DOLOR DORADO

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Narra Bill.

Como se atreven esos humanos atacar mi mansión acaso pensaban recuperar a Estrella Fugaz así, no lo pienso permitir ella todavía me es útil, últimamente parecen haber aumentado el número y tenían armamento creo que son soldados que llegaron a mi pequeño reinado, debo hacer algo.

Llegue a mi zona privada, el dolor era muy molesto ¿por que siempre apuntan a mi ojo, acaso tiene pintada de diana? Fui directo a mi estudio a descansar un poco, esos malditos humanos consiguieron refuerzos, nosotros no podemos salir pero ellos pueden salir y entrar como les plazca que injusticia, sin contar que ya saben de mi presencia en esta dimensión por lo tanto tendré que tomar medidas al respecto para que esos molestos sacos de carne no puedan conseguir más ayuda hasta que consiga salir de este maldito pueblo, si Seis dedos no hubiera escapado pero bueno tengo un as bajo la mano, después de todo su preciada sobrina esta en mis garras y no la liberaría tan fácilmente, no puede evitar sonreír de forma maliciosa, me pregunto si le gusto el regalo que le deje a él y a su querida familia me hubiera encantado estar presente cuando lo encontraron. Mi ojo se iba recuperando poco a poco y mi visión volvía,entonces fue cuando pude sentir la presencia de que alguien se acercaba podía oír pasos de alguien que se acercaba a mi puerta, no se que parte de zona privada no entiendes estos cabeza huecas, paso unos segundos y escuche unos golpes en mi puerta.

-¿Bill puedo pasar?.-Preguntó con temor una voz femenina.

Que hace Estrella Fugaz aquí debería estar en su cuarto como ordene, ella sabe que no puede venir a menos que yo le de permiso, acaso a perdido otra vez la memoria, volvió a llamar a la puerta.

-Bill ¿Estás enfadado?.-Volvió a preguntar aquella voz.

-Estrella fugaz no te he dado permiso para venir aquí.-Respondí con una voz seria.

-Lo se pero quería hablar contigo.-Contestó la chica desde el otro lado de la puerta.

-Vuelve a tu habitación.-Dije molesto.

-¿Por favor Bill?.-Suplico la joven.

-QUE VUELVAS A TU HABITACIÓN ESTRELLA FUGAZ, NO ME HAGAS REPETIRLO.-Grité hacia donde procedía la voz.

Tengo que calmarme cuando grito el dolor es mayor, esa mocosa no me ha desobedecido en todo este tiempo y se atreve a hacerlo hoy, creo que he sido muy blando con ella tendré que disciplinarla muy seriamente, no puedo permitir que se confíe y piense que puede conseguir o hacer lo que quiera.

-Vale pero déjame decirte algo antes de irme.-Dijo entre sollozo, odio cuando llora y me pone de los nervios.-Quería disculparme contigo si te he molestado y saber si estas bien parecías tener alguna herida y no dejabas que viera tu ojo........Lo siento mucho Bill.

-Esta bien Estrellita puedes pasar.-Dije dándome por vencido.

No entiendo por que acabo siendo tan suave con ella, es mi enemiga me derrotó varia veces junto al estúpido de Pino. La chica entró con temor mientras llevaba aquel estúpido peluche que le regalamos, aunque en realidad lo escogieron ellos yo solo le puse un hechizo de protección y localización en él, yo seguía tapando mi ojo y aun podía notar su presencia en la habitación.

-Bill ¿estás enfadado todavía?.-Preguntó con voz temerosa.

-Tu que piensas.-Respondí con sarcasmo.-Me atacan, dañan a mis subordinados buenos para nada, destrozan parte de mi querida mansión y encima la pequeña humana llorona que cuido me desobedece, estoy muy contento.

No podía verla bien pero notaba como intentaba aguantar sus lágrimas, desde que perdió sus memorias es una mocosa llorona y cobardica no se donde esta aquella niña que no dudaba en enfrentarse contra mi con estúpidas cabezas de gatos y cosquillas.

Odiar o perdonar ¿Cual debo elegir?Where stories live. Discover now