Odiar o perdonar ¿Cual debo elegir?

LA PREOCUPACIÓN AMARILLA

Narrador Bill.

Estrella Fugaz lleva aquí cinco días a veces no parece la misma que conocí, es mas sumisa y creo que hasta educada aunque no me gusta que me llame "Sr.Cipher" pero seguramente sea debido a su pérdida de memoria aun así por algún motivo parecía que algunos de mis demonios se están encariñando con la pequeña Pines, ella siempre nos sonríe sin saber que somos los que la tenemos separada de su familia y encerrada, no duda de nosotros incluso nos da la gracias de verdad es una chica muy extraña pero no entiendo cómo pudo olvidar todo, tal vez la caída daño sus recuerdos, lo bueno es que la puedo utilizar para mi venganza contra el resto de su familia, me pregunto que seria mejor tal vez torturarla pero de qué me serviría si no recuerda nada así no podría conseguir información, bueno es cuestión de tiempo que descubran que este aquí y venga a rescatarla entonces podre capturarlos a todos y conseguir lo que quiero ¿pero hasta entonces que hago con la pequeña humana?.

Estaba en mi estudio privado sentado en mi sillón favorito de color granate mientras intentaba leer uno de mis libros al lado de la chimenea con un gran retrato mío, me encanta ese retrato, pero en realidad no podía dejar de darle vuelta a qué hacer con aquella niña e intentar comprender sus acciones, cuando oí alguien corriendo por el pasillo, Cerradura abrió la puerta de un golpe se veía nervioso y preocupado.

-Acaso no sabes llamar, estas es mi estudio privado, merluzo.-Dije enfadado.

-Amo es la humana.-Respondió preocupado.

-Ahora que pasa con esa mocosa.-Conteste mientras me levantaba de mi sillón y dejaba el libro que leía en una mesilla que tenía a mi lado junto a mi bebida..

-Ella se ha desmayado.-Dijo en voz alta.

Cuando lo oí me encamine a la sala donde estaba su jaula, que ha pasado ayer estaba como siempre, malditos humanos de cuerpos débiles.

-Inútiles, les dije que cuidaran a la niña, son incapaces de cuidar a un maldito humano.-Gritaba ha Cerradura que me seguía de cerca.

Cuando llegamos estaban todos reunidos alrededor de la pequeña niña de melena castaña, cuando me vieron se apartaron para que yo me acercara a la joven, estaba en el suelo con los ojos cerrados se podía apreciar que le costaba respirar, su piel era más pálida incluso podía ver algunas heridas en su cuerpo, su rostro mostraba incomodidad, Pyronica la sujetaba de torso para arriba llamándola preocupada.

-Que a pasado aquí.-Exigí mientras me acercaba más a la niña y a la demonio.

-Le había llevado la comida cuando la encontré tumbada en el suelo, no tenía buena pinta cuando me acerque a ella estaba ardiendo y de pronto se puso a vomitar.-Explicaba Pyronica mientras sujetaba a la chica.

Toque a la Pines y estaba ardiendo y respiraba cada vez con más dificultad use mi poderes en ella, tenía una intoxicación grave y algunas de sus heridas parecían infectadas y más graves de lo que eran a simple vista, esto parece ser la principal causa de su fiebre.

-Os di una orden muy simple, cuidarla y esto es lo que ha pasado, son unos...-No termine de hablar cuando note una pequeña mano sujetándome.

La chica había despertado, su mano temblaba y movía los labios con dificultad parecía que quería decir algo, me acerque para escuchar lo que intentaba decir.

-No los regañes....es..mi..culpa...soy muy débil.-Susurro la niña con dificultad.

Después de hablar sonrió un poco pero su sonrisa duró poco empezó a retorcerse sujetándose su estómago cuando empezó a vomitar, la joven ya no vomitaba comida sino un líquido amarillento. Cogí a la pequeña y me la lleve a una habitación para que estuviera mas cómoda, los demás me siguieron sin separarse mucho de mi sobretodo Pyronica que estaba unos pocos centímetros detrás de mí, la pequeña se acurrucaba entre mis brazos parecía un animal mal herido, llegamos a la habitación y la deje en la cama con cuidado esta me volvió a sujetar con todas su fuerzas en sus ojos avellana se veía temor y tristeza, estaba asustada de lo que le pudiera pasar con ella, su respiración era entrecortada y pesada además sus manos estaban ardiendo y temblando ¿maldición que debo hacer?.