Lucifer - El engendro del diablo ✔️

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Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Lucifer

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Capítulo 9

Sapphire estaba detrás de la barra del Lux sirviendo copas. Hacía una semana que se había mudado con Chloe Decker. Las cosas iban bien. Chloe le gustaba mucho. Era simpática y actuaba como si realmente le importara. A Sapphire incluso le gustaba que Chloe insistiera en algunas reglas con ella, como no ir a ningún sitio sin decírselo. Hacía que Sapphire sintiera que alguien se preocupaba de verdad.

A Sapphire también le sorprendió lo mucho que le gustaba Trixie. Nunca había tenido experiencia con niños, ni siquiera cuando ella era una, pero Trixie era una niña estupenda. Lo único que a Sapphire no le gustaba era lo mucho que Trixie se aferraba a Lucifer, pero eso era principalmente porque Sapphire sabía que Lucifer la decepcionaría. En general, las cosas iban bien.

Por supuesto, Sapphire sabía que las cosas acabarían yendo cuesta abajo. O Chloe se cansaba de ella, como siempre le pasaba a todo el mundo en su vida, o Lucifer descubriría la verdad y la obligaría a marcharse. Así que no se permitió acercarse demasiado a Chloe y a su familia. No podía permitirse sentirse demasiado cómoda.

Sapphire pronto se dio cuenta de que una mujer de pelo castaño corto se acercaba a la barra. Inmediatamente se acercó. "Hola. ¿Qué desea?"

"Un martini seco estará bien", dijo la mujer mientras la miraba fijamente.

Sapphire asintió e inmediatamente se puso a servir la bebida. Cuando terminó, se lo acercó a la mujer.

"Gracias. Creo que eres la persona más joven que mi hijo ha contratado", dijo la mujer.

Sapphire se puso rígida y la miró fijamente. "Tu hijo. ¿Lucifer?"

"Sí. Me llamo Charlotte", dijo Charlotte mientras extendía la mano. No le costaba creer que esta chica fuera de Lucifer. Se parecía mucho a él.

Todavía estupefacta, Sapphire estrechó la mano de la mujer. No podía creer lo que estaba pasando. Siempre había sabido que tenía una abuela. Su abuelo la había criado varias veces. Sin embargo, Sapphire nunca creyó que llegarían a conocerse. La Diosa había sido encerrada en el Infierno después de las cosas terribles que había hecho. Bueno, según su abuelo, había hecho cosas terribles. Él no pensaba mucho en ella. Por supuesto, tampoco pensaba mucho en Lucifer, y Sapphire pensó que había juzgado mal esa situación.

Sapphire odiaba a Lucifer, pero no porque fuera el Diablo. Sinceramente, no creía que se mereciera ese apodo. El tipo dirigía un club y ayudaba a encerrar criminales. No parecía tan diabólico. Tal vez su madre era la misma. "Uh, hola. Soy Sapphire.

"Encantada de conocerte", dijo Charlotte mientras se daban la mano brevemente. "¿Cuánto tiempo llevas trabajando aquí?"

"No mucho. Unas semanas", dijo Sapphire mientras miraba a su abuela. Se preguntó si la mujer sabría quién era. Si alguien podía averiguar quién era, era la verdadera Diosa de todo, y si lo sabía, era poco probable que no se lo dijera a Lucifer.

"Nunca he conocido a un adolescente que trabaje en un bar. De hecho, como trabajo como abogada, sé que es ilegal", dijo Charlotte.