El pequeño Jungkookie tenía dos años ya, había aprendido a caminar y hablaba, o eso intentaba. Seguía igual de llorón, pero al menos ahora se calmaba más fácil. Taehyung lo había acostumbrado a ser alguien de naturaleza nocturna, por lo que el niño dormía de día y jugaba de noche.
Ante los ojos de Taehyung, Jungkookie era una criatura realmente adorable. Era algo hiperactivo, como todo niño, pero era muy cariñoso, con sólo una sonrisa te hacía caer a sus pies, sus pequeños dientitos daban ternura cada que el niño sonreía.
El niño estaba sentado en el piso de la sala, jugando con sus juguetes, los cuales habían sido comprados por Taehyung. Mientras el castaño se mantenía sentado en el sofá, observando al niño jugar.
El silencio fue interrumpido por una voz, tan conocida para Taehyung.
-Hola, TaeTae -dijo el recién llegado.
-Hola, Jiminnie. -Sonrió levemente al ver a su mejor amigo.
Jimin caminó hasta llegar al sofá donde estaba Taehyung y se sentó a su lado, fijando su mirada en la misma personita que su amigo miraba.
-¿Aún no vas a dejarlo en algún orfanato? -El castaño negó.- No tardes mucho, Taehyung, si tardas más de lo debido vas a encariñarte. -Suspiró levemente.- Ya te lo he dicho, si amas a los humanos serás infeliz, Taehyung -dijo, mirándolo fijamente a los ojos.
El castaño sabía de lo que habla, pues hace unos cuantos años Jimin cometió el grave error de enamorarse de un lindo humano. Durante los años que estuvieron juntos, Jimin fue la persona más feliz del mundo, amaba todo de él, su voz gruesa, su piel tan blanca como la nieve, sus ojos tan profundos, sus manos, su cuerpo, su alma, todo de él. Para Jimin, Min Yoongi era la perfección en persona, jamás había imaginado ser tan felíz al lado de un humano.
Pero era eso, un humano, alguien frágil, alguien que envejece, alguien que se enferma, alguien que tiene un límite en su vida. Tristemente, Yoongi murió a la edad de 27 años, era muy joven aún, pero su vida fue cruelmente arrebatada por un severo cáncer pulmonar, que desgraciadamente fue descubierto muy tarde. El tumor había avanzado muy rápido, Yoongi no pudo soportarlo, luego de meses de tratamiento decidió ya no pelear más contra su enfermedad. Yoongi murió luego de despedirse de Jimin, y aunque éste le rogase que siguiera luchando, él ya no tenía fuerzas. De a poco el sueño comenzó a invadirlo, finalmente se dejó llevar, sonriéndole una última vez a su tierno cacheton.
Esa sonrisa jamás se borró de la memoria de Jimin.
-Jimin, han pasado años de ello -dijo Taehyung sin mirarlo.
-Lo sé... aún duele, Yoongi tenía una larga vida por delante. -Sonrió levemente, mirando con melancolía al niño, sintiendo sus ojos cristalizarse.- Por más que intenté, Yoongi sigue tan presente en mí, su sonrisa no desaparece de mi cabeza. ¿Sabes? Mientras más tiempo pases al lado de Jungkook, más recuerdos acumulas, más difícil se hará olvidarlo. -Lo miró.- Y seamos sinceros, Taehyung, ése niño no vivirá por siempre y cualquier día puede irse para estar con personas de su especie.
En cierto sentido, tenía razón, cuando Jungkook creciera podía dejarlo e irse para vivir su vida de manera normal con gente como él.
-Piénsalo, Tae, no quiero que pases por esto -dijo y se levantó para irse.
Cuando Jimin se fue, Taehyung se quedó pensando, ¿Y si Jimin tenía razón? ¿Qué pasaría cuando Jungkook se fuera? ¿Lo abandonaría cuando creciera? Conocía la naturaleza humana, ellos siempre se iban cuando se sentían listos para conocer el mundo. Tal vez cuando Jungkook llegara a su adolescencia quisiera conocer el mundo fuera de esas paredes.
Salió de sus pensamientos cuando sintió a Jungkook tirar de su pantalón. Iba a preguntar qué sucedía, pero el sonido del gruñido de la pancita de su menor hizo que soltara una risita.
-¿Ya tienes hambre, Jungkookie? -El menor asintió con un puchero.
Luego de comer y de jugar un poco, ya era hora de dormir, el sol estaba por salir. Bajaron con cuidado al sótano, Jungkook había aprendido a subir y bajar las escaleras, pero lo hacía de manera lenta pues como eran muy largas tenía miedo de caerse además de cansarse a medio camino, algo que le causaba gracia a Taehyung. Cuando al fin llegaron, los dos se acostaron en la "cama" que compartían. El menor se quedó dormido al instante, mientras que Taehyung se concentró en mirar al pequeño en silencio, grabando en su memoria todas y cada una de las delicadas facciones de su bebito.
No quería olvidarse de él, aunque doliese en un futuro.
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Eternal Love •ᴷᵒᵒᵏᵛ•
FanficEl amor eterno no existe, el sentimiento hacía una persona va desapareciendo con el tiempo. El ser humano está capacitado para amar a más de una persona a la vez y de olvidar con el tiempo. Taehyung creía que las promesas que se hacían los humanos l...