El cajón de los secretos 1

18

Ludwing corría desesperado en una larga carretera empinada, mientras casi todo el equipo de fútbol le perseguía, sabía que si llegaban a alcanzarlo, le pondrían una cruel golpiza, y no le quedarían dientes para comer.

—¡ Ya Rindete tonto! Estamos por alcanzarte— Gritaba Cristián mientras el pobre Ludwing corría despavorido.

—Deja de seguirme Cristián.

—Cuando te alcance te voy a aplastar como un insecto.

—Ya déjame.

De pronto la gran ruta empinada hacia arriba se convirtió en una gran ruta de curvas empinadas hacia abajo. Cristián estaba a escasos metros de Ludwing, y si Ludwing seguía corriendo, sabía que lo alcanzarían y que el día de mañana sería historia. No tenía tiempo para pensar, tan sólo puso su Skate en el piso y subió arriba de ella. Sabía que era la única manera de escaparse ellos, pero todo era un total suicidio. Era una carretera empinada, hacía abajo, con cuevas que iban a dar al barranco, y grandes colas de autos que venían en sentido contrario. Ludwing sabía que un mal movimiento y no la contaría:

—Padre nuestro, que estas en el cielo, santificado sea tu nombre — Oraba Ludwing — Diosito guardame— Decía mientras bajaba aquella gran pendiente.

—Te dije que pararas— Dijo Cristián

De pronto Ludwing logró bajar toda la pendiente de aquel lugar. Pero fue a dar contra un poste, el golpe lo deja realmente aturdido, y viendo luces:

—Dios, si me escuchas, manda a un ángel a que me salve.

—¿Ludwing estás bien?— Dijo Abigail de la nada apareciendo en una motocicleta.

—¡Gracias Dios! — Dijo Ludwing aún despertando del golpe, mientras a lo lejos veía que venían Cristián y su banda. —Vamos Abigial, debes sacarme de aquí, Cristián y su banda quieren matarme.

—¿Que? ¿Como? ¿Porqué?

—No hay tiempo para preguntar, sacame de aquí o soy hombre muerto.

—Sube— Dijo mientras Ludwing subió.

Mientras iban en camino Ludwing le contó todo lo que había planeado Mikey y lo malvada que se había vuelto a base de su sed de venganza. Abigail estaba espantada:

—¿Es en serio Ludwing? Creí que ella era buena conmigo.— Dijo Abigail sorprendida

—Lo sé, yo hasta el día de hoy la creía una de nosotros, una perdedora.

—Oye, tú no eres un perdedor, eres genial, ¿Acaso no te viste con ese Skate?

—Si pero aterrice terriblemente

—Pero bajaste lo más difícil, y tuviste el valor de hacerlo, eso no lo haría un perdedor.

—¿Qué hubiera hecho un perdedor?

—Rendirse, lo que siempre hacen los perdedores. —Dijo Abigail, mientras frenó frenéticamente la motocicleta, —

—Tranquila nena— Dijo Ludwing asustándose

—No hay tiempo para tonterías ni mucho menos para explicaciones, debemos entrar ahora mismo.

—¿Qué horas son?

—Son las 7:05

—No lo lograremos.

—Si crees todo es posible. —Dijo Abigail muy segura.

Ambos entraron al lugar estaba lleno, y Katy y yo estábamos cantando en el escenario, apenas podíamos vernos a nosotras mismas.

—Rápido Ludwing, debemos llegar allá — Dijo Abigail tomando la mano de Ludwing—

—No esperaba que hubiera tanta gente.

—Ni yo, y además todo está oscuro, las luces de encienden y se apagan, esto parece una discoteca.

—Tranquila nena, yo ya estado en lugares así. Para llegar lo más rápido posible a la salida o a la tarima del Dj, debes pegarte a las paredes laterales, luego ellas te llevarán a la salida.

—Ok, no puedo verte.

—Toma mi mano Abigail —Dijo Ludwing — ¡Vaya! Que manos tan suaves— después de esto la música empezó abonar durísimo

—No es momento para coquetear. —Dijo Abigail.

—¿Qué me quieres abrazar?— dijo Ludwing

—¡No!

—¿Un beso será?

—¿Qué bazar?

—¿Qué lo quieres ya?

—No te entiendo

—¿Que te prendo?

—Debemos provocar un apagón

—¿Qué me amas de corazón?

—Empiezas a molestarme —Dijo Abigail riéndose —pero no digo que no me guste—

Abigail buscó la palanca de la electricidad :

—Lo siento, el show terminó — Dijo bajando la palanca de electricidad, y provocando el apagón. — Ya puedo escucharte,.

—Rápido bajemos a ese par del escenario — Ludwing prendió la luz de su celular y subió al escenario —

—¿Qué sucede? —Dije, mientras sentía como ellos me jalaban, en un santiamén estábamos afuera de aquel gimnasio que había fingido como escenario —¿Qué te pasa Ludwing?

—No tenemos mucho tiempo para explicar lo que va a suceder — Dijo Abigail, en ese momento supe que la cosa era realmente seria — en el camino les explicaremos, sólo debemos llegar rápido antes de que...

—Allí están — Dijo Cristián señalandonos, era obvio algo terriblemente malo estaba pasando. No hice más preguntas y subí. a la moto de Katy, Ludwing subió a una moto que supuse era la de Abigail por los textos bíblicos en ella.

—Sube nena— Dijo Ludwing

—¿Bromeas? No quiero que rayes la moto— dijo Abigail —

—¿Lo discutes conmigo o con ellos?— dijo Ludwing señalando a Cristián y su banda.

—¡Dios mío! Dame paciencia, porque si me das fuerza los ahorcó. — Dijo bromeando. Abigail subió a la moto y se fueron.

—¡Wo! ¡Lo hicimos! —Dijo Ludwing alejándose lo suficiente

—No estaría muy segura si fuera tú. —Dijo Abigail, señalando a la banda de Cristián como subían a un auto.

—Oye, ya que eres cristiana ¿Porque no le pides una mano al de arriba?

—¿Qué crees que estoy haciendo ahora mismo? —Dijo Abigail. Yo me acerqué lo suficiente desde la moto de Katy y le grité:

—¿Abigail, me podrías decir que sucede?

—Mikey, en realidad es maligna, tiene un plan para ridiculizar a todo el Instituto. Incluso estas tú allí. Planea hacer públicos todos los secretos más íntimos de todos los estudiantes.— dijo Abigail

—Si, tiene un cofre lleno de los secretos de todos— Gritó Ludwing— Además, trató de hacerme guardado.

—¡Vaya! — Dije — Mikey realmente es terrible.

—Y si no la detenemos ahora, va a acabar con la reputación de todos y todas. —Dijo Abigail.

Decidimos que lo mejor sería separarnos para perder a Cristián y su banda y advertir al director antes de que fuera tarde. Había un cruce de calles en el cuál yo seguí derecho y Ludwing cruzó a la derecha. Parecía que Cristián y su banda habían decidido seguir a Abigail. Espero nuestro plan funcione y podamos perder a ese grupo de rufianes.