La única oportunidad (NaruSasu)

Capítulo 9

-Oh Dios, ¿Sasuke dónde estás?- decía Naruto en su mente. Recorría las calles con agilidad, tenía presente la regla. El estruendo que se escuchó le percató que una tormenta se avecinaba. Debería darse prisa y encontrar a Sasuke.

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-Ay chicos, fue fácil evitar tocar a la gente, aunque algunas chicas querían tocarme ya que soy irresistible pero puse límites, vi a Hinata y también ya se en que tiempo nos encontramos, adivinen estamos en...- dijo Kiba entrando a la casa pero se quedó callado al ver a sus dos compañeros abrazados y ¿llorando? -¿Oigan que les pasa?- preguntó acercándose.

-No pasa nada.- dijo Sakura separándose, ella pensaba que no era conveniente que Kiba vea ni sepa aquello. Era mejor así, ya tenía bastante como para hacer a su amigo sufrir.

-¿Segura? Nadie llora sin motivos.

-Anécdotas tristes, es todo.- dijo Sakura intentando sonreír, Shikamaru seguía sin habla.

-Mentiría si dijera que te creo pero tampoco voy a presionarte a decirme algo que no quieres.

-Chicos, vamos a la sala, ¿les parece? Vi a Naruto salir e intuyo por el grito que Sasuke salió y fue tras él. -miró a Shikamaru y compartieron una mirada cómplice antes de asentir. - Esperemos hasta que lleguen y encontraremos una solución para salir de aquí.- dijo Sakura sonriendo, claramente una sonrisa falsa. Pero necesitaba por lo menos pensar en otra cosa. Debían proteger a Kiba, por lo menos alguien no debía saber lo que realmente estaba pasando.

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Sasuke caminaba solo, ya no había gente por las calles ya que la lluvia caía con mucha más fuerza, acompañada con viento. Su rostro se mantenía en un semblante triste y lastimero. Le había quedado claro que jamás tendría una oportunidad con aquel rubio, su gran amor, sólo le quedaba resignarse.

-¡Sasuke!- gritó el rubio mientras se acercaba corriendo hasta llegar hacia él, cuando lo tuvo en frente, lo abrazó con todas sus fuerzas escondiendo su rostro en el cuello del azabache.

-¿Na.. ru... to? -preguntó algo confundido mientras se dejaba abrazar y escuchaba los sollozos del rubio.

-Perdóname, Sasuke, por favor. -lloraba sin intención de detenerse, ansioso e inconsolable.

-¿Qué tengo que perdonar? -preguntó aún más sorprendido. Estaba triste pero su asombro por ver a Naruto pidiéndole perdón y llorando le hicieron olvidar su tristeza por un momento.

-Por ser un idiota.

-¿A qué te... ¡mhp!? -un beso lo calló y su corazón latió con más fuerza. Naruto lo estaba besando. En su claro reflejo de desconcierto, se quiso alejar, pero Naruto no lo dejó y sólo se necesitaron unos pocos segundos para corresponder ese beso de la misma manera que el rubio.

-Te amo. -declaró Naruto al fin soltando los labios de Sasuke.

-¿Me amas? Pero si hace un momento tú me dijiste que-

-Lo sé, lo sé, lo sé y por eso te pido perdón, soy un estúpido, no me di cuenta, por favor, Sasuke...- dijo el rubio, sus lágrimas se confundían con las gotas de lluvia que empapaban su rostro. -He estado a punto de cometer un terrible error al dejarte ir, ¡te lo juro! yo te amo, haría lo que fuera para... ¡mhp!- ahora fue él el que fue callado con un beso proveniente de Sasuke.

-Te creo.- dijo soltando sus labios pero todavía su rostro pegado al del rubio.

-Gracias.- dijo Naruto sonriendo con un brillo especial en sus ojos. Y ahora con más ganas besó a Sasuke de manera más pasional.

Aquella escena debía ser pintada y exhibida en un museo, como un claro ejemplo de un amor desbocado.

-Tenemos que regresar, estamos empapados; Sakura, Kiba y Shikamaru deben estarnos esperando.- habló Sasuke mirando a Naruto.

-Si... y ahora que los mencionas me pareció verlos llorar.- aquel comentario le erizó la piel al azabache.

-Naruto... ¿Sábes que el hecho de estar aquí es por algo en particular verdad? Hay algo o alguien que está detrás de esto.

-¿A qué te refieres?- preguntó Naruto confundido.

-¿No lo entiendes? Esto no pasó por casualidad, hay sucesos extaños que no logro comprender. El libro, el tiempo en el que nos encontramos, tu casa y...

-La carta.- añadió Naruto sorprendido y la buscó en el bolsillo de su pantalón para ver en qué fecha fue escrita. Al leer su corazón dio un brinco.

-¿Qué? ¿carta? ¿de qué hablas?- preguntó ahora Sasuke con confusión.

-¡Oh diablos! Sasuke hay que regresar- tomó la mano del azabache y comenzó a correr.