El cajón de los secretos 1

19

Podía ver la escuela y escuchaba los gritos indescifrables que emitía aquel drama. Sabía que la obra estaba por terminar y aquel dichoso protagónico estaba a punto de dar el giro completamente rotundo. Mi corazón latía sin parar, y oraba a Dios para que Mikey no pudiera hacer lo que quería hacer. Pero escuché la señal en la que cuál ensayamos, sabía que la tragedia estaba ocurrir, la autoestima de todos estaba por terminar. La música de piano, como de un duelo de piratas, empezó a sonar. Sabía que todos estaba ocurriendo ya. Entré y Mikey ya estaba en las alturas, y en la pantalla ya estaban las fotos:

—Porque es hora de mi verdad, es hora de botar a basura, el reinado de esos falsos reyes. —Dijo Mikey con el micrófono. Entré al gimnasio, y vi como Jim tecleaba aquella computadora, dando play a aquella desgracia. —¡Lavantate caído! ¡Levantate tú que estás en el suelo! —Dijo Mikey en dramaturgo poniendo una tiara en su cabeza— Empecemos la obra:

Salió una foto donde estaban las conversaciones entre Cristián y Daylin por Messenger. Las cuáles comproababan que yo nunca fui una mentirosa. Salieron las fotos donde Damián había saboteado a Jim. Entré otros personajes, como el vendedor, los Malandros hurgando cosas de la dirección. Pronto poco a poco todos los secretos de todos los populares se habían revelado.

—¡Alto! —Dijo Mikey interrumpiendo las fotos y lo vídeos de ridículos — ¿Qué hace Gabriela aquí? ¿Acaso no tuvimos un trato? Dímelo Cristián. —Cristián trataba de hablar pero no se escuchaba hasta haya.— Me las pagarás, ahora tu verdadero secreto será revelado. Díganme todos ustedes, ¿Qué pensarían del capitán de equipo de fútbol, del chico más codiciado, del más fuerte, del más popular. Que pensarían si les dijera que él es gay? — En ese momento todos gritaron extrañados y lo volteaban a ver— Daylin querida, Cristián no te dejó por una mujer, te dejó por un hombre. — En ese momento Jim le dio play a un vídeo donde Cristián se está besando con un chico impopular del Instituto. Aparte de besos habían caricias.

Cristián en ese momento, estaba Iracundo, lágrimas se trabajaban de su rostro mientras sólo veía hacía abajo. Supe que si no hacía algo realmente valiente en ese momento toda mi generación viviría con vergüenza. Fui a una de las cabinas y Active un micrófono

—Jim— Dije dirigiéndome a Jim que estaba en cabina— Debes darme sonido.

—¿Porqué? —Dijo Jim—¿Qué tratas de hacer? ¿Acaso ellos no nos destruyeron?

—¿Y qué ganas con destruirlos a ellos también? ¿Eso te devuelve algo?

—No, pero si me hace sentir mejor.

—Ojo por ojo, sólo hará que todos acabemos ciegos y llenos de odio, los unos por los otros.

—¿Puedo hacer una pregunta?

—La que tú quieras

—¿Porqué haces esto? ¿Ellos te prometieron algo? Sabes que son mentirosos y que no lo cumplirán.

—No lo sé. Sólo quería decir lo que pienso, y sin importar a quien voy a ayudar o a herir.

—¿Entonces eres como ellos?

—Ellos son la derecha y ustedes la izquierda. El favorecer a uno, tanto como el otro, sólo hará que la izquierda se vuelva derecha y la derecha la nueva izquierda.

—Ve, yo encenderé esto— Dijo Jim con tono de murmuro

Bajé de la cabina como pude, me abrí pasó dentro del gentío y subí a la tarima:

—Su atención, su atención porfavor — Dije mientras algunos estaban iracundos, algunas chicas lloraban al regazo de otras, otros se estaban iyendo. Pero el plan de Mikey había sido mucho más maquiavélico está vez, había cerrado las puertas haciendo que muchos ya no pudieran irse. Por primera vez vi llorar a Daylin, y antes pensaba que disfrutaría esa estampa, pero simplemente no se sentía bien como lo pensé. El pensar que ver sufrir a quien te hizo sufrir, te hará sentir mejor, era una mentira. Lo había comprobado en carne propia, y no se sentía nada bien. —Muchos me conocen como: "Mentirosa " cuando nunca mentí, tras años de que ustedes se burlaban de mí, y me humillaban. Yo sentía un odio terrible por cada uno de ustedes, y cuando digo: "Odio " es porque realmente quería sus cabezas en una lanza, tanto como ustedes querían la mía.