Capítulo 2

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En el capítulo anterior...

— Informe médico de... ¿Temari Nara? –cuestionó Shikamaru sin comprender por qué se encontraba ese documento allí.

Continuó leyendo en voz alta.

— Se solicita retirar a la Shinobi Temari Nara de cualquier misión, de manera indefinida a partir de la fecha de elaboración del documento. –Shikamaru alzó una ceja, y miró a Sakura, quien le hizo un ademán para seguir leyendo– La paciente necesita reposo debido a su avanzado embarazo de 16 semanas...

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Incluso Naruto se quedó perplejo ante tal noticia.

Sakura se acercó a Shikamaru, y colocó una mano en su hombro para demostrar apoyo.

El pelinegro no sabía cómo reaccionar, así que sólo tosió falsamente y colocó el documento en el escritorio otra vez.

— ¡Enhorabuena, Shikamaru! –dijo Naruto desde el escritorio, esbozando una sonrisa– Parece que alguien supo cómo aprovechar el día de San Valentín –comentó mientras se cubría la boca con una mano, en son de burla.

Entonces la pelirosa volvió a golpear al Séptimo, haciendo que éste se quejara inmediatamente

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Entonces la pelirosa volvió a golpear al Séptimo, haciendo que éste se quejara inmediatamente.

— Si me disculpan, debo ir a aclarar éste asunto. –dijo Shikamaru mientras caminaba hasta la puerta de la Oficina– Volveré en un rato para ayudarte con el papeleo. –le comentó a Naruto mientras salía.

Temari se encontraba absorta en sus pensamientos. Por primera vez en muchos años, la inseguridad de la maternidad había vuelto a ella.

Entonces, se pegó unas palmadas en las mejillas y comenzó a llenar los platillos de la cena.

— Ah, es cierto. –murmuró la rubia– Shikadai está en misión, seremos sólo los dos...

Un escalofrío recorrió su cuerpo. El sólo pensar en la noticia que debía darle a su marido, la colocó nerviosa de inmediato.

— Bueno, no es como que los bebés vinieran envueltos en papel de regalo; era obvio que podía pasar. –se dijo a sí misma la mujer Nara.

Entonces escuchó cómo la puerta de entrada se deslizaba y terminó de colocar los platillos sobre la mesa.

— Ya estoy en casa...–comentó con tono apagado el pelinegro.

Temari se sentó en la pequeña mesa, bebió un poco de té.

— Bienvenido. –dijo ella al verlo entrar.

El pelinegro se sentó frente a su mujer, y la miró fijamente.

Ambos se quedaron en silencio. La tensión en el ambiente podía cortarse con un cuchillo.

— Hoy...–titubeó la rubia– Hoy fuí al hospital a un chequeo...

Shikamaru se ahogó con un poco de té, y entonces comenzó a toser. Cuando ya estuvo más calmado, pudieron continuar la conversación.

— ¿Y qué te dijeron? –preguntó él, fingiendo no saber nada.

Temari lo miró de manera decidida.

— Estoy embarazada, Shikamaru. –confesó la mujer sin apartar la mirada– Tengo cuatro meses.

Shikamaru cerró los ojos en modo pensativo, y sonrió aliviado.

Temari también sonrió. Suspiró ya más calmada, y se lanzó hacia su marido abrazándolo enérgicamente.

El pelinegro se quedó inmóvil por unos segundos, sin saber cómo reaccionar. La rubia no solía ser demasiado afectuosa, pero la situación lo ameritaba.

— Estoy tan feliz...–expresó Temari casi en un susurro.

Shikamaru correspondió su abrazo y se quedaron allí algunos minutos, disfrutando de aquel momento especial.

Al día siguiente...

Naruto continuó firmando papel tras papel, y para cuando se dió cuenta, al fin había finalizado con la penúltima torre de documentos.

— Muy bien, ahora vete a casa. –le dijo el pelinegro mientras observaba cómo su amigo estaba quedándose dormido en el escritorio.

El rubio asintió, y se colocó su capa Hokage para salir.

— Oye, Naruto. –habló Shikamaru antes de que el Séptimo se fuera– ¿Cómo reaccionaste cuando supiste que tendrías una hija?

Naruto se cruzó de brazos y cerró los ojos intentando recordar.

— Estaba feliz y ansioso, pero a la vez un poco estresado. –se sinceró el rubio– En aquel momento Boruto aún era pequeño, y tampoco contábamos con mucho dinero.

Naruto sonrió nostálgico, y entonces volvió a mirar a su amigo.

— Pero la llegada de Himawari me hizo tan feliz como la de Boruto. –continuó– Bueno, veré si puedo ir y disfrutar de un día en casa.

Y entonces desapareció tras la puerta.

En aquel jardín lleno de flores, Temari colgaba algunas prendas de ropa para secar. Cuando terminó, se sentó en el pasillo exterior.

N/A: ya saben, en las casas japonesas tradicionales hay pasillos por la parte de afuera, frente a los jardines, así:

N/A: ya saben, en las casas japonesas tradicionales hay pasillos por la parte de afuera, frente a los jardines, así:

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Tomó un poco de té verde, y observó las nubes en el cielo.

1...

2...

3...

Bastaron tres segundos para que Temari se estresara.

Sí, estaba casada, era madre y estaba embarazada, pero la vida de ama de casa no era lo que más le gustaba.

— Cómo me encantaría estar en misión... –comentó desanimada.

¡Ah!

Entonces lo recordó. Recordó aquel pequeñísimo pero a la vez, gran detalle.

— ¡Mañana viene a cenar Okaa-sama*! –murmuró Temari mientras pensaba en la noticia que le esperaba a la mujer.

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*Okaa-sama: madre. En éste contexto, nos referimos a la madre de Shikamaru y suegra de Temari, obviamente jsjsj.

¡Espero hayan disfrutado el capítulo!

¿Problemática en camino? (Shikatema) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora