Capítulo 11

897 55 5
                                    

Me desperté al sentir una suave caricia en la parte delantera de mi nombro derecho, y sonreí sin abrir los ojos, sabía que era Steve.

–Tienes un lunar justo aquí –volvió a rozar la zona, esta vez con su nariz, antes de dejar un beso en ella.

–Buenos días señor Rogers –sonreí como una tonta con mis propias palabras.

–Buenos días señora Rogers –abrí los ojos y me encontré a Steve sonriéndome, me acerqué a él, con cuidado de que las sábanas no dejaran de cubrir nuestra desnudez, y le besé.

–Me gustaría quedarme todo el día en la cama.

–A mi me encantaría acompañar a mi mujer en semejante misión –Steve dejó un beso en mi pelo –pero tenemos que levantarnos, hay decisiones que tenemos que tomar –asentí y fui a incorporarme cuando su mano se posó en mi cintura y volvió a ponerme junto a él –pero no tiene que ser ahora mismo –yo sonreí y le abracé antes de volver a cerrar los ojos y dejarme llevar.



Sam, Wanda y Natasha estaban charlando sobre sus posibilidades, en una sala privada que T'Challa les proporcionó, cuando la pareja de recién casados entró por la puerta con las manos entrelazadas y sonrisas cómplices.

Sam, iba a hacer algún comentario, pero Natasha lo intuyó, y, antes de que pudiera hacerlo, le golpeó con el brazo entre las costillas. Sam se quedó sin aire por unos segundos.

–Buenos días pareja –dijo Natasha –¿cómo están los recién casados?

–De maravilla –Eliza sonrió y Steve lo hizo al verla tan feliz.

–Bien –dijo Sam cuando pudo respirar con normalidad –ahora debemos hablar del futuro.


10 meses después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

10 meses después

–¿Señora Collins? –pregunté en la pequeña sala de estar, escaneo con la mirada a las cuatro personas que había en la sala, todas conocidas por ser pacientes frecuentes, pero la señora Collins no estaba.

–¿No ha venido? –preguntó el doctor Trent, negué con la cabeza –bien, que pase el siguiente.

Volví a la sala de estar con la lista de pacientes, y el orden en el que serían atendidos, la siguiente era Amy Jackson, una niña de 8 años que suele enfermar de forma frecuente.

–¿Amy? –pregunté captando la atención de la pequeña y de su madre –ya puedes pasar cielo.

Tres horas mas tarde había terminado de pasar consulta junto con el doctor Trent. Por lo que una vez recogido todo, nos preparábamos para salir.

–¿Eliza? -llamó el doctor –¿va todo bien? –preguntó al ver como me quedaba quieta en medio de la consulta para coger aire.

–No me encuentro bien, creo que Amy me ha contagiado algo –suelto una pequeña risa, que rápidamente se transforma en un quejido –él frunció el ceño

Superación (Steve Rogers) [Libro II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora