Rock And Roll

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—Una semana después —

Es la semana más larga que he tenido a partir del baile, es verdad que soy una experta en mi campo, pero simplemente no puedo verme vulnerable ante ella, es decir, parece absorber toda firmeza y valentía de mi parte, no concibo la idea de que alguien así exista, y comprendo perfectamente porque todos los especialistas antes de mí, prefirieron la retirada honorable a verse involucrados en los disturbios emocionales de Kara Danvers. Ella acude a la hora de nuestra terapia sin falta, no obstante se mantiene firme en su deseo equivoco hacia las mujeres, a portar atuendos masculinos y recientemente descubrí que usa ropa inapropiada inclusive para ella. Sus padres y hermanos hicieron un viaje hacia la capital del país por asuntos de negocios y aunque temen por mí, les aseguré que estaría bien, sin embargo ahora no sé qué tan segura estaba de mis palabras.

Kara sabe que estamos a solas y aprovecha la oportunidad para escuchar música estruendosa, conozco el género relativamente nuevo, Rock And Roll, y sobre todo el tipo de ropa que algunos jóvenes suelen usar. Ella se ha envuelto en un atuendo peculiar y admito, demasiado llamativo. Vaqueros azules, camisa blanca de rayas rojas y chaqueta de piel negra, así como unas botas que sólo he visto en los militares. Llevando una pañoleta en el cuello a modo de moño y unas gafas de sol oscuras, lo cual me coloca nerviosa pues nunca sabes de qué manera te está mirando esa persona, sobre todo una como ella que sonríe tan encantadoramente abrumante.

-¿A dónde vas? — Cuestiono desde la sala, al verla bajar las escaleras vestida así.

-No creo que quiera saber a dónde voy, porque se escandalizaría — Guiña caminando hacia la puerta y tengo que seguirla.

-Sabes que eres menor de edad y no puedes dejar la casa-

-Oh, claro que puedo y usted no puede impedirlo — Responde fanfarrona — Así que, bien puede quedarse enojada, esperando hasta mi llegada, o acompañarme-

-¿Ir contigo a dios sabe dónde? — Me muestro incrédula y ella asiente sonriente, encogiéndose de hombros — De acuerdo — Acepto colocándome erguida con el mentón arriba.

-Después de usted-

Abre la puerta para mí y con la misma seguridad salgo pasando a su lado, y puedo jurar que la vi sonreír diabólicamente, pero es tarde para arrepentirme. Dig se muestra asombrado en cuanto ella le dice que iré, sin embargo tan pronto como muestra sorpresa la deja atrás para sonreír malicioso, así que él sabe perfectamente nuestro destino, y dios me ayude a no entrar en pánico y salta del auto en movimiento.

..

..

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Es viernes por la tarde así que en las calles están repletas de ebrios o adolescentes escandalosos. Dig estaciona el auto frente a una especie de sitio donde los hombres van a beber, y asombrada así como asustada miro a Kara, quien vuelve a guiñar saliendo del auto ayudándome en la misma acción. El chófer se despide deseándome suerte y siento que realmente la necesito, ¿a dónde me ha traído esta niña?

-¿Qué es este lugar, Kara?-

-Es un bar, Doctora — Tiende su brazo hacia mí, y al estar abrumada acepto el gesto — Descuide, la dueña sabe que soy menor de edad, así que no me ofrece bebidas alcohólicas, sólo una deliciosa malteada de fresa-

-¿Y por qué vienes a un lugar así?-

-Ya lo verá-

Ella abre la puerta para mí y al entrar el aroma a alcohol y tabaco golpea mis fosas nasales por lo que me cuesta respirar y asimilar la imagen frente a mí. Alrededor de veinte personas vestidas de la misma manera que Kara están aquí, las señoritas visten extravagantes vestidos amplios con peinados esponjados, así que definitivamente no es un sitio decente. Miro alarmada a Kara quien solo ríe y me guía hasta una mesa junto al aparato de sonido, tocando esa música de alto volumen, me encantaría tener mis tapones para los oídos ahora.

Solo es cuestión de tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora