Lo siento, pero ella es mía

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No creí que los cambios fuesen inmensos, pero es así, el mundo es distinto a como lo recordaba, las personas van y vienen sin levantar la cabeza, mirando solamente el aparato móvil entre sus manos, riendo solos, y es divertido en ocasiones verlos tropezar o caer por parecer idiotas dominados por la tecnología. Las mujeres visten extravagantes, sí mi madre las viera se escandalizaría, los hombres siguen siendo repugnantes, pero hay algunos buenos, siendo padres solteros y cuidando de sus bebés, algo que no vería nunca en los 50's y otros como yo gustan de su mismo género, no está mal, aunque claramente sigue sin ser verdaderamente aceptable, sobre todo para los religiosos. El año, 2019, y después de dejar atrás el hospital con los enfermeros inconscientes, la encontré, a ambas en realidad, separadas por voluntad de una, y entonces comprobé la tragedia, el mundo la conoce como...

KillerSun...

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—Casa Danvers – 08:00 P. M. —

Ambas permanecemos tranquilas en la estancia de la casa, leyendo y bebiendo té en mi caso, pues ella prefiere café. Es un ambiente distinto, me siento relajada al estar ante su presencia, y creo que la sensación es mutua. No puedo evitar mirarla concentrada en la lectura, tiene facciones lindas e inocentes aunque es todo lo contrario, su hermoso cabello castaño resalta con la luz del candelabro, y sí, estoy siendo ridículamente densa. Salgo de mi ensimismo al instante en que el timbre suena, veo a Kara fruncir el ceño, y entonces me mira, para después ambas posar nuestras miradas en la sirvienta.

-Señorita Danvers, el Doctor Kent y un caballero de nombre Benjamin Lockwood están aquí-

-Permíteles el paso-

Ella me mira al ver mi gesto de sorpresa y sonríe maliciosa, ella no podría saberlo, ¿cierto? No he mencionado el nombre de Benjamin, no hay manera de que esté enterada, aunque su mueca dice todo lo contrario. Ambas nos ponemos de pie al verlos entrar, quitándose los sombreros y saludando como era debido, hasta que claro él, se acerca a mí.

-¿Qué haces aquí? — Cuestiono confusa.

-He venido por ti querida — Sonríe, besando mis nudillos — Tenemos un compromiso que cumplir en Londres-

-No he terminado mi trabajo, y no tienes derecho alguno de decidir cuándo debo partir — Como siempre, tensa la mandíbula al recibir este tipo de respuesta.

-De hecho creo que es prudente regrese a Londres con su prometido, Doctora — La voz de Kara nos asombra, ninguno esperábamos que ella lo supiera — Es un placer conocerlo, señor Lockwood-

-Puedo decir lo mismo — Él suele ser muy educado, aun cuando se trate de alguien como Kara — Y ya que tu paciente es quien lo ha dicho, creo que es conveniente...-

-Ella no decide cuándo debo partir — La miro con enojo y ella sonríe ampliamente — Te suplico Benjamin, que no me asedies, cumpliré mi compromiso contigo en cuanto culmine mi trabajo aquí-

-Le he dicho a su prometida que una mujer como yo no tiene reparo, pero es realmente testaruda — De nuevo su habladuría.

-Ciertamente lo es — No puedo creer que le dé la razón.

-Lena, la fecha de tus próximas nupcias están cerca, y Kara no tiene cura, tengo que admitirlo para desdicha de su familia-

-Ta oportuno como siempre, Doctor Kent — Kara habla con tono presuntuoso — Y he de suponer que usted más que el señor Lockwood, teme que use mis poderes hipnóticos en la Doctora — Ríe son sorna, volviendo a sentarse — ¿Cierto?-

Solo es cuestión de tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora