Junto a tí.. por siempre.

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Ella entró primero. En la casa se sentía el cambio de clima, más cálido. Aún temblaba, por el jodido frío y más que nada por estar de nuevo con Clyde sola dentro de cuatro paredes.

Ella froto sus brazos..

—Lo siento. Se acercó Clyde para abrazarla. —Es solo que no tenía puesto la calefacción, en un momento vuelvo. Beso su cabeza y se fue hacía el sótano.

Ella paso a la Sala y se sentó en el gran sofá, se sentía tan cálido y cómodo, no había dormido bien, y el sofá se sentía tan acogedor, se acomodó abrazándose a sí misma, recargo su cabeza en un cojín cerrando los ojos y se durmió.

*

Cuando abrió los ojos, se movió, y se dio cuenta que ya no estaba en el sofá, ahora estaba en su cama, el aroma a el impregnado en las sabanas, sonrió aspirando todo el dulce aroma varonil. Era cálido este nuevo lugar. Reaccionó y escuchó la regadera al otro lado de la habitación, donde salió Clyde. Quien se sentó para acariciar su rostro.

—Te quedaste dormida. Ella le sonrió. —Así que te traje a la cama, te preparé el baño, debes estar muy cansada.

Tomó su rostro y lo arrastró hasta hacía ella para besarlo, dulce y tiernamente.

—Te amo. Con un brillo especial en sus ojos. —Te extrañe tanto. Tenía sus manos sobre su rostro, con una especie de nostalgia. —Nunca más me alejes dé tu lado.

El sonrió mostrando los dientes, con entusiasmo la tomó para ponerla en su regazo y besarla, la beso lenta y apasionadamente, su mano bajaba y subía por su espalda con la tentativa de arrancar su ropa, ella se ahogaba con su profundo besó, ambos tomaron aire y se sonrieron.

—Creo que iré a tomar ese baño, he viajado como una loca las últimas setenta y dos horas. Se burló en sus brazos.

—Jamás, jamás te dejaré ir de nuevo. Beso su frente con dulzura. —Nunca te soltare.

*

Bajo hacia la cocina, ya que Clyde le había dado su espacio. No había empacado la ropa adecuada, ya que las vacaciones serían en un lugar aún más frío que éste, así que tomó una de las camisas de Tom Seagel de Clyde y sus grandes pantuflas para salir del cuarto.

Se paro en el marco de la puerta, mientras el preparaba café.

—Recordaba este lugar más pequeño. Se burló.

—Es el mismo Dazz. Sirviendo el café. —estoy preparando el desayuno, ¿quieres desayunar?.

Ella se acercó a la mesa poniendo sus codos en la mesa para mirarlo con tentación.

—Tengo mucha hambre. Lamio sus labios. —Así que desayunemos. Se sentó en la silla con total alegría. —Y después tenemos que hablar de muchas cosas. Probando uno de los panecillos.

El desayuno fueron risas y miradas de amor, unos ricos Hotcakes con leche y frutas, Bendita sea que había hido de compras con Mellie estos días, si no hubieran comido pasto seco.

—Y bien, ¿que tal Londres?, Señorita Holbrooke. Terminando con su vaso de leche.

—¿Viste la série?. Preguntó con curiosidad.

—Me dolía en el alma, pero era la única forma de verte. Sonrió con tristeza en esos momentos de soledad.

—Siempre pensaba en tí. Tomando su mano al otro extremo de la mesa. —no había día en que no pensará en tí.

—Creí que tenías novio. Tenía que preguntar.

Ella sonrió confusa.

—¿Te refieros a Tom Bateman?. No creía que Clyde se halla enterado de eso.

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