PERDONA MI GRAN ERROR

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CAPÍTULO 1.

Se lo llevaron a pesar de que se había aferrado a Ellynor con todas sus fuerzas.

—Sólo es por un tiempo —le prometió Ellynor gritándole desde el asfalto—. Nada teba a pasar. Terry estaba asustado, mientras veía cada vez más lejos a Ellynor con su mano estirada hacia él. Quería alcanzarlo.

—¡Mamá, mamá! Tengo miedo. No me quiero ir. No quiero.

—Iré por ti. Yo te encontraré. Te lo prometo.

Pero a pesar de que se negó, a pesar de que les dijo que no quería ir a ningún otro lado porque quería estar con Ellynor, no le hicieron caso. Lo metieron en un coche muy elegante y se lo llevaron de su hogar. Ellynor no estaba allí. Y no hacía más que llorar y llorar. Y luego subió a un avión y estuvo sentado largas horas. Y cuando bajó, algo había cambiado, el aire se sentía diferente, el cielo era más grande y gris, había muchas montañas, todo era muy extraño. Estaba en otro país.

Llegó

a un castillo, era muy grande como su escuela, o quizás más grande y en la entrada había mucha gente con uniforme de la escuela. Estaba en una escuela para los mayores. Se quedo mirándolos con el ceño fruncido cuando se agacharon, nadie dijo nada a pesar de las lágrimas que tenía bajando por su mejilla. Nadie hablaba. Él señor que lo separó de Ellynor le tomó la mano, y lo arrastro sin mucho cuidado hacia el interior de la escuela que era para personas mayores. Sin embargo se sorprendió cuando miró que había dos niñas, una estaba  sentada en una caja muy grande que hacía música, era un piano más grande y nuevo que el que había en su escuela, y la otra niña que sostenía una aguja en una mano y una tela blanca en la otra mano. Ambas niñas lo miraron enojadas, pero cuando vieron al señor que lo llevaba se pusieron de pie de inmediato. Será que también las separó de su hogar como a él. Era un robachicos.

—Te presento a Jane y Jassy GrandChester—dijo el señor señalando a la pareja de niñas —Ellas serán ahora tus hermanas, ahora que tu eres parte de esta familia—. Terry las miró un poco espantado, una tenía el cabello negro y los ojos grises, usaba un vestido muy elegante, parecía que venía de una fiesta, y la otra lo miraba fijamente, tenía el cabello oscuro y tambien llevaba vestido elegante, tenía unos ojos azules, no sabía decirlo, por que lo atravesaban por la fuerza de su mirada.

—Yo… no quiero tener hermanas —dijo de inmediato, mirando al señor.

—Terrunce, ¡discúlpate ahora mismo!

— ¡No! Debo volver con Ellynor. Con mi mamá

—No volverás nunca con ella.

—Esta será tu habitación —le dijo el hombre, el que ahora era su papá, o eso pretendía. El lugar que le enseñaba era enorme.

Tenía un enorme guardarropa, un baño con tina, ducha y demás, y un enorme ventanal que daba a un jardín que ahora estaba florecido por la primavera. Pero Terry observó todo como si simplemente fuera el escenario de una obra de teatro muy triste.

—Quiero volver.

—No seas tonto. Aquí nada te faltará. Sé que vivías antes en una casa pequeña. Como puedes ver, esta es más grande, hermosa, y es para ti. Cerró la puerta, y Terry se halló a sí mismo solo, abandonado, en una casa que le era extraña. Sin  Ellynor.

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