LA ESTRELLA EMPIEZA A BRILLAR

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Narra Estrella Fugaz

La boca me amargaba y empezaba a tener frío pero una mano me tocó la frente era agradable su tacto, escuchaba voces pero no las identificaba quería abrir los ojos pero me costaba mucho hice todo mi esfuerzo en ello y logre abrirlos, lo que vi fue a Pyronica a mi lado hablando con Dentadura y Bola 8, parecían preocupados.

-¿Como esta?.-Dijo el demonio verde.

-Está bajando la fiebre y de momento no ha vuelto a vomitar.-Contestó aliviada la cíclope rosa.

-Eso es bueno, voy a prepararle algo de comer.-Dijo dentadura algo animado.

-Lo mejor seria algo pastoso para que así no tenga que digerir mucho.-Dijo una cuarta voz.

No podía verle pero por su voz parecía Krypto.

-He buscado alimentos ricos en sales y que no dañen más su estómago.-Dijo rombo grisáceo.

-Vale iré ahora mismo a preparar una papilla especial para ella.-Respondió el demonio formado por dientes.

-Pero asegúrate que solo lo de la lista y no los mezcles todos.-Gritó Pyronica.

-Pyro no grites la vas a despertar.-Le regaño Bola 8.

Los párpados se me hacían más pesados y me volví a quedar dormida.

Otra vez estaba en aquel lugar oscuro, no oía nada y no podía producir ningún ruido busque a mi alrededor pero no había nadie empece asustarme cuando volví a mirar vi aquel chico de rodillas en el suelo parecía triste y lloraba me acerque despacio hasta él pero otra vez nos separaba aquella pared invisible, yo daba golpes intentando llamar su atención pero él no los oía, me destrozaba verlo así pero no entendía el por que, mis lágrimas recorian mis mejillas y poco a poco yo también iba cayendo al suelo hasta estar de rodillas mientras mi frente se apoyaba en aquella pared, ¿Por que no podía llegar hasta el? ¿Quién era? Entonces vi sus zapatillas en frente mía, empece a levantar la mirada poco a poco pero cuando iba a llegar a su rostro el suelo se rompió y caía solo podía ver a lo lejos aquel chico dando golpes aquel muro mientras parecía gritar algo.

Cuando desperté me dolía la cabeza todavía, creo que había pasado un par de horas sabia que había tenido un sueño importante pero no lo recordaba bien empecé a incorporarme cuando apareció Hectorgon.

-Estás despierta pequeña señorita.-Dijo muy educado.-Parece que tu fiebre ha bajado.-Comento mientras me tocaba la frente.-Iré a avisar al resto estaban todos preocupados.

No me dio tiempo a decir nada cuando este salió de la habitación, mi cabeza todavía dolía un poco pero me encontraba mejor, mi estómago se sentía todavía revuelto pero mi cuerpo se encontraba mejor, intente recordar lo que había pasado después de desmayarme en mi jaula pero mis recuerdos estaban algo confusos, al fijarme iba con una especie de camisón blanco, mi ropa vieja, sucia y rota no estaba por ningún lado, me percate que no estaba en mi jaula sino en una habitación; era de color gris perla, con adornos en negro o dorados, la cama era enorme entraban dos o tres personas más, tenía un dosel y junto a las sábanas eran blancas, había dos mesitas al lado de la cama en una había una bandeja con agua, podía ver una gran puerta enfrente mía y otra a mi izquierda, al lado de esta había un gran armario y al lado un tocador por otro lado a mi derecha había un escritorio con algunas estanterías encima de este y al lado de una de los dos ventanales de la habitación había unos sillones.

Se abrió la puerta de un golpe y varios de los demonios empezaron a entrar, todos se acercaron a ver como me encontraba me sorprendía que todos se preocuparan por mi sabia que me llevaba mejor con ellos pero pensé que era solo imaginaciones mía, Pyronica me abrazó y empezó a tocarme la frente parecía contenta.

Odiar o perdonar ¿Cual debo elegir?Where stories live. Discover now