CAPITULO 22 MAL PRESENTIMIENTO

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Narra Offenderman.

No podía creerlo. Después de aquel descabellado ritual, volvimos a casa. Mi hermanita, mi amiga, la que cuidaba como una hija, estaba ante mí nuevamente, era llevada por los brazos de Slenderman, su cara blanca sin expresión, podría parecer a cualquiera que estaba despierta, pero ella está totalmente dormida.

Caminábamos a casa con el silencio cerniéndose sobre nosotros, Rogers venía en la parte de atrás cargando a Damia, su cuerpo inerte que estaba comenzando a adquirir un tono blanco pálido, la muerte la estaba acechando, mientras que ella, nuestra esperanza de vida, la risa de todos, adquiría un color rosado en sus mejillas.

De vez en cuando en nuestra marcha, volteaba hacía atrás viendo a Rogers, quien no mostraba ni la más mínima emoción. Sally venía agarrada de mi hermano Splendorman, mientras que Masky y Hoodie y los otros proxys alababan a Rogers, quien contestaba con las tonterías que siempre dijo desde que está aquí con nosotros sumidos en esta suerte.

Parecía no haber cambiado en nada, seguía siendo el mismo tonto que conocí cuando llegué por primera vez a visitar a mi hermano. No cargaba a Damia al estilo princesa, ni la tomaba con cuidado como si fuera lo más preciado, no, la trataba igual que un saco lleno de cosas viejas y basura.

Me hervía la sangre por dentro, sin embargo, una parte de mí descansaba, respiraba al verla a ella con vida.

- No te vez muy bien esta noche – escuche la voz de mi hermano Cabadath a un lado mío.

- No lo estoy – conteste sin más.

- ¿Qué te aqueja? – preguntó directo - ¿acaso se trata de aquella mortal humana?

- Tsk... - troné la boca – ¿y si así fuera qué?

- ¿Quieres hablar?

La pregunta quedo al aire, no tenía la menor gana de hablar, no quería que todos se enteraran de lo bruto que fui. Era un tonto por no darme cuenta de que todo había sido preparado, una vil trampa por encontrar a alguien fuerte que pudiera soportar el terrible ritual, sin que estuviera a punto de morir por toda la cantidad de energía.

De haber sabido que aquella chica solo era el cebo para esto, no me hubiera involucrado demás, todo para llegar a lo que de verdad importaba.

- Estoy bien... - dije sin darle más importancia – ella volvió con nosotros y es lo que importa.

Avance más rápido de lo normal, no quería un interrogatorio, él estúpido de Red tenía razón, me enamore... ¡Demonios! Solo quería lanzarme de un edificio lo bastante alto con piedras puntiagudas en el fondo para que, al tirarme desde la punta, aquellas rocas filosas perforaran mi corazón y lo arrancaran de mi pecho para no sentir.

Como había sido tan estúpido inclusive para sacar a Red de su prisión, Slenderman me dijo claramente que no me dejara manipular que debía yo vigilar a ese pequeño aparato. Pero no, por idiota accedí a dar toda mi cuota de almas con tal de sacarlo de su prisión y que no molestara jamás. Solo por haber caído en su trampa y provocación.

Flash Back (Meses atrás)

- ¡No caeré en tus trucos! Así que cállate y deja de hacer ruido.

- El gran Offenderman, no es tan grande dado que tu hermano me obligo a vigilarte – dijo aquel punto de pixeles en ese videojuego.

- ¿A vigilarme? No Slenderman jamás haría algo parecido – dije mientras me acercaba a la pequeña consola con pantalla y la tomaba de la chimenea, para aventarla al fuego.

- Di lo que quieras – contesto el dibujo de aquel chico llamado Red – Pero yo estoy haciendo de niñera al monstruo más patético de aquí.

Mi hermano me había entregado a mi regreso aquella pequeña consola, diciéndome que la vigilara y que por ningún motivo dejara que él ser en su interior saliera. Ya que al parecer había oído toda conversación y cada movimiento de la casa y podría contarle a quien él, todo lo que tramábamos.

AMOR PSICÓPATA (SEGUNDA TEMPORADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora