ALTAIR.
No supe en que momento llegué a mi casa, mis pensamientos solo estaban dedicados a Ainhoa, recordaba todo lo que pasé con él, lo bien que me trato, los momentos de amor que pasamos, yo no quiero que nada malo le pase, pero ¿cómo salvarlo? ¿cómo demostrar que no es una bestia malvada? Él es solo alguien que ha estado solo durante mucho tiempo.
Sin darme cuenta el amanecer llegó y con ello el día en el que lo vería morir, debía de haber algo que hacer para evitarlo, algo que me permitiera demostrar a todos que no dañaría a nadie.
Escuché pisadas fuera de mí habitación.-Altair, hermano… ¿estás despierto? – a pesar de que su voz sonaba preocupada no quise contestarle, mis sentimientos estaban totalmente dispersos.
-Hermano, si te sientes bien baja a comer… te estaré esperando – al dejar de oír sus pasos me levante sin ánimos de la cama para ir al baño, al mirarme al espejo me dí cuenta de mi aspecto, lucía ojeras y mi piel estaba bastante pálida, después de alistarme bajé al comedor donde mi hermano me esperaba, tome asiento y comencé a jugar con mí comida.
-¿Estás bien?
-No – y era verdad, lo que más necesitaba era estar al lado de Ainhoa y decirle lo mucho que lo amaba.
-Sé que es difícil para ti, pero debes entender que es lo mejor –
-¿Mejor? ¿Mejor para quién? Nadie se a tomado al menos cinco minutos para hablar con él, todos juzgan sus acciones pero no ven el porqué las hace – me levanté y salí de casa sin mirar siquiera a donde me dirigía, debía de encontrar la manera de ayudarlo a ser libre.
-Espera… Altair – esa voz era de Esai que logró sujetarme del brazo.
-Déjame en paz, eres igual a todos… solo quieres que el muera, no te importa que yo me sienta solo… eres igual de egoísta que mi hermano – solté golpes, muchos de ellos le dieron en el rostro y el cuerpo pero jamás me soltó, al contrario me atrapó en un abrazo que por alguna razón me tranquilizó.
-Yo no quiero hacerte daño, me preocupo por ti y sé muy bien que tu amas a ese dragón, solo con verte a los ojos pude corroborar mi predicción, haz encontrado el amor y eso es motivo de dicha porque el también te ama – susurró en mi oído, su voz era tranquila y reconfortante, sin quererlo comencé a llorar en su hombro.
-Necesito salvarlo, si el muere yo también moriré… - mis brazos se aferraron a su espalda.
-Lo sé, el amor te volvió fuerte y muy valiente… te volvió maduro –
-¿Qué debo hacer? – sollozaba en su hombro.
-Debemos sacarlo de su prisión, al liberarlo el y tu deberán irse, no hay opción –
-Pero… - ese era mí mayor deseo, irme lejos también me daba miedo, si me marchaba significaba que jamás volvería, no vería a mi hermano ni tampoco a mis padres.
-Ya habrá formas de vernos después, lo importante aquí es lograr sacarlos a ambos de aquí – sonrió.
-Gracias, pero ¿cómo haremos eso?
-Déjamelo a mi, tengo un plan aunque primero debemos de convencer a tu hermano de ayudarnos –
-No hará falta convencer a nadie – Angel había aparecido detrás de nosotros sosteniendo su arco y cargando en el hombro derecho su carcaj.
-Es hora de salvar al Dragón..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Bueno, en primer lugar quisiera agradecer a Dany - Senpai por la bella portada, aún falta subir otro capítulo pero eso será el fin de esta semana, buenas noches a todos.
