PERDONA MI GRAN ERROR. CAP15.

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CAPÍTULO 15.

Elisa miró a un lado y a otro, como si estuviera apunto de hacer algo indebido, después y con elegancia se metió en el interior del vehículo acomodándose muy recta frente a la persona que allí se encontraba. Era la primera vez que le miraba. Todo era parte de un plan, y donde Elisa era una pieza para lograr los planes del Duque.

— Imagino que es el padre de Terry. — Comentó Elisa.

Richard GrandChester le dió una mirada gélida. Los americanos tenían modales desvergonzados, pensó con desagrado. Aquella jovencita hablaba como si estuviera con cualquiera, pero él no era cualquiera, sino un Duque.

—Duque de GrandChester, señorita Legan, no lo olvide. Elisa lo miró primero ofendida,  para un segundo después cambiar su semblante.

—¿Adónde vamos?

—¿Nerviosa? —Dijo el Duque sin responder a su pregunta, Elisa sonrió. —He de suponer que no.

La limusina se fue perdiendo en las calles de Manhattan.

—Devo reconocer que me ha impresionado, todo salió mucho mejor. Ahora solo falta hacer la noticia pública y tendrá lo que tanto desea.

Esa misma tarde Elisa se citó con un Reportero, para dar la noticia del verdadero rostro de Terry Graham,

Charles llevaba mucho tiempo dando los mejores chismes y críticas de entretenimiento al público y no podía simplemente escribir o decir sin tener la certeza que lo que decía era cierto.

Los ojos se hacían más grandes a medida que su interlocutora hablaba. Tenía que ir con cuidado si quería seguir trabajando. Cómo muchos reporteros en la carrera deseaban más, y si la información que acababa de recibir era verdadera, sería un paso para lograr su meta.

—Señorita Legan, lo que me dijo es muy delicado. ¿Está segura que no se trata solo de rumores?

—Me ofende. Lo único que tiene que hacer es escribir la nota.

—No será fácil, mi superior necesitará algo más que palabras.

—Por supuesto señor Charles, aquí tiene— Elisa estendio su mano con un sobre—,  pero antes de soltarlo dijo—: El artículo tiene que estar en la fecha, y tal y como le he dicho señor Charles, si quiere seguir teniendo trabajo.

Candy había caminado por mucho tiempo después de bajar del tren público. Llegó a su apartamento sin fuerza, arrastraba los pies, sólo quería llegar y encerrarse para dejar salir el llanto que la venía ahogando. Sin embargo no sería posible, por que nada la preparo para lo que vería a continuación.

— Tú. ¿Qué haces aquí, Elisa?

— Nunca dejaras de hablar como una criada —negó con la cabeza

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Vete.

— He venido a hacerte un favor. .

—No me importa a que has venido, quiero que te largues ahora mismo.

— Está bien. Aunque no lo mereces necesitas saber algo de mi futuro prometido, si estoy en lo correcto te lo ocultó. —Candy abrió mas los ojos hinchados —Oh... lo olvidé, es que no fuiste importante.

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