004| Mente Abierta.

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Me levante de la cama con un dolor punzante en mi frente, era constante y molesto, similar al que se siente cuando tienes una mala resaca, solo que más fuerte. La habitación se encontraba iluminada por la luz natural que entraba por la ventana; a lado mío, en la mesita de noche, se encontraba un gran vaso de agua que no dude en acabarme refrescando mi garganta. Recargada contra la cabecera de la cama, y aun con las cobijas cubriéndome de la cintura para bajo, cerré mis ojos con cansancio esperando que aquel malestar que me fastidiaba desapareciera. Era obvio que dormí o quede inconsciente por más que una o dos horas pero, aun así sentía como el cansancio dominaba mi cuerpo, no me hacía falta preguntarme el por qué. Las escenas vividas la noche anterior, previas a mi desmayo, se repetían en mi cabeza desde el momento que abrí mis ojos no había duda que eran la razón de mi dolor.

La puerta del cuarto se abrió lentamente alertándome. Me pegue contra la cabecera de la cama acercando mis piernas hacia mí como intento de protección, patético, pero era lo único que podía hacer. Emma entro con una bandeja en manos y una sonrisa inocente, llevaba una bata de seda rosa y su cabello recogido en una coleta, signo que al igual que yo no tenía mucho de haber despertado. Se acercó de lado derecho y subió al colchón bajo mi atenta mirada dejando la bandeja sobre las cobijas cuidando que nada se derramara.

-¿Podrías relajarte? Solo te traje el desayuno.-

Mi rubia hermana tomo una de las tazas que había sobre la tabla y le dio un sorbo, esperando que comenzara comer de lo que trajo. Mi intención era rechazarlo pero, el olor que desprendía el tocino con huevos revueltos hizo que mis entrañas rugieran suplicando por un bocado, obedeciendo lo que mi cuerpo exigía tome el cubierto dando inicio a mi desayuno con Emma observándome.

-Ahora que veo que está más tranquila, espero que me permitas hablar sobre lo que paso anoche.- me susurro con la taza a unos centímetros de sus labios.

Me quede callada queriendo evitar el tema. Mi cerebro todavía no terminaba de procesar lo que había presenciado y, para ser sinceros, todo me parecía irreal.

-Sé que es difícil de aceptar Camille, pero...-

-¿Difícil de aceptar?- le cuestione recelosa.- Emma, un hombre se transformó en un enorme lobo frente a mis ojos y además de eso, me ataco.-

- A eso me refiero, no te ataco, si me dejaras aclarar todo entenderías.-

Ofendida, me levante de la cama por lo que escuchaba. Lo estaba defendiendo, mi única hermana estaba defendiendo aquel hombre.

-Por favor no te enojes conmigo, solo intento arreglar las cosas. Te prometo que si después de enterarte de todo, te quieres ir, yo misma te llevare al aeropuerto. Pero te suplico que me dejes hablar.-

Cruzada de brazos me mantuve alejada de donde estaba ella. No tenía muchas opciones, si decidía irme ahora mismo probablemente el hermano salvaje me volvería a detener a su manera pero, si escuchaba el disparate que Emma insistía en contarme tendría pase libre. Exhale rindiéndome a lo que ella me pedía y me volví a sentar en mi lugar, eso fue suficiente para que entendiera mi decisión y sonriera agradecida.

-Lo que estoy por contarte es algo que requiere de mente abierta así que, promete que lo vas intentar.-

Mi ceño dejo de estar fruncido y, tenía que aceptar, la curiosidad me invadió.
- La familia de Elliot son descendientes de un tribu de noruega, ellos y casi toda gente de la reserva viajaron desde hace mucho tiempo hasta aquí y se asentaron.-

>Lo importante aquí, es que todos los ancestros de la tribu tienen cierta condición que se heredó a través de las generaciones. Cada descendiente tiene el gen licántropo, nadie sabe a ciencia cierta de donde surgió - algunos dicen que es producto de una maldición, otros dicen que es un don que brindo Máni la personificación de la luna -

Meant to be.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora