CAPITULO 1

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Empezaré con una pequeña frase de un libro estupendo que recién estoy leyendo "el diario de Ana Frank".
"No me juzgues, piensa en mi como alguien que aveces está a punto de quebrarse"
Quisiera tener esa frase siempre presente, en una camisa, en mi bolso, incluso en la frente, para que las personas lo entiendan, pero más importante, para entenderlo yo, para no juzgarme y amarme, y desde ahora de hecho lo haré, y me gustaría que lo hicieras tú también, para entender que aveces estar mal está bien, y que llorar te va a sanar.

Piénsalo de esta forma, llorar te "lavará" aquella heridas y malos pensamientos dentro de ti, llora lo que sea necesario para lavarte a ti misma y seguir adelante.

Dicho todo lo anterior para hacernos sentir un poco mejor, ahora si comenzaré desde mis principios, y en el porque todo aquello me llevo a esto.

Hace 11 años cuando yo tenía la adorable y linda edad de 6 años, mi "familia" me rechazaba, incluso antes sentía que ellos no me querían.
En ese entonces no comprendía lo que yo misma sentía, ni mucho menos lo que ellos pensaran sobre mi aspecto. Desde entonces ya se me consideraba "gordita", yo no lo sabía y tampoco me importaba mucho, lo que me importaba en ese entonces era en que llegara la época navideña para que mi papá fuera por mi y mi hermano, que nos llevara a ver a mis abuelos, tíos, primos, y ansiaba llegar a la casa que se encontraba hasta el tope por la numerosa familia de mi papá. Sin embargo la decepción llegaba horas o incluso minutos después de haber puesto un pie dentro de esa casa, cuando la llovizna de comentarios por parte de mi abuela se convertía en diluvio y aguazero por parte de toda la familia, con comentarios de este tipo:

"Niña pero gordita te estas poniendo" comenzaba mi abuela, seguida por lo demás
"Hector, pero es que su madre la alimenta de más o que?" Eso si, siempre la culpa la tenía mi pobre madre, que siempre ha estado para mí más que nadie
"¿Porqué no tratas de cuidarte más?, Ve a tus primas, se mantienen en forma" etc, etc. Con tan sólo 6 años, comencé a compararme con otras niñas, comenzando con mis primas.

A ésta edad (17 años), apenas comprendo un poco el porque tanta inconformidad con mi cuerpo por parte de mi "familia", y poco a poco voy logrando descubrir lo que en ese entonces YO sentía, lo que ellos pensaban, lo que YO quería, y lamentablemente lo que se formaba poco a poco dentro de mi, odio, rencor, decepción, tristeza, y la baja autoestima que persiste en mi aún.



la chica perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora