CAPITULO 3

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No hay mucho más que decir sobre mi pasado, lo anterior dicho es lo que me llevo a esto: a un agujero de infelicidad, disgusto, falta de confianza a mi misma, y la enorme inconformidad de no ser lo que esperan.

A los 17 años la vida está llena de baches, incluso desde los 15 comienzas a toparte con ellos, sin embargo, uno aprende a sobrellevarlos y en mi caso, a callarlos, aveces prefiero ni hablar de mi, por el temor de hablar todo eso que me guardo desde chica, eso que tengo guardado bajo llave en mis pensamientos, y asi ando, hablando hasta por los codos con la habitual alegría que me caracteriza, pero sin decir mucho sobre mi.
No me gusta ser el centro de atención, en especial porque siempre fue o es para decirme algo que hice o hago mal, a lo largo de los años fui abrazando mi soledad, hasta que nos convertimos en un mismo cuerpo.
(Tal vez por eso tienes este gran tamaño, la soledad es enorme) me dice una voz en mi cabeza riéndose de mi.

Aún hoy mi tormento sigue rondando por mi habitación, aquella voz, que como suponía, aún no cesa.

Las listas mentales siguen, las ataduras aún me mantienen al borde de la interminable incógnita desafiante, ¿Si o no?.

QUIERO cambiar, DEBO cambiar, mi aspecto no es bonito, a nadie le agradan las gordas, en todos lados veo las miradas de reojo, en todos lados creo saber lo que piensan:
"¿Qué no ve que esa blusa no es para su cuerpo?"
"De que le servirá ser bonita si su cuerpo no ayuda"
"Tanta manicura, cabello hermoso, piel perfecta para nada, todo se reduce a tanta grasa"

¿De verdad pensarán eso de mi? ¿O es que todo está en mi cabeza?.
Quiero salir sin ser abrumada por todos aquellos pensamientos que se alojan indefinidamente en mi cabeza.
Debo cambiar.
repaso mi lista mental de hoy:

✓tomar mucha agua.
•hacer ejercicio, muchisimo ejercicio.
•comer menos.
•lavar y exfoliar mi cara/también aplicar mascarillas.
•lavar mi cabello.
✓ordenar mi cuarto.

Solo puedo con dos cosas, mi atadura es más fuerte de lo que pensé, me asusta, ni siquiera sé de qué se trata, me hace llorar por no cumplir mi palabra, me hace sentir inútil, quisiera hablarlo abiertamente, que alguien pueda darme razón del porque aún no puedo convencerme de hacer lo que quiero, pero mis mente abrumadora de nuevo habla y me dice "no seas tonta, cada quien tiene sus propios problemas, por que querrían escuchar los tuyos?".

Me encuentro tumbada en mi enorme cama, y ahora que lo pienso, es demasasiado grande para una persona no para ti (vuelve a decir esa voz burlona), demasiado grande para alguien que duerme hecha un obillo cada noche.
Tumbada en mi cama, después de tanto no pienso en nada, mi mente está en blanco, y sólo miro pasar la tarde desde la ventana, poco a poco oscurece el día, y tengo la sensación de no estar aquí, de no estar en ningún lado, como si durmiera despierta, y eso se siente tan bien, la paz regreso, aunque sólo duro un par de horas, lo disfruté más que dormir se verdad incluso.


la chica perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora