33 | Mayores preocupaciones

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—¿Kate estuvo aquí? — pregunta Lydia abriendo sus ojos un poco sin creérselo — ¡se supone que no la vemos desde el viaje a México!

— Al parecer ella quiso hacer una aparición sorpresa — dice mi esposo

Citamos a nuestros amigos a primera hora de la mañana, ellos aceptaron solamente porque tienen la universidad en la tarde. Les contamos sobre lo que pasó anoche y todavía no pueden creerlo. Derek no durmió en toda la noche muy preocupado por Delice, y no dudó ni un segundo en que durmiera con nosotros por protección. Siempre me abrazó con fuerza con miedo.

— ¿Qué más les dijo? — pregunta el alfa.

— Creo que nos advirtió sobre lo que está pasando en Beicon Hills con eso del descontrol de los hombres lobo, también que si debíamos volver o algo así... — cuento.

— ¿No le hizo nada a Delice?

— No, no le hizo nada pero... Al parecer se sentía muy atraída hacia ella.

— Es Kate. Engañó a Derek y así quemó su casa por completo cuando era adolescente, no me sorprende que no sienta celos de que ahora esté contigo y con una hija que para ella es una distracción de sus planes que tendrá planeados—exclama Stiles pensando

— No creo que haya regresado así como así, debe haber una razón... — piensa la pelirroja

— ¿Y si está involucrada con lo que pasa en el pueblo? — pregunta Malia.

— Podría ser, pero no puede estar haciéndolo sola ahora que se siente más débil cuando la enfrenté en México. Estoy seguro que alguien la está ayudando. — apoya su idea, Derek.

— Sea lo que sea, tenemos que averiguar por qué vino con ustedes de un momento a otro y si tiene algo que ver con lo que está pasando. Tengan cuidado, no estoy muy confiado en que esta vez lo haga más fácil para nosotros— afirma Scott.

Ambos asentimos. Escucho el llanto de mi hija en la planta de arriba, Derek me hace un movimiento de cabeza y va hacia allá rápidamente para traerla. Nuestros amigos deciden irse de una vez por todas, me despido de ellos y salen por la puerta. Voy hacia la cocina empezando a hacer el desayuno del día de hoy, que trataría de hacerlo lo más relajado posible. El tema de Kate me tiene muy asustada y realmente no sé qué hacer porque siento como si me estuviera mirando por todas partes. Mis pensamientos se esfuman al ver a mi esposo sentarse en la barra esperando, mientras que la bebé está en su cuna que trajo para acá.

— Hueles a miedo.— oigo que dice a mis espaldas. Siempre sabe cómo me siento. — ya hablamos sobre esto...

— Es que no puedo evitarlo, nosotros sabemos de lo que es capaz Kate, nos ha hecho pasar por cosas horribles. — digo poniendo el plato de huevos revueltos a su frente

— Estás preocupada, yo también lo estoy, y mucho más ahora que tenemos a Delice porque es algo muy importante que tenemos que proteger. Pero si nos hace algo, podremos protegernos, ¿no?

Asiento lentamente. Él tiene razón, yo soy una alfa y él un omega que ha sido un hombre lobo desde que nació y tiene muchísima experiencia en todo esto. Quizás sean puntos a favor para nosotros.

— Bueno, basta de hablar de eso, Der. Ahora come, tenemos que ir al supermercado porque ya no hay casi nada en la nevera por los inevitables antojos que me dieron cuando estaba embarazada.

— ¿Enserio? ¿hoy? — pregunta. Lo miro alzando una ceja. — está bien...

[...]

Tomo varias especias del gran estante que está a mi frente mientras trato de recordar todas las que utilizo cuando cocino. Derek viene detrás mío con el carrito y Delice enganchada en una de esas sillas para bebés recién nacidos que está puesta en el mango. Escucho la risa de mi hija y también algunas veces que Derek le habla como si fuera lo más tierno del mundo. Es la primera salida en familia que tenemos y creo que puedo acostumbrarme a esto.

Meto dentro del carro mis pepinillos, como siempre, y Derek los mira con una mueca. Ruedo mis ojos. Vuelvo al estante tomando un frasco de especias y lo guardo, él sonríe contento. Seguimos por el pasillo hasta llegar a la sección de mascotas, donde justamente hay una mujer con su perro. El cual nos mira y nos gruñe no muy feliz. Delice empieza a llorar. Derek le enseña sus ojos azules con enojo e inmediatamente el perro se esconde.

— Voy a matar a ese perro. — murmura para sí mismo, le doy el chupón a mi hija y se calma.

— ¿Sabes? no tienes que ser un gruñón cada vez que le hagan algo a tu hija que no tenga gracia. Como por ejemplo, gruñirle a un perro que no sabe nada, solamente que no le agradamos por ser una familia lobuna. — le reprocho tomando papas

— Cualquier cosa, objeto, persona o animal que haga sentir mal a mi pequeña, no dudaré ni un segundo en tratarlo mal. — afirma cruzando sus brazos, mira a la niña con mucho amor — ella es mi princesa, ¿cierto, hermosura?

La pequeña ríe moviendo sus pies.

— Y tú, por otro lado, eres mi reina— dice besando mi mejilla y de paso, tomando una caja de plátanos. Río levemente.

Pasan unos minutos donde seguimos con las compras. Decidimos comer unos sándwiches que venden en la zona de cafetería y de paso le dí el biberón a Delice. Dejamos el carrito a nuestro lado para vigilarlo.

— Delice debería utilizar más de estos gorros, se ven tan lindos. Y más si ya está empezando a hacer frío en esta época. — digo acomodando al nombrado en su pequeña cabecita

— Te compraré todos los gorritos que quieras.

— Yo no te los pedí.

— Pero sin así los compraré.

Ruedo mis ojos sosteniendo a mi hija. — deberíamos ir un día a visitar a mis padres a San Francisco, también de paso podríamos conocer la ciudad un tiempo y pasear y cosas así...

— Claro, sería divertido. Como un paseo familiar. — acepta, da un mordisco a su sándwich — tenemos que pasar tiempo con ellos, la comida de tu madre es exquisita y estoy seguro que no nos dejaran regresar

— Seguramente papá te llevará a un partido de básquet y de paso pasarán tiempo suegro a yerno. Aunque no me canso de escuchar las historias de mi padre en su trabajo de militar.

— A tu padre le caigo muy bien. — afirma

— Claro que sí. Eres el primer chico que les presento, eso ya es un gran logro.

Seguimos comiendo en conversación. Terminamos nuestra merienda y decidimos irnos a pagar de una vez por todas, digamos unos minutos en la fila de la caja ya que es muy larga por ser fin de semana. Bajo a Delice del carrito poniéndola en mis brazos, Derek paga todo y carga las bolsas hasta afuera del súper. Llegamos a nuestro coche y pongo a la bebé en su cuna en la parte trasera, me subo adelante y después mi esposo. Un mensaje llega a mi teléfono por lo que lo miro.

"Nos volveremos a ver otra vez."

Frunzo mi ceño. Es un número desconocido. Le muestro mi celular al chico y él hace mi misma mueca.

— ¿Kate? — pregunto.

— Quizás. — responde encendiendo el auto, guardo el teléfono — no me da buena espina

— A mí menos.

Ambos nos miramos y asentimos al mismo tiempo sabiendo lo que pensábamos. Kate anunció su regreso, ahora solamente falta que haga algo.








































































































Wolves / Derek Hale《 completa en español✔︎ 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora