Capítulo 7: Cariño

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Desde que todo comenzó, mi vida se ha vuelto más difícil, no se que pensar al respecto, no se que pensar sobre ellos, sobre mi. Se que estaba mal, me sentía corrompido, pero a la vez quería continuar, quería seguir y seguir, gemir y gritar hasta no tener voz, quería alcanzar los límites posibles. No sabía que camino tomar, no sabía que elegir.

Y a Emilio, no sabía bien si de verdad lo quería o si lo odiaba, se que me cambio pero no sé si para bien o para mal, es que ¡Todo es tan pinches complicado! Quería detener todo pero ni sabía cómo.

Diego... También era otro problema, el tenía esas vergonzosas fotos, además, me obligaba ¿Cierto?.

Tenía planeado contarle todo a Emilio, son amigos tal vez hable con él o... Lo asesine, pero no me creo capaz siquiera nombrarlo frente a él. En cuanto a la parte "sentimental" tampoco tenía  idea, además de los nervios que llevaba encima, por no saber cómo podría reaccionar.

Me encontraba caminando por los pasillos solitarios de la escuela cabizbajo. No sabía que clase tenía a continuación, pero sinceramente no me importaba, no tenía planeado entrar a clase. De hecho ahora mismo me iría a casa, necesitaba descansar, apartarme de todo, de todos...

De ellos...

Camine hasta la puerta principal de la escuela dispuesto a largarme de aquí.

Estaba medio dormido, no tenía ganas de nada, pero necesitaba levantarme de nuevo y saludar al mundo, había quedado con Emilio, de verdad necesitábamos hablar.

Me levanté de la cama y miré el reloj 5:34 p.m

Caminé directamente al armario, me puse un crop top rosa y un pantalón blanco y salí de casa. Una vez que llegue me recargue en una pared dispuesto a esperar. Estaba en un centro comercial enorme a mi parecer.

Espere y espere, pasaron como 40 minutos y nada, enojado comencé a caminar hacia la entrada.

¡¿Por que tiene que ser tan pinche impuntual?! Con todo lo que me costó pedirle que nos viéramos,  espera...¿Y si le pasó algo? Ja, ojalá.

De repente sentí como alguien me jalaba con fuerza de mi brazo derecho, voltee y me di cuenta que era Emilio, me sujetaba con fuerza de la cintura, ahora me arrepentía de haberme puesto crop top.

Me analizó de arriba hasta abajo y sonrió, antes de que pudiera articular una palabra, el ya tenia sus labios sobre los míos, aquel beso duro varios segundos.

-¡E...Emilio!-. ¡ No jodas me estaba besando con un hombre aparentemente mayor y en público!

Rápidamente me sali de su agarre y le di la espalda bastante avergonzado, a estas alturas, estaba seguro de estar más rojo que nada.

El no perdió el tiempo y me sujeto de nuevo de la cintura, y empezó a dar pequeños besos en mi cuello, me provocaba cosquillas y... Algo más.

-E...Emilio ¡Ya basta!-. Exclamé con voz temblorosa.

-Bueno bueno, ya-. Sonrío, y me abrazo de la cintura -Ven-. Me agarró de la mano y me guío  a una cafetería, entramos y nos sentamos frente a frente.

¡Que pinches nervios!
Sonreía, se le veía alegre, dios, su sonrisa...

-Y bien...¿Que querías decirme?-.

-Y-yo..-. Una mesera nos interrumpió con su llamativa llegada.

-¿Que te sirvo guapo?-. Preguntó con una voz seductora, al instante sonrío.

Me sentia incómodo, no, enojado con su reacción.

Él me miró de reojo, quizá esperando una reacción mía, vaya que la tendría.

-Ordena rápido, cariño-. Dije con la voz más posiblemente dulce y lo tome de la mano.

La mesera se sorprendió demasiado y sólo nos miro a ambos, después el ordenó y yo también.

-con permiso-. Y se retiró rápidamente.

-Ay Joaquín ¿Que voy a hacer contigo?-. Dijo divertido. Aparte mi mano de la suya aún más avergonzado, él sonrió y volvió a tomarla.

-¿De qué querías hablar, cariño?-.

-¡De...dejame!-.

¿Por que había dicho y hecho esa pendejada? ¡Soy un idiota!

-Bueno, Pero dime ya-. Me soltó y su expresión se volvió seria.

Enserio iba a contarle sobre Diego pero... No sé, no se, ¡No estoy seguro!

-¿Tu...tú me quieres?-.












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