LIBERTAD FUGAZ

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Llevo varios días sin comer, mi cuerpo esta debil creo que no me siento asi desde que me encontraron en aquel bosque, han intentado convencerme con todo tipo de comidas, incluso Bill intentó por la fuerza un par de veces pero yo lo poco que comí lo vomite, no debo ceder, odio preocuparles pero ya no puedo seguir con esta situación de encarcelamiento más tiempo.

Apenas me podía mover, mi estómago dolía y mi piel estaba más clara, no tenía fuerzas para levantarme, me seguían trayendo comida y aunque era duro no la comía pero para ser sincera he estado a punto de ceder en algunos momentos. Hoy tardaban en traer la comida mas de lo habitual me quede mirando al techo cuando oí la puerta abrirse, era Bill llevaba una bandeja con una papilla y un vaso de agua junto una jarra y cuchara, la dejo en el suelo podía ver que estaba algo animado con parado todo este tiempo se acercó a mi.

-Bueno Estrellita esto ya no tiene gracias.-Hablo en forma burlona.-Come.-Ordenó.

-No.-Conteste con la poca voz que tengo.

-Vaya, pues tenemos un problema.-Dijo mientras recogía la bandeja del suelo.-Si no comes no tendrás fuerzas y no podrás salir.-Respondió.

-Eso es mentira verdad para que coma.-Conteste molesta.

-No hay truco Estrellita, cuando te he mentido yo.-Dijo con tono burlón.

-¿Lo dices de verdad? .-Le pregunté extrañada.

-Por supuesto.-Contestó con una sonrisa, bueno como él sonríe.-¿Así que vas a comer tu comida?

-Esta bien Bill confiare en ti.-Sonreí mientras me intentaba sentar.

Estaba muy debil asi que el demonio me ayudó a incorporarme y a comer, me ayudaba a sujetar el bol mientras yo comía él me contaba que habían encontrado un pequeño descampado donde podría estar segura pero solo seria durante unos minutos, yo estaba contenta podría salir y ver como es el exterior con mis propios ojos, termine de comer y Bill me felicito por comermelo todo me sentí como si fuera una niña pequeña otra vez pero no pude evitar sonreír.

-Bueno será mejor que salgamos de aquí, no crees estrellita.-Me dijo alegre.

Yo intente levantarme pero mis piernas fallaron en ese momento él me sujetó del brazo para evitar que me callera, se agrando y me cogió como una princesa yo me sonroje ante la situación ni siquiera sabía por qué empezó a latir más rápido mi corazón, Bill al ver mi reacción se extraño y luego sonrió un fuego azul nos rodeó al ver aquello cerré los ojos cuando los abrí estaba en mi habitación, el me dejo en mi cama con cuidado.

-Muy bien quédate aquí hasta que recuperes fuerzas y hablaremos que dia podras salir.-Me explicaba.

-Puedes quedarte un rato he estado sola un buen tiempo, me gustaría seguir leyendo el libro que dejamos empezado.-Le dije un poco avergonzada aun.

-De acuerdo iré a por el libro espera aquí.-Contestó animado mientras se volvía a ir en una llama.

No tardó mucho, trajo el libro con él se sentó conmigo en la cama y seguimos leyendo, se me hacia raro tener a Bill sentado conmigo en mi habitación siempre leíamos en su estudio pero tenerlo ahí era agradable nunca supe por que Bill me rescato pero aun asi le estoy muy agradecida. Me quede dormida notaba algo a mi lado era calido me acurruque mas a él pero me di cuenta que era mas grande de lo que parecia, abri los ojos y vi al demonio amarillo con su ojo cerrado y yo apoyada en él, ahora mismo el tendria aproximadamente mi estatura, el libro estaba en mi regazo creo que ambos nos quedamos dormidos mientras leiamos yo me aleje despacio de él no queria despertarlo pero entonces note unos pinchazos en mi abdomen, me dolia mucho y sabia cual era el motivo tenia que avisar a Pyro.

Odiar o perdonar ¿Cual debo elegir?Where stories live. Discover now