tanta empatía y cariño. Taehyung estaba acostumbrado a las brutales y diminutas demostraciones de cariño que tenía Jaebum consigo, hasta que en los brazos de Jimin sintió que estaba donde debía estar.

No sabía cómo, pero lo sentía así.

Como si la ruptura con Jaebum hubiera sido poco, también dejó de recibir las notas amorosas que recibía con frecuencia desde hacía ya un buen tiempo. Había perdido a su pareja y a su admirador secreto también, y no podía sentirse más desechable cual basura.

Volvió su vista hacia el espejo de la casa de Amber, afuera había diversión por doquier, locuras llamándole en susurros e invitaciones bañadas en oro a perder la cabeza por una noche, pero por dentro suyo no había nada, no sentía nada más que repulsión por sí mismo, por ser un inútil, por sentir que no valía ni un solo centavo y que realmente nadie podría jamás en la vida fijarse en alguien como él.

¿Jaebum lo había usado? ¿Se había cansado de él? ¿Había perdido su encanto? ¿O quizá fue esa chispa que tanto le gustaba, que había dejado de encenderle?

Limpió sus lágrimas con la palma de su mano derecha en un movimiento brusco. Había llorado durante media hora, y en esos momentos solo quería salir y perderse.

Se dirigió escaleras abajo y fue directo al patio trasero del lugar, el cual estaba adornado por un gran gentío y una enorme piscina. Divisó alcohol, insinuaciones, sexo y drogas por todo el terreno. No lo pensó dos veces hasta que se detuvo frente a un grupo de estudiantes mayores y exigió un poco de droga. Se le rieron en la cara como si fuera que un niño de 6 años estuviera pidiendo algo para mayores, pero al ver el rostro serio de Taehyung abandonaron sus muecas de diversión y le dieron lo que pedía a cambio de la comisión.

El castaño daba miedo a veces. No importa cuán tierno fuera, en esos momentos no estaba para juegos y vueltas.

Vueltas fue lo que sintió en el momento exacto que ingirió lo que había adquirido. Todo comenzó a distorsionarse transformando a los adolescentes en cantantes de los 80's, la piscina parecía un trampolín en el cual tenía ganas de hundirse hasta cansarse de saltar.

Estaba perdido, total y francamente perdido. Pero más aún lo estuvo cuando vio una luz sofocante frente a sus ojos, que poco a poco fue apoderándose de todo su panorama, conquistando no solo su vista sino también mente y cuerpo. Comenzó a tantear con sus pies mientras intentaba cubrirse de la luz con su antebrazo.

De repente los recuerdos lo invadieron: Jaebum con un rubor en sus mejillas declarándole su amor puro. Jaebum con su brazo rodeando sus hombros y ambos caminando a la par en dirección a su grupo de amigos para presentarle como oficialmente su pareja. Jaebum dejándole en el parque, con sus lágrimas cayendo sin cesar y su corazón destrozado en la mano. Jaebum yéndose. Jaebum esto y Jaebum lo otro. No podía más con la carga de saber que era un error y que había perdido a la única persona que lo había amado realmente. Las lágrimas no tardaron en volver a caer y un dolor insoportablemente fuerte se apoderó de su pecho.

Se supone que estaba ahí haciendo lo que estaba haciendo para olvidar, no para volver a recordar todo como un torbellino a su paso.

No fue hasta que sintió que cayó en un fuerte y estruendoso chapuzón de espaldas al agua, que lo último que vio fueron los ojos de Park Jimin. Los brillantes, marrones y pequeños ojos de su hogar, que lo miraban con ternura como si fuera la persona más valiosa su mundo.

Ni siquiera llegó a desmayarse por completo cuando fue aferrado a un cuerpo ajeno por unos fuertes brazos, llevándolo hasta la orilla de la piscina y lo dejó casi sano y salvo, a excepción de los efectos que aún permanecían de la droga.

Sintió que flotaba en el aire por sí solo hasta que fue arrojado a una superficie más flexible y dura a la vez. Abrió apenas sus ojos y pudo distinguir a regañadientes que estaba en una habitación que, suponía, pertenecía a la mansión de Amber. Su vista titiló de dolor y volvió a cerrar sus ojos.

No volvió a encenderlos hasta que sintió otro cuerpo sobre aquella superficie que, dedujo, era una cama. Quiso gritarle a quien sea que fuera esa otra persona que por qué lo había salvado, por qué no lo había dejado morir dignamente, por qué era tan metiche.

Pero de su boca no salió ningún insulto o incluso grito porque al acercar su rostro al contrario, vio nuevamente los ojos de Jimin, pero el cabello, los labios y el cuerpo eran de Jaebum.

Ahí iba de nuevo, otra decisión mala. ¿Por qué lo único que sabía hacer era desastre y errores? ¿Por qué había ingerido eso? ¿Por qué era tan inútil?

No sabía quién de los dos ambos, el efecto de la droga aún no se detenía. No sabía qué decir, ni qué gritar. ¿Debería llorar o sonreír? ¿Debía besarle o salir corriendo con la poca consciencia que mantenía?

Jimin o Jaebum, quien fuese, intentó colocar algo sobre su cabeza, pero inmediatamente lo interrumpió tomándolo de la muñeca en un fuerte agarre.

Y finalmente, sin siquiera pensarlo una vez, soltó lo primero que sintió.

Quizá no estaba seguro de quién era aquella otra persona, pero lo que sabía con seguridad es que lo que diría, sería para aquellos ojos que tanto le perseguían, cautivaban, y hasta habían empezado a gustarle un poco.

—Te extrañé.

Extrañaba a Park. Y a sus ojos, sus brazos... A todo lo que le conformaba.

unknown boy  ꒰✧꒱  minvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora