Capítulo 6

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Vuelvo a mirarme en el espejo una última vez.

–¿Y bien? –preguntó Wanda 

–No lo sé, es bonito pero... –respondí 

- Es un vestido, escoge uno con el que estés cómoda y que haga que Rogers babee por ti y listo –dijo Natasha 

–No estáis siendo de ayuda, jamás había tenido este dilema, ¿qué vestido me sentará mejor? –contesté

–Si hubieras estado en 1940, ¿qué vestido hubieses usado? –preguntó Wanda.

–Pues... el de mi madre, no tenía a nadie que me hiciera un vestido, así que hubiera usado el suyo.

–Eso no nos sirve, no tienes el vestido de tu madre, así que tendrás que escoger otro, y tiene que gustarte. –contestó Wanda

–¡Se acabó! –dijo Natasha exasperada entrando en la sala con un vestido en la mano –pruébate este, aunque déjame decirte que es el que te vas a llevar –con el vestido en mano entré en el probador y la dependienta me ayudó a colocármelo.

–La dejaré a solas unos segundos. –dijo antes de salir y dejarme a solas frente el inmenso espejo.

Adoro este nuevo siglo. 

El vestido es precioso, blanco crudo, y se ciñe a las partes correctas. Me atrevo a darme la vuelta para ver cómo mi espalda está completamente descubierta. No sé si a Steve le gustará este vestido, pero es el que me gusta a mi y es el que me voy a llevar.

–¿Elizabeth? como no salgas del probador en cinco segundos entraré y te sacaré por la fuerza –la voz de Natasha me sacó de mi trance y salí al encuentro de las chicas.

–Estás preciosa –dijo Wanda –¿te lo quedas?

–Sí, es precioso, este es el indicado –intento aguantarme las lágrimas, jamás pensé que lloraría por un vestido de novia, supongo que mis prioridades han cambiado con la época. Para evitar armar un espectáculo con mi llanto, desvío la mirada hacia el precio del vestido ¿3000 dólares? esto es demasiado para un vestido –Chicas –dije llamando su atención –creo que es mejor mirar en otro lado, es bonito pero... 

–Ya lo he pagado –explicó Natasha, sé que queréis una boda bonita y sencilla, pero no vas a encontrar un vestido bonito a muy buen precio, tengo ahorros, y ya que no queréis regalos el día de vuestra boda... en fin, en parte podéis dar las gracias a SHIELD.

– Nat, eso ha sido precioso –la aludida se encogió de hombros algo incómoda por el comentario de Wanda 

–Muchas gracias Natasha, esto significa mucho para mi.

–Si, lo sé, ahora... ¿podemos irnos? necesito hacer algo productivo, como por ejemplo golpear mi saco de boxeo, o mejor, a alguien.

Después de quitarme el vestido y dejar que me tomasen mis primeras medidas, regresamos a la base donde cada una tomó caminos diferentes.

Natasha, Wanda y yo no teníamos nada en común más que, los vengadores y un pasado algo traumático, pero se habían convertido en un apoyo. Ellas no eran del tipo de amigas cariñosas, son mas bien del tipo de personas que siempre están entre las sombras, sin llamar la atención, sin contacto, pero que cuando las necesitas, ahí están.

El día en que Steve se me declaró fue uno de lo mejores días de mi vida, jamás le había visto tan nervioso, pero después de eso estábamos más unidos que nunca.

Eso sí, nada de volver a dormir juntos, ni de estar por las noches en la habitación del otro. Hoy era precisamente la excepción, Steve, después de su entrenamiento nocturno con los demás vengadores, iba a venir a mi habitación para ultimar los detalles de la boda.

Superación (Steve Rogers) [Libro II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora