CAPITULO 5

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Cuando salgo de la ducha y termino de ponerme mi pijama me recuesto en mi cama y sigo repasando mi día, lo disfruto mientras puedo, disfruto a mi madre todo lo que puedo, porque sé que dentro de unos días volverá a irse, ella trabaja fuera de la ciudad y viene sólo por temporadas e ver a mi hermano y a mi, cuando ella se va, todo parece volverse de un color gris a mi alrededor, sé que ella es el motivo por el cual siempre ando de buen un humor, es quien me da fuerzas para seguir cuando creo ya no poder.

Aunque cuando ella se va tengo que seguir con mi vida, ir a la escuela, comer, hacer mis deberes, y todo lo que se hace en un dia normal, pero cuando estoy sola, mis pensamientos parecen ser mas atormentadores, las ganas de llorar son más intensas, ya no es por mi baja autoestima, es por la culpabilidad que me da que ella tenga que ir a otra ciudad a trabajar para mantenerme a mi y a mi hermano, y no poder ayudarle, siento que le complico la vida y eso me hace sentir egoísta.

Mi mamá aveces me pide o me hace el comentario de mudarme con ella, pero mis respuesta es siempre no, cuando lo platico con ella me sale decir lo que de verdad quiero, por lo tanto la conversación siempre acaba en lo mismo, aunque después me siento egoísta y el llanto vuelve, por no facilitar las cosas cuando hay una solución posible.
No quiero dejar la escuela, hacer nuevos amigos ni dejar nuestra cómoda casa, tener que viajar (porque lo odio) y nuevamente hacer todo lo que he hecho durante mi vida, porque si, no sería la primera vez.
En eso pienso cuando ella no está conmigo, y son cosas que sólo yo sé porque no tengo con quién hablarlo, más bien, porque no quiero hablarlo con nadie, siempre que lo intento, termino llorando incluso antes de comenzar.

En esos días difíciles cuando estoy con mis amigos actuó de forma natural, como si mi cabeza no estuviera atormentandome a mil por hora, aunque no siempre puedo ocultarlo, hay días en los que es muy notorio que algo me pasa, pero mi respuesta es: "lo mismo de siempre, me estreso por cualquier cosa" y no digo más, cuando mi madre me llama por teléfono le platico mi día y ella el suyo durante horas y mi día vuelve a alegrarse, aunque en el fondo sé que cuando la llamada termine ella llorará al mismo tiempo que yo.

Mi hermano entra en mi habitación mientras pienso en todo aquello
-que onda- me saluda
-holaa
-¿hiciste la tarea del profe de inglés?- me dice mientras se acuesta a los pies de la cama
-no, mañana la termino que flojera- le digo sentandome- ¿la hiciste tu?
-si, desde ayer de hecho
-deja le tomo foto porfa
-yo tengo la foto, ahorita te la envío- me mira de forma extraña, y me pongo nerviosa
-¿qué? ¿porqué me ves así? - lo miro extrañada
-es que hoy te note muy pensativa, mas de lo normal- dice al mismo tiemoo que ladea su cabeza
-es que, ya sabes, mi mamá hace eso de salir cuando sabe que ya tiene que irse...
-ah, es eso.
la habitación de pronto se pone tensa, y mi hermano ya no sabe que decir, sabe lo mal que me pone eso, y que no hablo del tema. Así que opta por despedirse, y decirme:
-mañana nos vamos temprano, porque tengo una tarea pendiente, hasta mañana, te quiero
-ah si, está bien, hasta mañana, igual te quiero- chocamos el puño, y vuelvo a quedar sola.
Yo y mi pensamientos atormentadores.

Quiero ir al cuarto de mi mamá y recostarme con ella, llorar todo lo que tengo guardado, y quedarme dormida en su abrazo. Pero no puedo, mi cuerpo no se mueve, sé que se preocuparía y que talvez no entendería que lo único que quiero es desahogarme, sin causar daño, así que me quedo acostada, mirando el techo de color rosado, y con las lagrimas brotando sin darme cuenta, me quedo dormida, está vez no hay nada que pensar, todo se fue en las lagrimas.

Pasada ya una semana de aquella noche, llega el día donde acaba el color, mi mamá nos avisó ayer por la noche que se va hoy por la tarde. Hubo lagrimas, dormí con ella una ultima vez, me permití llorar esta vez, hasta que me quedé dormida en su calido abrazo, un abrazo, que no volvería sentir hasta su regreso, y lo disfrute tanto.
Llegó la hora, mi hermano y yo la dejamos en la puerta de la casa y entró en su carro, sabía en el fondo que una vez que se fuera y yo entrará a la casa, empeorarian las cosas, y así fue.

la chica perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora