Donde Jongho descubre toda la verdad tras su familia.
Segunda parte de Kilig
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➡La historia No es mía, yo solo la estoy adaptando
💯Todos los crédito a @CapitanaMomo
Advertencias: para leer esta segunda parte y comprenderla debes haber leído previamente Kilig. Omegaverse. SeongWoo.
Breve recordatorio de que Jongho es un niño hormonal de quince años.
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Jongho suspiró mientras se acurrucaba al lado de Yeosang, el omega emitiendo calor y hormonas de cariño a su alrededor, y sonrió cuando Yun se volteó, abrazándolo por detrás, medio dormido. Los había encontrado durmiendo en una esquina de los vagones que utilizaban como dormitorios, despertando al alfa para que le hiciera un espacio entre ellos, y Yun no tardó en atraerlo a su pecho, frotando su mejilla contra su cabello en señal protectora para dejarlo con su olor.
Yeosang se removió en sus brazos, bostezando.
―Todavía estoy enojado contigo ―le gruñó amodorrado, pegándole con suavidad en el pecho.
Jongho asintió, frotando su nariz en el cuello del omega, haciendo una marca pequeña de amor y sintiendo cómo se relajaba en sus brazos.
―Perdón ―se disculpó con honestidad―, ¿cómo puedo recompensártelo?
Los ojos del omega brillaron.
―Quiero ver cuando Yunho te folle ―exigió sonriendo maliciosamente.
Jongho se atragantó con su saliva pero antes de poder decir algo Yunho soltó un gruñido.
―Eres un pervertido ―reclamó Yunho―, primero te follaremos a ti y luego me encargaré de Jongho.
Yeosang chilló mientras Jongho sentía sus mejillas coloradas por lo que estaban diciendo.
―Váyanse a la mierda ―refunfuñó Yeosang.
Yunho se rió entre dientes, sacudiendo su cabeza por la diversión mientras Jongho se dedicaba a dejarle pequeños besos en el rostro encantado de verlo haciendo un puchero inconsciente por el disgusto.
Sin embargo, la burbuja alrededor suyo pareció estallar cuando una presencia conocida se acercó a ellos.
TzuYu se inclinó con una mirada preocupada.
―Necesito que Jongho venga conmigo ―dijo con voz firme.
Yeosang frunció los labios, parpadeando, en tanto Yunho enarcaba una ceja y Jongho arrugaba el ceño, confundido. Por un momento pensó en negarse y mandarla al diablo, sin embargo, decidió que no sería lo más sensato porque estaba en un lugar desconocido, con gente que no lo conocía, y debía portarse bien para proteger a Yunho, Yeosang y a Wooyoung. No debía ser un chico malo.
―Volveré enseguida ―dijo mirando a Yeosang, que le tenía agarrado el brazo.
El omega sacudió su cabeza.
―No, te acompañaremos ―dijo haciendo amago de ponerse de pie.
