Capítulo 22

550 64 18
                                    

Christopher disfrutó de su aroma. Sus brazos rodeaban el cuello de Erick y éste disfrutaba de la calidez del castaño, de cómo le decía que todo estaba bien, que ya había pasado y no volvería a pasar por lo mismo, que Justin no le haría daño, no mientras él estuviera cerca suyo.

Harry había logrado convencer a Joel que sería una buena idea elegir a las parejas al azar, y como Harry y Erick habían planeado, al final el menor había sacado los papelitos de Christopher y el susodicho, así logrando su cometido.

Los chicos habían hecho una fogata, era de tarde y pronto el sol se ocultaría, necesitaban luz y calor, después de todo era invierno y el frío les ganaba. Durante ese momento, todos habían platicado y jugado, riendo con entusiasmo y peleando por los últimos bombones. Joel por su parte estaba alejado de los demás, sentado bajo un árbol mientras escuchaba música con sus audífonos. Christopher y Erick estaban sentados juntos, sin hablar, únicamente reían de vez en cuando y se compartían los bombones que habían separado de los demás antes de que se los acabaran.

—¡Creo que acabo de ver una serpiente pasar por mis pies! —exclamó Zabdiel corriendo hasta donde se encontraba Joel, con una expresión de terror en su rostro. Todos rieron—¡Ya verán cuando les pique y se mueran, no les ayudaré!

Aris se levantó y caminó hacia el lugar de su amigo—Es solo una rama Zabdiel, ¿En serio?

—¡Se movió! —todos rodaron los ojos y Richard tomó a Zabdiel del brazo para convencerlo de regresar a su lugar.

Christopher negó con una enorme sonrisa en su rostro. Volteó y miró a Erick el cual se encontraba mirando hacia Joel, con su mejilla apoyada en la palma de su mano, casi le podía escuchar suspirar de pena y podía sentir un leve nerviosismo en él.

—¿Por qué no vas con él? —Erick salió de su trance y miró a Christopher que también observaba a su hermano.

—No, está bien. Joel ha de querer estar solo, no lo iré a molestar.

—Vamos, eres su novio, nunca podrías molestarle. —Erick asintió y apartó la mirada.

—Ven. —dijo y tomó el brazo de Christopher, arrastrándole hacia la casa de campaña que les correspondía—Ellos caerán en cualquier momento, han bebido demasiado alcohol.

El menor no dijo nada, solo se quedó callado y se dejó guiar por Erick. Al entrar a la casa de campaña –la cual era posiblemente el triple de grande que una normal-, el par de jóvenes se sentaron sobre sus respectivos sacos de dormir.

—¿Quieres un bombón? —preguntó Erick sacando una bolsa entera de los malvaviscos con una sonrisa burlona.

—¿Es en serio Erick Brian Colón? ¡Con razón se habían acabado rápido, tú te robaste una bolsa entera! —Erick rió y saltó sobre él para taparle la boca con una de sus manos—Suelbtablme. —trató de pronunciar mientras Erick le cubría.

—Silencio, ellos podrían escucharte y son como gorilas hambrientos. Me matarían. —Chris rodó los ojos y Erick le picó el estómago antes de apartarse y acomodarse de nuevo en su lugar.

—Exageras. —miró la bolsa de malvaviscos y se la arrebató—Dame unos, engordarás si comes todos. —Erick rió y le sacó la lengua—Eres demasiado infantil, ¿No tuviste infancia?

—Tuve una infancia maravillosa para tu información, tener la edad que tengo no quiere decir que no pueda divertirme, soy muy joven aún. Y no engordaré, siempre como mucho y nunca engordo, soy de complexión delgada. —frunció su ceño—Igualmente, esté gordo o no me querrías, ¿Verdad?

Christopher se quedó callado y se metió dos bombones a la boca de golpe.

—Puede, puede que no. Si te digo que sí puedo estar mintiéndote, pero si te digo que no, puedo estar diciendo mentiras por igual. Nunca sabrías cual es la verdad. —Erick le golpeó el brazo y le arrebató la bolsa con una sonrisa juguetona.

Prohibido; ChrisErickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora